Tanto el bien como el mal se describen como misterios en la Biblia (2 Tesalonicenses 2:7 y 1 Timoteo 3:16). Esto debe ser recordado, mientras abordamos las preguntas universales acerca de por qué la muerte ha caído sobre cada criatura en nuestro planeta. Puede que nunca lleguemos a comprender del todo el significado de estos misterios, pero es importante conocer todo lo que Dios nos ha revelado.
El conocimiento de Lucifer y de la guerra que inició en el cielo nos permite conocer las causas de nuestras desafortunadas circunstancias. Nunca encontraremos una justificación para esta rebelión, o por qué Dios decidió permitir que sucediera.
Lo que podemos saber, sin embargo, es que Dios nos ama tanto que ha proporcionado una solución a la situación que Satanás creó en el cielo. Esta dramática saga de la que formamos parte comenzó con Lucifer, el querubín protector, y terminará con su destrucción en un lago de fuego.
Nuestro destino depende de nuestra elección de a qué reino deseamos unirnos: al de Dios o al de Satanás. Un reino trae una esperanza gloriosa y el otro trae una muerte eterna final.