El mundo nos dice que creamos en nosotros mismos para hacer que las cosas sucedan. Pero esto sólo nos lleva a la mitad del camino para encontrar el descanso y la paz en la vida que tanto necesitamos. Un camino mejor sería no creer tanto en el yo, y en cambio poner nuestra creencia en el Hijo de Dios, que nos revela al Padre (Mateo 11:27).
Ellen White lo explica muy bien “Cuando encontréis duro vuestro trabajo, cuando os quejéis de las dificultades y las pruebas, cuando digáis que no tenéis fuerza para resistir la tentación, que no podéis vencer la impaciencia y que la vida cristiana es un trabajo cuesta arriba, estad seguros de que no estáis llevando el yugo de Cristo; estáis llevando el yugo de otro amo.” Guía del Niño, p. 267.
Hagamos una pausa cada día y asegurémonos de que no estamos llevando el “yugo de la esclavitud”, sino el “yugo de la libertad” (Gálatas 5:1). El yugo de Jesús es fácil y nos llevará al descanso.