12.Morir como una semilla (3T 2022—En el crisol con Cristo)
Textos Bíblicos: 1Sam.2:12–3:18;13:1-14;Zac.4:1-14;Rom. 12:1,2;Fil. 2:5-9.
Citas
- Dios nos susurra en medio de los placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero nos grita en medio del dolor: es su megáfono para despertar a un mundo sordo. C.S. Lewis
- Nada comienza, y nada termina, que no se pague con gemidos; Porque nacemos en el dolor de otros, Y perecemos en el nuestro. Francis Thompson
- El dolor endurece, y el gran dolor endurece mucho, digan lo que digan los que brindan consuelo, el sufrimiento no ennoblece… A. S. Byatt
- Vivir es sufrir, sobrevivir es encontrarle un significado en el sufrimiento. Roberta Flack
- Sería una gran cosa entender el dolor en todos sus significados. Peter MereLatham
- Todos debemos sufrir una de estas dos cosas: el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento o la decepción. Jim Rohn
Para debatir
¿Habla más nuestro morir que nuestro vivir? ¿De qué manera quiere Dios que muramos? En nuestra sumisión a Dios, ¿qué busca Él? ¿Significa esto no hacer preguntas? En su comentario sobre la semilla que muere, ¿Jesús hace hincapié en la muerte o en la vida? ¿Qué es un “sacrificio vivo”? ¿Cómo evitamos caer en la “sumisión hosca”? ¿Cómo revelamos a Dios al universo en lo que pensamos/hacemos?
Resumen bíblico
1 Sam. 2:12-3:18 registra el nacimiento y la llamada de Samuel. Samuel se enfrenta a Saúl por su sacrificio ilegal en 1 Sam. 13:1-14. Zacarías 4:1-14 relata la visión del candelabro y los olivos dada a Zacarías. Debemos ofrecernos como sacrificios vivos (Rom. 12:1, 2). Debemos tener la misma actitud que Cristo Jesús (Fil. 2:5-9).
Comentario
Tenemos que “someternos”, sugiere la lección. Es interesante observar que la propia palabra “Islam” significa “sumisión” (a Dios). Tenemos que preguntarnos de qué manera Dios nos “exige” que nos sometamos… Romanos 12:1, 2 nos da algunas ideas al respecto. No somos sólo “carne muerta”, sino “sacrificios vivos”. Dios sigue queriendo el pensamiento consciente, pues valora nuestra libertad e individualidad. Quiere que tengamos vidas maravillosas, pero sabe que con nuestra inclinación hacia el mal necesitamos la curación que sólo él puede proporcionar. No quiere la “sumisión hosca de un rebelde”, sino el acuerdo amoroso de un amigo. Sólo entonces, con nuestro permiso, podrá ayudarnos y curarnos. Además, la lección (del miércoles) dice: “Cuando confiamos en nuestro propio juicio en lugar de confiar en la Palabra de Dios, nos abrimos a todo tipo de problemas”. La pregunta es: ¿cómo tomamos decisiones? Aunque los juicios humanos pueden ser defectuosos, ¿cómo vamos a decidir si no es usando nuestros cerebros? La respuesta está en combinar la evidencia de la palabra de Dios junto con la lógica para asegurarnos de tomar decisiones bien informadas y razonadas.
¿Y qué hay de nuestro individuo: es éste el que debe morir? Cuando Jesús habló de la muerte de la semilla, estaba enfatizando la transformación que debe ocurrir, no la muerte. De hecho, ¡la semilla está realmente “cobrando vida” mucho más que muriendo! Sin embargo, sin ese cambio de semilla seca a planta viva, no puede haber crecimiento…
Cuando Jesús habló de la muerte de la semilla, ¿a quién se refería? Jesús respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda en una sola semilla. Pero si muere, produce muchas semillas. El hombre que ama su vida la perderá, mientras que el que odia su vida en este mundo la conservará para la vida eterna. El que me sirve debe seguirme; y donde yo esté, estará también mi servidor. Mi Padre honrará al que me sirve”. Juan 12:23-26 NVI. Este es el significado de tener la mente de Cristo, como se señala en Filipenses 2. La entrega desinteresada de Dios está en el centro de todo el entramado del universo, el concepto central que nos da a cada uno la libertad de decidir y elegir. Dios no exige, sino que comparte libremente con nosotros, invitando a nuestro amor y a nuestro acuerdo de que todo lo que hizo era bueno, muy bueno.
Nuestras verdaderas decisiones en la vida giran en torno a lo que es correcto y verdadero, a quién es verdaderamente bueno y digno de confianza. Sólo cuando veamos que esta semilla seca de una vida, con su falta de crecimiento y su aparente falta de vida, debe plantarse, mojarse y permanecer en el barro durante un tiempo, sólo entonces podrá venir a nosotros una nueva vida, y podremos brotar y crecer hasta convertirnos en una “planta” productiva llena de vigor vivo. La imagen del mundo natural es reveladora. Nos dice que debemos preocuparnos por los que nos rodean más que por nosotros mismos, que el bien mayor es más importante que nuestro pequeño yo, y que, sobre todo, el camino de Dios es el único que nos permite vivir de verdad y llegar a ser todo lo que deberíamos ser.
Comentario adicional
“El sectario piadoso es orgulloso porque está convencido de su derecho de posesión en Dios. El hombre de devoción es manso porque es consciente del derecho de Dios a amar su vida y su alma. El objeto de nuestra posesión se hace más pequeño que nosotros mismos, y sin reconocerlo con tantas palabras el sectario intolerante tiene la creencia implícita de que Dios puede mantenerse asegurado para ciertos individuos en una jaula que es de su propia fabricación. De manera similar, las razas primitivas de los hombres creían que sus ceremonias tenían una influencia mágica sobre sus deidades. El sectarismo es una forma perversa de mundanidad disfrazada de religión; engendra una estrechez de corazón en mayor medida de lo que puede hacerlo el culto al mundo basado en el interés material. Porque la búsqueda no disimulada del yo tiene su seguridad en la apertura, como la suciedad expuesta al sol y al aire. Pero la magnificación del yo, con su consecuente disminución de Dios, que continúa sin control bajo la cobertura del sectarismo, pierde su oportunidad de salvación porque contamina la fuente misma de la pureza.”RabinranathTagore
Comentarios de Elena de White
Y todos los que produzcan frutos como obreros juntamente con Cristo, deben caer primero en la tierra y morir. La vida debe ser echada en el surco de las necesidades del mundo. Deben perecer el amor propio y el egoísmo. Pero la ley del sacrificio propio es la ley de la preservación propia. La semilla enterrada en el suelo produce fruto, y a su vez éste es sembrado. Así se multiplica la cosecha. El agricultor conserva su grano esparciéndolo. Así en la vida humana: dar es vivir. La vida que se preservará será la vida que se dé liberalmente en servicio a Dios y los hombres. Los que sacrifican su vida por Cristo en este mundo, la conservarán eternamente.
La semilla muere para brotar en forma de nueva vida, y en esto se nos enseña la lección de la resurrección. Todos los que aman a Dios vivirán otra vez en el Edén celestial. Dios ha dicho de los cuerpos humanos que yacen en la tumba para convertirse en polvo: “Se siembra en corrupción; se levantará en incorrupción; se siembra en vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con potencia.”1Cor.15:42, 43.{Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 64}
Una sumisión hosca a la voluntad del Padre desarrollará el carácter de un rebelde. El servicio es considerado por alguien, así como un trabajo pesado. No se presta con alegría y en el amor de Dios. Es un mero desempeño mecánico. Si se atreviera, tal persona desobedecería. Su rebelión es sofocada, lista para estallar en cualquier momento en amargas murmuraciones y quejas. Tal servicio no trae paz ni tranquilidad al alma.{Signs of theTimes,22 de Julio de1897}