Edición para maestros. Segundo trimestre de 2023
“Una ciudad llamada Confusión”
Lección 9 :- Para el 27 de Mayo de 2023
RESEÑA
La lección de esta semana contrasta dos sistemas religiosos, simbolizados por la mujer de blanco de Apocalipsis 12 y la mujer de escarlata de Apocalipsis 17. El contraste revela la diferencia entre estos dos sistemas. El primer sistema se basa en la Palabra de Dios, con Jesucristo en el centro. El segundo sistema se basa en el razonamiento humano, con dirigentes religiosos humanos en el centro. El contraste es entre la verdad y el error, la salvación por gracia y la salvación por obras, la obediencia a los mandamientos de Dios y la sumisión a los decretos humanos.
Además, identificaremos las características de la Babilonia espiritual. Apocalipsis 17 describe a Babilonia como una ramera que ha dejado a su verdadero amor, Jesucristo. Ella cabalga sobre una bestia color escarlata, que representa su poder político. En lugar de obtener su autoridad y su poder de Jesús y su Palabra, Babilonia los extrae de los reinos de este mundo. Ella ofrece una copa de vino colmada de doctrinas extrañas. Así como el vino literal afecta la conciencia, la razón y el juicio, las doctrinas falsas afectan nuestro pensamiento de forma tal que no podemos discernir la verdad bíblica con claridad.
En nuestra exploración de las características espirituales de Babilonia, nos enfocaremos específicamente en dos de ellas. La primera característica es la dependencia babilónica de la sabiduría humana y de los dirigentes humanos para determinar la verdad divina. Jesús dijo:” ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí'” (Juan 14:6). Jesús es el originador de toda verdad. Cualquier verdad que venga por intermedio de los líderes religiosos humanos primeramente debe originarse en la Palabra de Dios. La segunda característica que estudiaremos esta semana es que la Babilonia espiritual es el centro de toda idolatría. En el Antiguo Testamento, los ídolos eran comunes en el culto babilónico. Pero Jesús nos llama a adorarlo directamente a él, no mediante un ídolo como sustituto suyo. Esta semana volveremos a descubrir a Jesús como la Autoridad suprema de la iglesia.
COMENTARIO
Apocalipsis 12:17, uno de los principales pasajes de nuestro estudio de esta semana, habla del “resto de sus hijos”, o “remanente” (KJV, en inglés). El concepto del remanente se encuentra en todas las Escrituras. Se extrae especialmente del Antiguo Testamento. Hay tres palabras hebreas que se utilizan para “remanente”. Cada uno de estos términos tiene su propio matiz de significado. Se pueden traducir literalmente como “lo que escapa”, “aquellos que escapan”, “lo que queda”, “el remanente”, “sobrar” o “permanecer”.
Consideremos ahora brevemente algunos ejemplos del uso de esta palabra en el Antiguo Testamento. Se habla de la familia de José, que se salvó bajo su cuidado en Egipto, como una “posteridad”, que se traduce literalmente como “remanente”. Elias clamó a Dios diciendo que él era el único que seguía siendo fiel. Nuevamente, aquí se utiliza la palabra para “remanente”. El Señor prometió dejar un remanente fiel en Babilonia que recordaría a Dios y honraría su nombre después del cautiverio. El Comentario bíblico adventista describe el concepto de remanente en el Antiguo Testamento con estas palabras: “El ‘remanente’ de los tiempos del AT está compuesto por generaciones sucesivas de israelitas: el pueblo escogido de Dios. Vez tras vez la mayoría apostató, pero siempre quedaba un ‘remanente’ fiel, que llegó a ser heredero exclusivo de las sagradas promesas, responsabilidades y privilegios del pacto originalmente hecho con Abraham y confirmado en el Sinaí. Este ‘remanente’ fue el grupo formalmente designado al cual Dios proponía enviar el Mesías y a través del cual deseaba evangelizar a los paganos. No consistía en individuos esparcidos, no importa cuan fieles fueran, sino que era una entidad colectiva, la organización visible de Dios, divinamente comisionada en la Tierra” (CBA 7:828, 829, Nota adicional del capítulo 12).
El remanente de los últimos días de Apocalipsis escapa de la apostasía espiritual de este mundo, permanece fiel a Dios, no hace concesiones con la<werdad bíblica y se aferra ajesús en la crisis final de la Tierra. Según Apocalipsis 12:17, “el dragón [Satanás] se airó [enojó] contra la mujer [la iglesia], y fue a combatir al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimo-‘ nio de Jesús”. Aquí Juan revela que el conflicto final entre Cristo y Satanás gira en torno a la lealtad a Cristo y la obediencia a su Ley. Apocalipsis 13 describe cómo se intensifica este conflicto y expone la estrategia de Satanás. La bestia que sube del mar y la bestia que sube de la Tierra aunan fuerzas con el dragón para destruir al pueblo de Dios. Apocalipsis 14 despliega el mensaje final de Dios en este conflicto cósmico entre el bien y el mal. Nuevamente, al final de este mensaje vemos que el pueblo remanente de Dios tiene fe y guarda sus mandamientos (Apoc. 14:12).
El misterio de Babilonia se revela
En contraste con la mujer vestida de blanco de Apocalipsis 12, un símbolo de la verdadera iglesia de Dios en la Tierra, en Apocalipsis 17 Juan describe a una mujer vestida de púrpura y escarlata, montada sobre una bestia de color escarlata. Esta mujer, símbolo de una unión Iglesia-Estado, tiene un nombre misterioso inscrito en la frente:” ‘La gran Babilonia, madre de las rameras y las abominaciones de la Tierra'”. Elena de White escribe: “En Apocalipsis 14, el primer ángel es seguido por un segundo que proclama: ‘Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación’ (Apoc. 14:8). La palabra ‘Babilonia’ deriva de ‘Babel’ y significa ‘confusión’. Se emplea en las Escrituras para designar las diversas formas de religiones falsas o apóstatas. En Apocalipsis 17, Babilonia está representada por una mujer, una figura que se emplea en la Biblia como símbolo de una iglesia: una mujer virtuosa simboliza una iglesia pura; y una mujer vil, una iglesia apóstata” (CS 431)-
A lo largo de todas las Escrituras, Babilonia representa al opresor del pueblo de Dios. Babilonia es la ciudadela del error, el centro de la apostasía. Representa la rebelión contra Dios y la desobediencia a los mandamientos divinos. Los juicios de Dios sobre la Babilonia del Antiguo Testamento representan los juicios finales sobre el mundo. Para el pueblo del tiempo del fin, la historia de la caída de Babilonia es instructiva. Recordarás que Babilonia atacó a Jerusalén y obligó al cautiverio a muchos de los jóvenes prominentes, incluido Daniel. Ciro, el rey de Oriente, finalmente atacó a Babilonia, liberó a los cautivos judíos y les permitió regresar a Jerusalén a adorar al Dios verdadero.
Una vez más, en el tiempo del fin, un opresor religioso llamado la gran Babilonia afligirá y perseguirá al pueblo de Dios (Apoc. 17:5). El libro de Apocalipsis predice que en un momento de caos social, crisis política, desastres naturales y colapso económico, Jesús regresará para triunfar sobre los poderes opresivos del mundo y liberar a su pueblo. Él reinará eternamente. Establecerá su Trono de forma segura en el Universo para siempre. En la batalla por el Trono, él será el vencedor. Su pueblo viajará con él a través del espacio ilimitado para adorar en la Nueva Jerusalén.
Un contraste entre las dos mujeres del Apocalipsis
- La mujer pura, de Apocalipsis 12, está vestida del Sol y adornada con la gloria de la justicia de Cristo.
La mujer impura, de Apocalipsis 17, está vestida de púrpura y escarlata, y adornada con la falsedad humana y la tradición.
La mujer pura tiene una guirnalda de estrellas en la cabeza. Se guía por las enseñanzas de los apóstoles en su misión.
La mujer impura está adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Ella depende de su lujosa riqueza y adorno exterior para impresionar y atraer a sus seguidores.
- La mujer pura se para sobre la Luna. Ella obtiene su poder de la Palabra profética.
La mujer impura se sienta sobre una bestia escarlata. Ella consigue su poder de los poderes estatales o políticos de la Tierra.
¿Un líder humano o una cabeza divina?
Cuando el rey Nabucodonosor se sentaba en el trono real de su templo, hablaba como un dios. Sus órdenes eran, supuestamente, la voz de un dios. Nuevamente, en los últimos días surgirá un sistema de Iglesia y Estado (llamado Babilonia espiritual), cuyo dirigente espiritual alegará hablar como Dios. Se declarará que su autoridad es la palabra de Dios misma. El apóstol Pablo expone este poder con este lenguaje: “Se opondrá y se exaltará contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; hasta sentarse en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tes. 2:4). El líder de la Babilonia espiritual sostendría que su palabra tiene la autoridad del mismo Dios del Cielo. El poder papal se ajusta a esta descripción.
Babilonia era el centro de la idolatría
Babilonia era el centro de la adoración de imágenes. Cristo nos invita a ir directamente a él. Las imágenes limitan la capacidad del Espíritu Santo para grabar en nuestra mente los asuntos de la Eternidad. Las imágenes a menudo reciben la santidad y el homenaje que solo pertenecen a Dios. Nosotros no necesitamos ir a Jesús mediante la imagen de un santo. Jesús es nuestro Intercesor, nuestro gran Sumo Sacerdote.
Además, “Babilonia” también abarca todos los poderes religiosos apóstatas que se han desviado de las claras enseñanzas de la Palabra de Dios.
APLICACIÓN A LA VIDA
El estudio de la lección de esta semana es más que un discurso teórico sobre la identidad de la verdadera iglesia y la estrategia de Satanás para destruir al pueblo de Dios. Hay al menos tres lecciones sumamente prácticas para quelós alumnos las tengan en mente:
- Jesús y su Palabra son nuestra única salvaguardia en la crisis que se avecina. Debemos estar cimentados en Jesús y en las Escrituras. Jesús y su Palabra son nuestra defensa segura, nuestro lugar de refugio inexpugnable y nuestra seguridad en la crisis que se avecina. Interiorizar esto lleva a preguntas de vital importancia: ¿Está mi vida totalmente anclada en Cristo? ¿Cómo puedo estar seguro? ¿Dependo de él en las decisiones diarias de la vida? Si la respuesta es no, ¿por qué? ¿He puesto mis afectos en las cosas de arriba, no en las de la Tierra (Col. 3:1, 2)? ¿Qué puedo hacer para cambiar mis prioridades, si no son lo que deberían ser o no están donde deberían estar?
- Sin duda, nuestra salvaguarda en la crisis que se avecina es saturar nuestra mente con la Palabra de Dios. Se nos dice que, en la crisis final, “las falsificaciones se asemejarán tanto a la realidad que será imposible distinguirlas sin el auxilio de las Santas Escrituras. Por medio de su testimonio debemos examinar toda declaración y todo milagro” (CS 651). Una pregunta importante es simplemente esta: “¿Estoy llenando diariamente mi mente con la Palabra de Dios y buscando fervientemente la dirección de su Espíritu Santo?” Piensa en formas de dedicar más tiempo a la Palabra cada día. ¿De qué manera compartir con otros lo que aprendes de la Palabra de Dios puede ayudarte a fortalecer tu comprensión de la voluntad de Dios y tu compromiso de estudiar su Palabra con mayor profundidad?
- En preparación para la crisis venidera, debemos reconocer que Babilonia ha caído y que la iglesia de Cristo finalmente triunfará. Afirmada en Cristo, con la mente colmada de su Palabra, la iglesia remanente ciertamente triunfará al fin. ¿Qué maravillosa esperanza te da este pensamiento a la luz de las pruebas venideras?