Asc. Metropolitana MX Lección 4: Las ofrendas para Jesús – Sábado 28 de Enero de 2023

A la hora de decidir cuánto dar a Dios, hay que tener en cuenta estos versículos:

Deuteronomio 16:17-Da según tus fuerzas, según el Señor te haya bendecido.
Lucas 12:48-Dios requiere que demos de acuerdo a cuanto seamos bendecidos
Al observar todas las formas en que Dios nos ha bendecido, queda claro que nunca podremos igualar Sus dones. Todo lo que podemos hacer es ser generosos con nuestros medios. Como dice Mateo 10:8: “De gracia recibisteis, dad de gracia”.

Cuando seguimos estos principios, nuestro carácter será moldeado para igualar el de nuestro amoroso Señor y Amigo, Jesucristo. Nuestros regalos, ya sean grandes o pequeños, promueven la causa de Dios y muestran nuestra preocupación por otros menos afortunados. En lugar de ser cada vez más egoístas, podemos hacer crecer nuestro amor a Dios y a los hombres a través de nuestros dones. Sólo esto debería hacernos lo más generosos posible con nuestras ofrendas.

Hoy en día, en la mayoría de los cultos semanales se incluye un tiempo para los diezmos y las ofrendas. Junto con la oración, la música y la enseñanza y predicación de la Palabra de Dios, nuestras ofrendas se consideran parte de la experiencia del culto. Alabamos a Dios compartiendo nuestros recursos con Él y con otros menos afortunados. Esto demuestra nuestra fe, amor y gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros.

Algunos pueden preguntarse si dar en línea expresa los mismos sentimientos de alabanza y adoración que cuando lo hacemos de una manera más pública durante el servicio de la iglesia. Pero, al igual que podemos adorar a Dios en casa, a través del estudio de la Biblia, orando y cantando durante toda la semana, tal vez nuestra adoración a través de dar puede ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar, también.

De cualquier manera que devolvamos nuestros diezmos y ofrendas, puede ser parte de nuestra adoración a Dios, el Creador y Dueño de todo lo que poseemos.

Marcos 12:41-44 nos da una idea de lo que piensa Dios de nuestras ofrendas. Un día, Jesús observó en el templo a dos tipos de dadores. Los ricos solían poner mucho dinero en el tesoro del templo, pero la viuda que dio sólo dos ácaros, que era todo lo que tenía, mereció la atención y la aprobación de Jesús. Este testimonio confirma que a Dios le interesa más la motivación que la cantidad de nuestras ofrendas.

Cada uno de nosotros debería examinar su corazón antes de dar algo a Dios. A Él le interesa mucho más lo que hay en nuestros corazones que lo que sale de nuestros bolsillos y carteras. Las ofrendas más valiosas son las que provienen de los corazones más amorosos y agradecidos. No tenemos que dar todo nuestro dinero, pero sí tenemos que dar a Dios todo nuestro corazón.

La historia de la escasa ofrenda de la viuda aquel día se ha contado innumerables veces, motivando a miles de personas del pueblo de Dios a aumentar sus ofrendas llenas de alabanza. Su historia ha hecho avanzar la obra de Dios más de lo que ella o cualquiera de nosotros podría haber imaginado.

Otro dador en el que Dios se fijó fue Cornelio, el soldado romano que ayudó a Pedro a entender su extraño sueño sobre una sábana de animales que bajaba del cielo. Cornelio fue elogiado por Dios por sus oraciones y sus ofrendas (Hechos 10:4). Sus oraciones demostraban que amaba a Dios, y sus limosnas (donativos) indicaban que también amaba a su prójimo.

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