Leccion 13 Edicion para Maestros – ¡Para que no olvidemos! (Malaquías) – Sabado 29 de Junio

Lección 13 – MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO

¡Para que no Olvidemos (Malaquias)!

Para el Sabado 29 de Junio de 2013

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Malaquías 1:11.

 

Enseña a tu clase a:

Saber que, en la culminación de la historia del mundo, el compromiso de Dios con su pueblo resultará en la gloriosa manifestación de su presencia y en ciertas actividades proféticas.

Sentir aprecio por las numerosas bendiciones de Dios que esperan a sus seguidores al apreciar también sus dones.

Hacer: Vivir una vida responsable celebrando la grandeza del nombre de Dios.

 

Bosquejo de la Lección

  1. Saber: El compromiso de Dios con su pueblo
    1. ¿Qué significa que Dios ama a su pueblo en su vida diaria?
    2. ¿Por qué Dios establece diferentes diálogos con su pueblo?
  2. Sentir: Aprecio por las bendiciones de Dios
    1. ¿De qué modo el entregar diezmos y ofrendas ayuda a apreciar las bendiciones de Dios?
    2. ¿Qué relación existe entre nuestro estilo de vida y nuestra fe?
  3. Hacer: La vida responsable
    1. ¿De qué manera tu fidelidad a tu cónyuge refleja tu fidelidad a Dios, y por qué?
    2. Como iglesia, ¿qué pueden hacer para pensar en las necesidades de otros, y no ser egoístas?
    3. ¿Cuán rico serías si Dios te diera el doble de dinero que diste a los pobres y necesitados? ¿Por qué el dar es más valioso que el guardar o el recibir?

 

Resumen

Dios está en diálogo con su pueblo de modo que puedan darse cuenta de cuán profundamente los ama y está preocupado por su bienestar. Él los llama a ser fieles en todas las esferas de sus vidas. Dios enfatiza la fidelidad en el matrimonio, en la paternidad, en el liderazgo y en el diezmo.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios asegura a su pueblo que los ama. Algunos dudan de eso y, como resultado, llevan vidas egoístas e impías. Esto significa que nuestra vida y crecimiento espirituales dependen de nuestra idea de cómo es Dios. Cuando creemos que quiere lo mejor para nosotros, entonces cedemos nuestras vidas a él con completa confianza, vivimos dependiendo totalmente de él y seguimos su voluntad con gratitud. Solo entonces podemos prosperar.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Esta lección se concentra en el amor de Dios por su pueblo y en su venida en el día de Jehová. Enfatiza en la clase que se nos amonesta a hacer lo que es correcto porque el día del ajuste de cuentas está cerca.
Diálogo inicial: Muy a menudo damos por sentadas muchas de las bendiciones preciosas que experimentamos en la vida. Considera la siguiente pregunta: ¿De qué manera podemos aprender a apreciar todas las bendiciones que Dios nos da constantemente, y a ser más agradecidos por ellas?

Otras preguntas para dialogar:

  1. De acuerdo con el libro de Malaquías, ¿cuántas preguntas hizo el pueblo a Dios? Estas preguntas nos ayudarán a descubrir los diferentes temas que trata el profeta. (Ver las preguntas en Mal. 1:2, 6, 7; 2:14, 17; 3:7, 8, 13.) Presta atención a las respuestas de Dios. Dios contesta las preguntas cuando estamos confundidos tratando de comprender los problemas de la vida. En su amor, él dialoga con su pueblo, aun cuando él podría, con todo derecho, ordenar nuestra obediencia.
  2. ¿De qué forma hemos de entender el llamado de Dios a su pueblo: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a vosotros” (NVI)? ¿Quién hace el primer movimiento? ¿Quién llama? (Ver Mal. 3:7.) Nota que las personas deben volver a Dios porque él, con amor y paciencia, los invita a hacerlo.

 

PASO 2: ¡Explora!

 

Comentario de la Biblia

Solo para los maestros: En el libro de Malaquías, Dios responde a ocho preguntas planteadas por su pueblo. Nosotros, también, necesitamos pensar en estas preguntas a fin de restablecer la relación de pacto con nuestro Dios.

Consideren estos temas vitales:

I. Dios te ama. ¿Estás enamorado de él?

(Repasa, con tu clase, Mal. 1:2, 3.)

El libro de Malaquías se abre con una difícil declaración de Dios: “…amé a Jacob, y a Esaú aborrecí…” (Mal. 1:2, 3). ¿Cómo debemos entender esta declaración que va en contra de la naturaleza de Dios? ¿Qué significa que Dios odió a Esaú? ¿Acaso no ama él a todas las personas?

Dios le da a su pueblo la seguridad de su amor y los invita a mirar hacia atrás y ver, en la historia, la diferencia entre ellos y los descendientes de Esaú. Este contraste se explica sobre la base de la elección a servir, y no tiene nada que ver con la idea de la salvación; en cambio, está establecida sobre el preconocimiento de las decisiones de Jacob y de Esaú, de sus perspectivas de la vida y de sus orientaciones espirituales.

La palabra aborrecí, en hebreo, a veces tiene significados diferentes al de nuestra comprensión de esa palabra hoy. Considera los dos ejemplos siguientes: 1) Jacob amó a Raquel más que a Lea (Gén. 29:30), pero el texto bíblico describe esta preferencia con la pintoresca palabra aborrecer:

Vio Yahveh que Lía era aborrecida y la hizo fecunda” (Gén. 29:31, BJ); “no era amada” (NVI); “era menospreciada” (RVR). 2) Jesús declaró las condiciones bajo las cuales sus seguidores debían “aborrecer” aun a los que eran más cercanos a ellos: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Luc. 14:26); “odia” (BJ); “sacrifica el amor a…” (NVI). Este “odio” no tiene absolutamente nada que ver con la animosidad emocional hacia los amados; más bien, significa que el discípulo de Cristo necesita amar a Cristo más que a sus padres, cónyuges, hijos u otros familiares cercanos (ver Mat. 10:37; Deut. 6:5). Cristo necesita ser nuestra primera prioridad. Así la palabra “aborrecer” u “odiar” puede referirse a una expresión idiomática que significa “no ser preferido”, “no ser el objeto de la elección personal (para una tarea especial)”, como Lea no fue la esposa preferida de Jacob, aun cuando él tuvo seis hijos y una hija de ella.

Considera: ¿De qué manera debemos entender la declaración de que Dios amó a Jacob y aborreció (odió) a Esaú? Y en forma similar, ¿qué quiso decir Jesús con sus palabras de que, si sus seguidores iban a él pero no aborrecían (odiaban) a sus amados, no eran dignos de él?

II. Dios es fiel. ¿Eres tú fiel a Dios?

(Repasa, con tu clase, 1 Juan 4:7-12.)

Nuestra fidelidad a Dios se muestra en forma tangible por nuestro respeto a su Ley y por la manera en que nos conducimos en nuestras relaciones humanas. (Ver Juan 14:15; 1 Juan 4:7-12, 19-21.) Juan se pregunta: ¿Cómo puede la gente pretender amar a Dios, que no se puede ver, cuando no aman a su vecino que vive junto a ellos? Si no mostramos interés, respeto y amor de manera práctica, entonces nos mentimos a nosotros mismos. En consecuencia, nuestra relación con Dios no es genuina.

Considera: ¿Qué es verdadera fidelidad? ¿De qué manera nos demuestra Dios su fidelidad? ¿De qué forma hemos de demostrársela nosotros a él?

III. ¿Eres fiel a tu cónyuge?

(Repasa, con tu clase, Mal. 2:10-16.)

Nuestra fidelidad a Dios se demuestra principalmente en nuestra fidelidad a nuestro cónyuge.
El centro literario y temático del libro de Malaquías es el capítulo 2, versículos del 10 al 16. Este tema es fuerte: “¡Dejen de ser infieles!” El pecado se define en este pasaje como quebrar la fe: “Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales” (Mal. 2:16); “no sean traicioneros” (NVI) (ver también Rom. 14:23). La expresión “desleales” o “traicioneros” (bagád en hebreo) aparece únicamente en este breve pasaje de Malaquías: mencione cinco veces (vers. 10, 11, 14, 15, 16) y desempeña un rol clave. Dios viene con juicio y llamará a las personas a responder ante él; por lo tanto, necesitan mantener la fe y cultivar relaciones correctas, las cuales solo provienen de la fe. En el libro de Malaquías, tener fe significa ser fiel al pacto que hicimos con Dios y también con nuestro cónyuge.

La relación de fe debe vivirse en nuestro matrimonio. Aquí no podemos mentir; somos fieles a nuestro cónyuge o rompemos esa íntima relación de pacto. Una relación matrimonial amante tendrá una influencia duradera y positiva sobre nuestros hijos.

Preguntas para dialogar: ¿Por qué Dios odia el divorcio? ¿Qué tiene de destructivo el divorcio? ¿Cómo afecta las vidas espirituales de todas las personas involucradas (la pareja y los hijos) y el futuro? ¿Cuáles son las causas legítimas para el divorcio? ¿Cuándo puede ser justificado? Ver la respuesta de Jesús a la pregunta planteada por algunos fariseos: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” (Mat. 19:3-9).

Diálogo: Malaquías usa una ilustración fuerte y gráfica acerca de lo que significa vivir una vida dedicada a Dios. Hablen a otros de la fidelidad de Dios al cumplir sus promesas con respecto al diezmo. ¿Cómo es que los nueve décimos siempre dejan más en tu ingreso que los diez décimos? Anima a otros a ser fieles a Dios en la esfera financiera de la vida, de modo que también puedan experimentar la bendición especial de Dios (Mal. 3:10-12).

IV. ¿Eres un padre amante, interesado y responsable?

(Repasa, con tu clase, Mal. 4:5, 6.)

El mensaje profético del Antiguo Testamento concluye con un tema que es muy prometedor y serio al mismo tiempo. La misión del profeta Elías –el movimiento profético de los últimos días– consiste en volver los corazones de los padres hacia sus hijos, y llevar a los hijos a estar cerca de sus padres (Mal. 4:5, 6).

Nota que esta obra va junto con el retorno del pueblo de Dios al Sol de justicia (Mal. 4:2) y a la Ley de Dios (Mal. 4:4). Solo de este modo pueden fluir abundantes bendiciones de Dios.
Diálogo: Dios declara que al final habrá una distinción entre los que siguen a Dios y los que viven sus propias vidas. (Ver Mal. 3:18.) ¿De qué manera puede Dios mostrar la diferencia entre el justo y el impío? ¿Cómo reconocemos que alguien está sirviendo a Dios de todo corazón?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: A fin de entender mejor las preguntas que tenía el pueblo y las respuestas que dio Dios, invita a los miembros de tu clase a participar en la siguiente actividad.

Consideren todas las preguntas que hizo el pueblo en el libro de Malaquías, y piensen por qué la gente hacía tales preguntas. Luego, expliquen las respuestas de Dios a cada pregunta o a algunas de ellas. Aquí están los ocho cuestionamientos, introducidas por una expresión como “dijisteis”:

  1. “¿Y cómo nos has amado?” (Mal. 1:2, NVI).
  2. “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (Mal. 1:6).
  3. “¿En qué te hemos deshonrado?” (Mal. 1:7).
  4. ¿Por qué no miras nuestras ofrendas, ni las aceptas con gusto de nuestra mano? (Mal. 2:13, 14).
  5. “¿En qué le hemos cansado?” (Mal. 2:17).
  6. “¿En qué hemos de volvernos?” (Mal. 3:7).
  7. “¿En qué te hemos robado?” (Mal. 3:8).
  8. “¿Qué hemos hablado contra ti?”(Mal. 3:13).

¿De qué forma estos problemas son todavía relevantes para nosotros en nuestro mundo posmoderno? ¿Cómo estamos luchando con preguntas similares?

Pregunta para reflexionar:

¿Por qué nos cuesta tanto apreciar el amor de Dios, quien nos amó tanto que aun su hijo murió por nosotros?

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Crea una imagen de una familia ideal. ¿Cómo deberían los padres tratarse mutuamente, y qué clase de relación deberían cultivar con sus hijos? ¿Cómo pueden mostrar su amor de modo que los niños sepan del amor de sus padres, lo sientan y estén seguros de ello? ¿De qué manera los padres pueden respetar la individualidad de sus hijos y ayudarles a crecer en sus talentos e intereses? ¿Qué cosas pueden hacer juntos?

leccion-maestros
Radio Adventista
5 comments… add one
  • Bendiciones saludos desde Guatemala

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  • el resumen de la edicion Maestros leccion 13 esta mezclada por favor a los editores si pueden corregirlo pues n0o pertenece al tema de estudio. Gracias por el trabajo que hacen, Dios los bendiga

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    • Hola Miguel que tengas un feliz sabado.. gracias por comunicarnos el error.. Error corregido.. Dios le bendiga Hno..

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  • necesitamos una vida consagrada a Dios, llena de Espiritu Santo para asi terminar la obra sobre la tierra, debemos tener fe de que aunque esta labor es grande el poder de nuestro Dios es mucho mayor, pedir en ferviente oracion un corazon humilde y valor para proclamar a ese Dios vivo.

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  • un buena lección

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