Una parte esencial de la comprensión de la profecía es comprender más completamente el sacrificio de Dios que hace posible un futuro mejor para las naciones. Un símbolo de un cordero que apunta al sacrificio de Jesús, el Cordero de Dios, se ve a lo largo de las Escrituras. Desde la historia de Caín y Abel hasta la visión profética de Juan en la sala de trono celestial de Dios, vemos que se desarrolla el tema del sacrificio.
Todas las religiones, variedades antiguas y más recientes, incorporan algún tipo de sacrificio o servicio obligatorio, ritual. La mayoría de ellos implican dar algo para apaciguar a una deidad, a cambio de ayuda de algún tipo para el adorador. Este tipo de sacrificio indica un movimiento ascendente, uno que se origina con el hombre y se mueve hacia arriba a un dios, o múltiples dioses.
Sin embargo, la adoración de nuestro creador de Dios, en la persona de su Hijo, significa un movimiento descendente. Un Dios amoroso y misericordioso se acerca a la humanidad y ofrece perdón y restauración a través de su sacrificio. Es importante estudiar el sacrificio del digno cordero de Dios examinando los vínculos históricos y proféticos sobre el disponible en la Santa Palabra de Dios.
