La idea del sacrificio se vio bastante temprano en Génesis con la triste historia del asesinato de Abel por su propio hermano y compañero de adoracion, Caín. Tiene sentido examinar este incidente de cerca, porque involucró un sacrificio que fue aceptado y el otro no. ¿Por qué Cain ofreció una ofrenda vana, y Abel fue suficiente para conseguirle un lugar, en Hebreos 11, el capítulo de fe?
Sin duda, Dios había prescrito específicamente qué ofrendas deseaba de los hermanos, incluido el cordero simbólico e inocente para señalar el sacrificio de Dios por ellos. Génesis 4: 4 sugiere que Abel también puede haber traído una ofrenda no animal del jardín para expresar gracias, junto con el primogénito de su rebaño. Caín, por otro lado, solo trajo algo de su jardín, pero lo hizo con un corazón que se centró en sí mismo, en lugar de a Dios.
Además, dado que Abel era un guardián del rebaño, el orgullo puede haber evitado que Caín le pidiera una oveja a su hermano. El corazón celoso de Caín no estaba preparado para adorar, causando los problemas y la angustia que resultó del apresurado asesinato de Abel y la posterior vuelo hacia el lugar.
