Leccion 1 Edicion Adultos “Reavivamiento: nuestra mayor necesidad” 3er Trimestre – 6/JUL/2013

Leccion 1 Edicion Adultos

“Reavivamiento: nuestra mayor necesidad”

 

Sábado 29 de junio

rclaroLee Para el Estudio de esta Semana: Apocalipsis 3:14-21; Hebreos 12:7-11; Mateo 25:1-13; Zacarías 3:1-5; Cantares 5:2-5.

rojoPara Memorizar: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apoc. 3:20).

LAODICEA ES LA ÚLTIMA de las siete iglesias del Apocalipsis. El nombre significa “un pueblo juzgado”. Es un símbolo adecuado para el pueblo de Dios de los últimos días.

Laodicea estaba ubicada en un amplio valle en el sudoeste de Turquía. Era una capital financiera importante, una meca de la moda, y un centro educativo y médico. Sus habitantes eran independientes, con confianza propia, y ricos.

Sin embargo, el recurso natural que le faltaba a la ciudad era el agua. Esta era conducida por medio de acueductos de un manantial termal a unos ocho kilómetros de la ciudad. Cuando llegaba a Laodicea, estaba tibia. Jesús usó este símbolo para representar la condición tibia de su iglesia de los últimos días, descrita como llena de confianza propia, complaciente, apática y espiritualmente indiferente. Es una iglesia que perdió su pasión; necesita un reavivamiento espiritual.

Sin embargo, el mensaje a Laodicea está lleno de esperanza. Cristo habla a su pueblo con amor, ofreciendo satisfacer la necesidad de su corazón y reavivar sus anhelos espirituales más profundos.

 

Domingo 30 de junio:

Esperanza para los tibios laodicenses

Jesús se dirige a cada una de las siete iglesias, en Apocalipsis 2 y 3, con un título de sí mismo adecuado para su condición espiritual. Los títulos que usa en su mensaje a la iglesia de Laodicea resuenan con la seguridad de una renovación espiritual para todos los que aceptan su llamado.

Lee los pasajes bíblicos que se indican (Apoc. 3:14, 15; 2 Cor. 1:20; Juan 3:10, 11; Col. 1:13-17). ¿Por qué crees que Jesús usó los títulos “Amén”, “el testigo fiel y verdadero”, y “el principio de la creación de Dios” al dirigirse a la iglesia de Laodicea?

En Apocalipsis 3:14, la palabra griega para “principio” es arjé. Puede significar “principio”, refiriéndose al iniciador del evento o la acción. En este contexto, arjé se refiere a Jesús como el Iniciador, o la primera causa de toda la creación. Es decir, él es el Creador (Juan 1:1-3; Efe. 3:8, 9).

Esto es muy significativo. Jesús, el que habló, y los mundos llegaron a existir; el que creó la Tierra; el que habló, y existió la vida este mismo Jesús da esperanza a Laodicea. El Creador todopoderoso puede crear vida nueva. Puede recrear nuevos anhelos espirituales en nuestros corazones. Puede transformar nuestras vidas espirituales.

Lee 2 Corintios 5:17 y Gálatas 6:14 y 15. ¿Qué significan estos textos para ti, personalmente?

¿Por qué el mensaje a Laodicea es un mensaje de esperanza? ¿Qué tiene de animadora la introducción a este mensaje de fuerte reprensión? ¿Con cuál de los tres títulos de Jesús te identificas mejor personalmente, y por qué?

 

Lunes 1 de julio:

Una reprensión amante

Lee Apocalipsis 3:15 y 16. ¿Por qué hace Jesús una reprensión tan fuerte a la iglesia de Laodicea? ¿Qué significa ser tibio? ¿Qué otras palabras podría haber usado Jesús en lugar de “tibio”?

Comentando Apocalipsis 3:15 y 16, Elena de White afirma: “El mensaje a la iglesia de Laodicea se aplica más decididamente a aquellos cuya experiencia religiosa es insípida, que no dan un decidido testimonio a favor de la verdad” (CBA 7:973). Esta es una declaración cautivadora. Una experiencia religiosa insípida es una que no tiene vida. Tiene la cáscara del cristianismo, pero le falta la sustancia. Tiene la forma exterior pero le falta el poder vivo. Los laodicenses no son herejes ni fanáticos apasionados; sencillamente, son espiritualmente indiferentes. Los laodicenses parecen ser buenas personas morales. Tienen lo que Pablo llama “apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella” (2 Tim. 3:5). Jesús habla de personas religiosas de sus días que “de labios me honran; mas su corazón está lejos de mí” (Mat. 15:8).

Lee Hebreos 12:7 al 11; Job 5:17 al 19; Salmo 94:12; y Proverbios 29:15 y 17, y describe el propósito de Dios con sus reprensiones.

Nuestro Señor ama demasiado a su pueblo para permitirle ir fácilmente a la perdición. Hará todo lo posible para reanimar una llama espiritual en su corazón. Su fuerte reprensión se debe a un amor más fuerte. Su corrección se debe solo a su anhelo de sanarnos. El profeta Oseas repite este sentimiento con su llamado al arrepentimiento: “Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará” (Ose. 6:1).

¿Usó Dios alguna vez experiencias dolorosas y aun desconcertantes para humillarte y atraerte más cerca de él? ¿Qué aprendiste de estas experiencias que, idealmente, te asegura que no pasarás por ellas otra vez?

 

Martes 2 de julio:

Percepción y realidad

Hay una brecha entre lo que Laodicea dice y lo que hace. Hay una brecha aun mayor entre la experiencia espiritual que Laodicea cree que tiene y lo que realmente tiene.

Lee Apocalipsis 3:17. ¿Cuál es la evaluación que Laodicea hace de sí misma? ¿Cuál es la evaluación de Dios? ¿Cómo crees que la gente puede estar tan ciega a su verdadera condición espiritual? ¿De qué maneras podríamos nosotros ser ciegos con respecto a nuestra propia condición espiritual?

Uno de los engaños fatales de Satanás es cegarnos a la realidad de nuestras necesidades espirituales. Algunos de los líderes religiosos de los días de Jesús estaban ciegos a su propia pobreza espiritual. Eran miembros que leían la Biblia, guardaban el sábado, devolvían el diezmo y esperaban la venida del Mesías. No obstante, muchos estaban en la oscuridad con respecto al tipo de reino espiritual que él presentaría. Jesús los llamó “guías ciegos” (Mat. 23:24). Pablo escribe a la iglesia de Corinto acerca de quienes “el dios de este siglo cegó el entendimiento” (2 Cor. 4:4). Por esto, Jesús dijo que él vino para dar “vista a los ciegos” (Luc. 4:18). Jesús restaurará la visión espiritual que hemos perdido, si se lo permitimos. Cada vez que Jesús abría ojos ciegos en el Nuevo Testamento, estaba revelando su deseo de abrir los ojos de nuestras mentes para permitirnos ver claramente.

Lee Mateo 25:1 al 13. ¿Qué semejanzas hay entre las vírgenes insensatas y los miembros de la iglesia de Laodicea?

¿En qué formas puedes mantenerte espiritualmente alerta? ¿Por qué crees que es tan fácil llegar a ser espiritualmente indiferente? ¿Cuáles son algunas maneras de contrarrestar la apatía religiosa?

 

Miércoles 3 de julio:

El remedio divino

Hay esperanza para Laodicea, así como hay esperanza para todos los que están afligidos con apatía e indiferencia espirituales. Nuestro Señor tiene el remedio divino. El hecho de que Dios hable a su iglesia muestra que existe esperanza para ella, si su pueblo acepta y sigue su consejo.

Reflexiona sobre el consejo de Jesús en Apocalipsis 3:18 y 19. ¿Qué quiere decir Jesús cuando habla de “oro refinado en fuego”, de estar vestido de “vestiduras blancas” y de tener los ojos ungidos con “colirio”? (Ver también 1 Ped. 1:7; Zac. 3:1-5; Apoc. 19:7-9; Efe. 4:30).

“Jesús va de puerta en puerta, parándose frente a cada templo del alma, proclamando: ‘Estoy a la puerta, y llamo’. Como un mercader celestial, abre sus tesoros y exclama: ‘Compra de mí oro afinado en fuego, para que seas rico; y ropas blancas, para que puedas vestirte, y que no se vea la vergüenza de tu desnudez’. El oro que ofrece no tiene mezcla, es más precioso que el oro de Ofir; porque es la fe y el amor.

“La ropa blanca que él invita a que el alma vista es su propio manto de justicia, y el aceite para ungir es el aceite de su gracia, que dará visión espiritual al alma que está enceguecida y en la oscuridad, para que pueda distinguir entre la operación del Espíritu de Dios y la del espíritu del enemigo. Abran las puertas, dice el gran Mercader, el poseedor de riquezas espirituales, y realicen sus compras conmigo. Soy yo, vuestro Redentor, que les aconseja comprar de mí”.–Elena G. de White, R&H, agosto 6 de 1894.

Elena de White cita Apocalipsis 3:20, diciendo de Jesús: “He aquí, estoy a la puerta y llamo”. Jesús llama; él no rompe la puerta y entra a la fuerza. Lo que esto significa, en definitiva, es que no importa lo que Dios esté dispuesto a hacer por nosotros, nosotros tenemos que elegir dejarlo entrar. Pregúntate: “¿Cuánto me resisto a abrirle la puerta?” Y, si te resistes, pregúntate: “¿Por qué?” ¿Qué te retiene? ¿Qué pecado, qué indulgencia, que no quieres soltar, o qué es lo que te resulta tan difícil de abandonar?

 

Jueves 4 de julio:

Un amor inconmovible

Compara Apocalipsis 3:20 con Cantares 5:2 al 5. ¿Qué semejanzas encuentras en ellos? ¿Qué te revelan estos pasajes acerca del amor de Dios?

La cena en el Oriente Medio era y todavía es sumamente importante. Cuando se terminó el trabajo del día y los hombres regresan de los campos para la cena, la familia entera se reúne alrededor de la mesa. En la mayoría de los casos, la familia extendida vive junta. A menudo las personas que se reúnen para cenar son muchas. Los abuelos, los hermanos y las hermanas, los tíos y las tías, los sobrinos y los primos, los adultos y los niños están presentes. En esta gran reunión después de un duro día de trabajo, se cuentan historias, se comparten experiencias y se dan consejos. Es un tiempo de compañerismo. Es un tiempo de calidez y de intimidad familiar. Jesús anhela tener ese compañerismo también con nosotros.

¿De qué modo la promesa de Cristo en Apocalipsis 3:21 revela su gran anhelo para cada uno de nosotros?

El Apocalipsis menciona el Trono de Dios 37 veces. Esto sucede más que en cualquier otro libro de la Biblia. En el Trono de Dios, nos unimos con los coros celestiales y alegremente proclamamos: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza” (Apoc. 5:12). Él promete que podemos participar en esta gran escena festiva de gozo una vez que la larga tragedia del pecado termine.

Cristo usa su mayor motivación para su pueblo indiferente del tiempo del fin. Su amor ha provisto la eternidad para nosotros. Tenemos sangre real que fluye por nuestras venas. Somos hijos e hijas del Rey del universo. Podemos reinar con él, sentados sobre su Trono para siempre. La mayor motivación para despertarnos del sueño espiritual es el amor inagotable de Jesús, porque él anhela pasar toda la eternidad con nosotros. Si eso no es suficiente para sacudirnos del letargo espiritual, ¿qué puede hacerlo? Si eso no es suficiente para llevarnos a arrodillarnos, buscando un reavivamiento, ¿qué puede lograrlo?

Cristo anhela tener compañerismo con nosotros. ¿Cuánto quieres tú estar en compañerismo con él? La respuesta es sencilla. ¿Cuánto tiempo pasas en oración y compañerismo con el Señor? ¿Qué te dice tu respuesta y, tal vez, cuán tibio eres?

 

Viernes 5 de julio

Para Estudiar y Meditar:

“Un reavivamiento y una reforma deben ocurrir bajo la ministración del Espíritu Santo. El reavivamiento y la reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, un despertar de los poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y las teorías, los hábitos y las prácticas. La reforma no producirá el buen fruto de la justicia a menos que esté conectada con el reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la reforma han de hacer la obra señalada, y al hacer esta obra deben estar unidos”.–Elena G. de White, R&H, 25 de febrero de 1902.

“El consejo del Testigo Fiel está lleno de ánimo y valor. Las iglesias todavía pueden obtener el oro de la verdad, la fe y el amor, y ser ricos con tesoros celestiales. Compra de mí ‘oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez’. Las vestiduras blancas son la justicia de Cristo, que puede ser introducida en el carácter. La pureza de corazón, la pureza de los motivos, caracterizarán a todos los que lavan su ropa, y la emblanquecen con la sangre del Cordero”.–Elena G. de White, R&H, 24 de julio de 1888.

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿Qué tiene de peligroso el ser tibios? ¿Por qué puede llevarnos muy fácilmente al autoengaño espiritual?
  2. ¿Por qué algunos cristianos parecen tan radiantes, y otros tan indiferentes? ¿Es un asunto de tipos de personalidad diferentes o hay algo más profundo en ello? Si es así, ¿qué es?
  3. Analiza con tu clase diferentes maneras en las que pueden evitar llegar a ser espiritualmente indiferentes. ¿Cómo podemos mantener nuestra experiencia espiritual vibrante y creciente? ¿Cuáles son las cosas que podemos hacer como cuerpo de la iglesia, en conjunto, para protegernos de llegar a ser “tibios”?
  4. ¿Por qué crees que Dios preferiría que seamos “fríos” y no “tibios”? ¿Por qué ser tibios no es mejor que ser sencillamente fríos? Indicio: ¿Qué es más cómodo: ser tibio o ser frío?
Radio Adventista
1 comment… add one
  • Me gustaria recibir comentarios de las lecciones, para complementar el estudio de las lecciones y las analogias con nuestra epoca.

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