Leccion 6. La fe que obra (4T 2014—Santiago)
Textos bíblicos: Santiago 2:14–26; Romanos 3:27, 28; Tito 2:14; 2 Corintios 4:2;
Romanos 4:1–5; Josué 2:1–21.
Citas
• Esta es una vida de fe, porque Dios probará la verdad de nuestra fe, para que el
mundo pueda ver que Dios tiene tales siervos que dependen plenamente de su
palabra. Richard Sibbes
• En cuanto al debate sobre la fe y las obras: Es como preguntar cuál de las dos
hojas de un par de tijeras es más importante. C. S. Lewis
• Quien más piensa en el mundo por venir es quien más hace en el mundo presente.
C. S. Lewis
• La fe sin obras es como un pájaro sin alas: aunque pueda saltar junto con otros
pájaros mientras están en la tierra, nunca volará con ellos al cielo. Francis
Beaumont
• La fe sin obras no es fe en absoluto, sino una simple falta de obediencia a Dios.
Dietrich Bonhoeffer
• Una verdadera fe en Jesucristo no nos hará estar inactivos. No. La fe es un
principio vivo, activo e inquieto; es un principio que llena el corazón, por eso no
está tranquilo hasta hacer algo por Jesucristo. George Whitefield
Para debatir
¿Por qué tantas discusiones sobre la fe y las obras? ¿Cómo demostramos que
verdaderamente tenemos fe en Dios? ¿De qué manera hacer lo recto revela nuestra
actitud interior? ¿Cómo entendemos el ejemplo de Abraham? ¿Qué nos aporta el ejemplo
de Rahab a nuestros conceptos de tener fe en Dios? Por encima de todo, ¿cómo vemos a
Dios en todo esto?
Resumen bíblico
Santiago 2:14-26 comienza con la pregunta: “¿Qué hay de bueno en que alguien
diga que tiene fe en Dios pero no hace lo correcto? ¿Podrá la “fe” salvarlo?” (FBV).
Santiago se ocupa de la cuestión de asegurarnos de que nuestras acciones reflejen
nuestras creencias. Las palabras son ciertamente baratas, y podemos decir todo tipo de
cosas. Tenemos que practicar lo que predicamos, dice Santiago- de lo contrario no tiene
sentido. Santiago pasa a ilustrar el hecho de que pronunciar una bendición sobre las
personas sin ayudarlos de hecho, hace muy poco en favor de ellos. Él aclara: “Te voy a
mostrar mi fe en Dios por lo que hago.” Luego cita a Abraham e incluso a Rahab la
prostituta como ejemplos de personas que mostraron su fe en Dios al hacer lo que era
correcto, y concluye: “Así como el cuerpo está muerto sin el espíritu, la fe en Dios está
muerta si no hacemos lo que es correcto.” (v. 26 FBV). Romanos 3:27, 28 FBV es muy
claro: “Así que, ¿tenemos algo de qué jactarnos, entonces? Por supuesto que no, ¡no hay
lugar para ello! ¿Y por qué? ¿Acaso es porque seguimos la ley de observar los requisitos?
No, seguimos la ley de la fe en Dios. Llegamos a la conclusión de que las personas son
justificadas mediante su fe en él, y no por la observancia de la ley.” Jesús se entregó por
nosotros, porque él quiere que estemos deseosos de hacer lo que es bueno (Tito 2:14). Por
nuestras vidas y acciones, nos recomendamos a otros (2 Cor. 4:2). Abraham se
encomendó a Dios por la demostración de su fe (Romanos 4:1-5), al igual que Rahab
(Josué 2:1-21).
Comentario
En lo que a Santiago se refiere, decir que tenemos fe tiene que estar orientado a
los resultados. De la misma manera como la gran controversia es la demostración de Dios
ante el universo sobre su verdadera naturaleza, lo que nosotros demostramos en nuestra
vida revela la clase de personas que somos mucho más que las aseveraciones que
hacemos
Notemos el siguiente pensamiento de Van Fisher: “El libro de Santiago parecía
estar en conflicto con los escritos de Pablo. Pablo dijo que la salvación es por la fe, las
obras no tienen nada que ver con eso, y Santiago dijo que la fe sin obras está muerta. Sin
embargo, usando la razón del aparente conflicto se puede resolver, sin abandonar o
menoscabar la verdad de ambos escritos inspirados divinamente, porque una
interpretación razonable muestra que no hay conflicto en los textos, sino solo en nuestro
entendimiento. Las obras no proporcionan la salvación, sino que evidencian la salvación.
Ladrar no te hará un perro, pero los perros ladran.”
Se aprecia en gran manera el énfasis en el uso de la razón. Con frecuencia, cuando
de religión se trata, el argumento es abandonar la razón y la lógica. Pero sobre todo aquí,
debemos examinar las ideas y ver cómo tienen sentido. Como el título de la lección
sugiere, necesitamos una fe que obra. Debe ser funcional. No hay ningún sentido en decir
que vamos en una dirección, cuando realmente estamos tomando la dirección opuesta. Al
igual que en nuestras relaciones humanas, no podemos decir que confiamos en alguien y
luego demostrar lo contrario con todas nuestras acciones.
¡Lo mismo sucede con Dios, no podemos afirmar que lo queremos en nuestras
vidas, y correr en la dirección opuesta! La confianza solo es confianza si se demuestra.
De lo contrario, solo estamos haciendo meras afirmaciones. Tiene que haber una prueba,
tiene que haber evidencias. Solo entonces nuestra confianza será real, solo entonces se
nos tomará en serio.
No lo haremos como una especie de vanidad que ofrece al mundo una prueba de
nuestra fe cristiana; sino que lo haremos de manera constante en una vida tranquila, una
vida que en todos sus aspectos revela nuestra total confianza y dependencia de nuestro
amoroso Señor.
Comentarios de Elena de White
“El apóstol Santiago vio los peligros que implicaría la presentación del tema de la
justificación por la fe, y se esforzó por demostrar que la fe genuina no puede existir sin
las obras correspondientes. Presenta el ejemplo de Abrahán. Dice: ‘¿No ves que la fe
obró con sus obras, y que la fe fue perfecta por las obras?’ Una fe genuina produce obras
genuinas en el creyente. La fe y la obediencia obran una sólida y valiosa experiencia
La fe y las obras son dos remos que debemos usar en igual proporción si
queremos avanzar en nuestro camino contra la corriente de la incredulidad…
La fe que no obra por el amor y no purifica el alma, no justificará a ningún
hombre… “Vosotros veis,” dice el apóstol, “que el hombre es justificado por las obras, y
no solamente por la fe.” Santiago 2:24. {La fe por la cual vivo, p. 117}
El deseo de llevar una religión fácil, que no exija luchas, ni desprendimiento, ni
ruptura con las locuras del mundo, ha hecho popular la doctrina de la fe, y de la fe sola;
¿pero qué dice la Palabra de Dios? El apóstol Santiago dice: “Hermanos míos, ¿qué
aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? […] ¿Mas
quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las
obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que
la fe obró con sus obras, y que la fe fue perfecta por las obras? […] Veis, pues, que el
hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. Santiago 2:14-24. {El
Conflicto de los Siglos, p. 464}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2014
Traducción: Shelly Barrios De Ávila