En Jeremías, encontramos la primera mención en la Biblia de un nuevo pacto. Pero, ¿es este pacto diferente? Y si lo es, ¿en qué sentido? Los elementos básicos que veremos son los mismos, porque Dios nunca cambia. Sus promesas nos dan la misma esperanza, el mismo perdón de nuestras acciones erróneas y actitudes podridas, y la misma gracia para superarlas.
Texto de memoria: ” ‘He aquí que vienen días, dice el Señor, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y la casa de Judá’. ” Jeremías 31:31 RSV
Definitivamente, Dios lo llama un nuevo pacto que tiene con su pueblo. Les recuerda que deben guardarlo con amor en sus corazones. Ya en Deuteronomio 6:5 se les dijo que amaran al Señor con todo su corazón, su alma y sus fuerzas.
El amor que Él mostró a los antiguos israelitas, al sacarlos de la esclavitud, o ahora, como hemos visto y entendido, el sacrificio que el Mesías hizo por nosotros en la cruz, debería suscitar en nuestros corazones el deseo de guardar sus mandamientos. No hay nada nuevo en la voluntad de Dios para su pueblo. Su voluntad y deseo es que nos acerquemos a Él en una relación de amor. Ese fue su propósito desde nuestra creación.
