Elena de White, una autora cristiana, da una definición clara de la levadura de los fariseos. Se trata de algo en el interior que se puede ver en el exterior, y algo que debemos evitar constantemente tener en nuestro corazón.
“¡Cuán a menudo nuestro servicio a Cristo, nuestra comunión unos con otros, se ve empañado por el deseo secreto de exaltarnos a nosotros mismos! ¡Cuán pronto está el pensamiento de la autocomplacencia y el anhelo de aprobación humana! Es el amor a uno mismo, el deseo de un camino más fácil que el que Dios ha designado, lo que lleva a la sustitución de los preceptos divinos por teorías y tradiciones humanas. A sus propios discípulos se les dirigen las palabras de advertencia de Cristo: ‘Mirad y guardaos de la levadura de los fariseos’.
“…Cuando la fe que aceptamos destruye el egoísmo y la pretensión, cuando nos lleva a buscar la gloria de Dios y no la nuestra, podemos saber que es lo correcto”. ~El Deseado de todas las gentes, pág. 409
Este es el tipo de fe y testimonio que Dios desea de sus seguidores. El pecado de orgullo de Satanás, que resultó en su caída, parece ser el más difícil de vencer. Jesús nos advierte a todos que nos cuidemos constantemente de ello.
Gracias por la excelente explicación de la lección. Bendiciones