Lección 6. Entendiendo el Sacrificio(2T 2025 Alusiones, imágenes y símbolos)
Textos bíblicos:Isaías 1:2-15, Hebreos 10:3-10, Éxodo 12:1-11, 1 Corintios 5:7, Hag. 2:7-9, Isaías 6:1-5, Apocalipsis 4:7-11, Apocalipsis 5:9.
Citas
- • Cuando considero la cruz de Cristo, ¿cómo puede llamarse sacrificio a cualquier cosa que yo haga? Amy Carmichael
- • Cuando Dios se hace Hombre y vive como una criatura entre sus propias criaturas en Palestina, entonces Su vida es de supremo sacrificio y conduce al Calvario. C.S. Lewis
- • En cuanto a que no nos sacrifiquemos, el Creador y Padre de este universo no necesita sangre, ni el olor de los holocaustos, ni la fragancia de las flores y el incienso. Él es la fragancia perfecta, que no necesita nada ni dentro ni fuera. El sacrificio más noble para Él es que sepamos quién extendió y abovedó los cielos, fijó la tierra en su lugar como un centro, reunió el agua en mares y dividió la luz de las tinieblas. Adornó el cielo con estrellas e hizo que la tierra produjera semillas de todo tipo. Hizo los animales y formó al hombre. Si consideramos que Dios es el Creador de todas las cosas… y le alzamos las manos santas, ¿qué necesidad tiene de una hecatombe [sacrificio de 100 reses]Atenágoras, 177 d.C.
- • Bajo [Moisés] vuestra nación [es decir, los judíos] se mostró injusta e ingrata con Dios, haciendo un becerro en el desierto. Por lo tanto, Dios se acomodó a esa nación y les ordenó ofrecer sacrificios, como a su nombre, para que no sirvierais a los ídolos. (Diálogo con Trifón, un judío 19) Justino Mártir, c.150 d.C.
Para debatir
¿Por qué la Biblia no explica en detalle para qué era el sacrificio y qué debías aprender de él? Las naciones paganas también practicaban sacrificios: ¿en qué se diferencia el modelo bíblico? Los israelitas veían el sacrificio como algo que se hacía para Dios; ¿qué implica esto para nuestra comprensión del sacrificio de Jesús? ¿Cómo podemos evitar cometer errores teológicos en este aspecto?
Resumen bíblico
Isaías 1:2–15 describe la frustración de Dios con los israelitas y sus “sacrificios sin sentido.” Hebreos 10:3–10 señala la incapacidad de los sacrificios para quitar el pecado y que Dios no se complace en ellos. Éxodo 12:1–11 da instrucciones para la celebración de la Pascua. En 1 Corintios 5:7, Cristo se identifica como el cordero pascual. Hageo 2:7–9 se refiere a la venida del deseado de las naciones. Isaías 6:1–5 habla de las visiones de Dios. Apocalipsis 4:7–11 menciona a los cuatro seres vivientes. Apocalipsis 5:9 describe la apertura del quinto sello.
Comentario de la lección
Resulta interesante que este estudio comience describiendo lo que el sacrificio no es. En cuanto a lo que se suponía que significara, la Escritura no dice demasiado. Eso significaba que estabas llamado a reflexionar por ti mismo y llegar a ciertas conclusiones. El material de Isaías revela cómo Israel había llegado a entender el sistema de sacrificios: solo como una forma de satisfacer los requisitos de Dios. En esto se parecían mucho a las naciones paganas de alrededor, que también practicaban sacrificios para persuadir a sus dioses de que “estuvieran de su parte.” No habían aprendido las lecciones que el sistema de sacrificios pretendía enseñar, así que Dios les dice que no le interesan sus sacrificios. Probablemente los israelitas respondieron: “¡Pero esto es lo que tú pediste!” En efecto, Dios había detallado cómo y qué sacrificar. Pero, tal como Él dice, no le interesa la sangre de toros y cabras y, como señala Hebreos, esto no logra la salvación (véase Hebreos 10:4). Las ceremonias de sacrificio se volvieron meros rituales: nadie se molestaba en pensar en su significado. El pueblo de Dios creía que con solo cumplir los ritos estarían bien. Pero Dios quiere reflexión y entendimiento: el sistema ceremonial no era más que una ayuda para comprender a Dios y su salvación.
Dios desea una relación meditada, consciente, no una sucesión de ritos y prácticas sin sentido: “Detesto, aborrezco sus festivales y no me complacen sus asambleas religiosas. Aunque me presenten holocaustos y ofrendas de cereal, no los aceptaré. En cuanto a sus ofrendas de paz de ganado engordado… no las miraré. Pongan fin a sus ruidosos cantos de alabanza; no escucharé la melodía de sus arpas. Más bien, dejen que fluya la justicia como un río, y el hacer lo correcto
como un arroyo inagotable.” (Amós 5:21–24). “Lo que quiero es su verdadero amor, no sus sacrificios; quiero que me conozcan, no sus ofrendas quemadas.” (Oseas 6:6). “‘¿De qué me sirven todos sus muchos sacrificios?… No me traigan más ofrendas sin sentido;’” (Isaías 1:11–13).
Algunos de los seguidores de Dios han visto esto con claridad y han llegado a comprender que lo que realmente quiere Dios no es un servicio vacío ni ceremonias carentes de reflexión, sino una apreciación de Dios y un acuerdo con su carácter y sus acciones. Tomemos a Miqueas, por ejemplo:
“¿Con qué me presentaré ante el Señor, y me inclinaré ante el Dios del cielo? ¿Me presentaré con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se complacerá el Señor con miles de carneros o con diez mil arroyos de aceite? ¿Daré a mi primogénito por mi rebelión, a mi propia carne y sangre por los pecados que he cometido? “El Señor te ha mostrado lo que es bueno, y lo que el Señor pide de ti: que hagas lo que es justo, que ames la misericordia y que camines con humildad ante tu Dios.” (Miqueas 6:6–8). David veía lo mismo: el concepto ceremonial de salvación no era lo que Dios quería. “Los sacrificios no te complacen, o de lo contrario te los ofrecería; las ofrendas quemadas no te agradan. Los ‘sacrificios’ que Dios quiere son en el interior: el quebranto del arrepentimiento.
Dios no rechazará un corazón quebrantado y arrepentido.” (Salmo 51:16, 17). Entonces, ¿qué sacrificio quiere realmente Dios? Un clamor auténtico y profundo que acuda a Él en busca de todas las respuestas; una relación personal basada en el respeto y la admiración por la clase de persona que es Dios; una respuesta de amor para aquel que nos amó primero y se entregó a sí mismo por nosotros. En “Romanos 25,” Pablo usa la palabra griega hilasterion, a menudo traducida como
“propiciación,” “aplacamiento,” o “sacrificio expiatorio.” Pero un análisis de los escritos griegos de la época brinda otro entendimiento: “el regalo que trae paz.” En consecuencia, en la FBV (Free BibleVersion) traduje este versículo como: “Dios presentó abiertamente a Jesús como el regalo que trae paz a quienes confían en él.” En contraste con la NVI: “Dios ofreció a Cristo como un sacrificio de expiación.” Observa que el sacrificio proviene de Dios, no se dirige a Dios. El sacrificio es siempre para nuestro beneficio, no para el de Dios. Si el sacrificio se orientara hacia Dios, implicaría que Dios necesita ser cambiado. Pero esa es la dirección equivocada. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo (2 Corintios 5:19), no al revés.
En ninguna parte de la Escritura se dice que Dios necesitara ser reconciliado. De lo contrario, tendríamos el concepto extraño de Dios “pagándole” a Dios con la sangre de Dios. Sí, Jesús dijo que vino para dar su vida en rescate por muchos. De inmediato surgen preguntas como: ¿a quién le pagó el rescate? ¿Cuál era la moneda? Preguntas poco útiles. Jesús simplemente estaba diciendo que le costó inmensamente venir aquí para salvarnos.
Jesús vino para salvar al pueblo de sus pecados. La salvación es sanidad, no pago de un precio o cambio de la actitud de Dios. Debido a nuestra rebelión, elegimos tratar a Dios como enemigo.
Pero Él nos llama amigos (Juan 15:15). Y se nos llama a continuar este ministerio: “Dios estaba en Cristo, atrayendo al mundo de la hostilidad a la amistad con él, sin tener en cuenta los pecados de nadie, y nos dio este mensaje para que transformáramos a sus enemigos en sus amigos.” (2 Corintios 5:19).
Comentarios de Elena de White
Jesús miró las inocentes víctimas de los sacrificios, y vió cómo los judíos habían convertido estas grandes convocaciones en escenas de derramamiento de sangre y crueldad. En lugar de sentir humilde arrepentimiento del pecado, habían multiplicado los sacrificios de animales, como si Dios pudiera ser honrado por un servicio que no nacía del corazón…Así se había destruído en gran medida a los ojos del pueblo la santidad del ritual de los sacrificios {DTG 540.3}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2025
Traducción: Shelly Barrios De Ávila