Nabucodonosor tuvo un segundo sueño. Está en Daniel capítulo 4. Era un gran árbol que cubría el mundo y era alto alcanzando el cielo, en la alta atmósfera. A todos se les suministró: animales, pájaros y humanos y ella protegió a todos.
Como era costumbre del rey, llamó a sus sabios, excepto a Daniel, para que le dieran la interpretación. Nuevamente, sin Daniel, no se atrevieron a inventar una interpretación, dada la sorpresa que tomaron la primera vez. No pudieron explicar el sueño al rey. De hecho, cualquier cosa que dijeran, el rey podría sospechar, y luego su muerte sería segura. Y dejar que Daniel aparezca en cualquier momento y negar su versión. Daniel era extremadamente respetado por el rey, y ahora nunca se arriesgarían a inventar una interpretación al tener a este hombre de DIOS en el palacio.