Conocer los principios básicos de la sumisión es importante para nuestra capacidad de sobrevivir a los crisoles de la vida. La sumisión incluye ideas como éstas:
- Nuestro servicio a Dios depende de lo dispuestos que estemos a someternos a su voluntad. (Domingo)
- Incluso antes de conocer la totalidad de la voluntad de Dios, debemos someternos a él muriendo al yo. (Lunes)
- Cultivar nuestra capacidad de escuchar a Dios nos ayudará a saber cómo entregarnos a Él. (Martes)
- Confiar en nuestros propios pensamientos y sentimientos nos impide someternos a Dios. (Miércoles)
- Debemos rechazar los sustitutos de Dios y someternos sólo a Él. (Jueves)
Morir como una semilla fue una buena analogía que Jesús utilizó para explicar nuestra necesidad de morir al yo. La semilla no tiene control sobre dónde será plantada o cómo será cultivada. No sabe nada de la planta fructífera en la que se convertirá más tarde. Su futuro está totalmente en manos del agricultor y de las fuerzas de la naturaleza que la rodean.
Morir al yo y al pecado requiere nuestra total sumisión a Dios y a su plan para nuestra vida. Cuando la vida es más oscura, todavía podemos brillar, sabiendo que tenemos un futuro glorioso con nuestro Señor. Sólo muriendo al pecado y sometiéndonos totalmente a la voluntad de Dios podemos tener la plenitud de vida que se nos ha prometido.
Texto de memoria: “Les aseguro que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, produce mucho grano”. Juan 12:24 RVR
Nueva Traducción Viviente: “Os aseguro que si el grano de trigo no está plantado en la tierra y muere, queda solo. Pero su muerte producirá muchos granos nuevos: una abundante cosecha de nuevas vidas”.