El tema principal del Salmo 119, el capítulo más largo de la Biblia, es la Torá o la Ley de Dios. Sin embargo, no se limita a la porción de las Escrituras de la Torá, sino que parece incluir toda la palabra de Dios. En otras palabras, toda la Biblia es útil para comprender cómo debemos vivir nuestras vidas con sabiduría y rectitud.
Andar “en la ley del Señor” sólo se puede hacer eficazmente cuando lo hacemos con todo nuestro corazón (Salmo 119:1, 2). El versículo 1 menciona ser “inmaculado”, palabra que describe los sacrificios de animales llevados al santuario. Tenga en cuenta que debemos entregarnos a Él como “sacrificio vivo” (Romanos 12:1) y, por lo tanto, debemos ser “inmaculados” o lo más perfectos posible. Sólo podemos hacer esto con la ley de Dios en nuestro corazón. Él nos da la fuerza para guardar su ley.
Esconder Su palabra en nuestro corazón se menciona en el Salmo 119:11. Recordamos lo que valoramos y memorizar las Escrituras es una práctica digna. Aquellas cosas que valoramos y hemos memorizado las recordaremos más fácilmente cuando las necesitemos. Así como Cristo resistió las tentaciones de Satanás en el desierto (Mateo 4:1-11), nosotros también necesitamos “esconder” la palabra de Dios en nuestros corazones, para poder manejar las tentaciones que se nos presenten.
