Escuela Sabática Texas USA Lección 4: Las ofrendas para Jesús – Sábado 28 de Enero de 2023

Cuando pensamos en el 90% que nos queda después de devolver el sagrado diezmo de Dios, no siempre pensamos en el panorama general de todo lo que se nos ha dado. Se ha estimado que sólo el 9% de nuestros activos consisten en dinero en efectivo y cuentas bancarias, esas cosas llamadas activos líquidos, fondos que están más disponibles para gastar. Una cantidad mucho mayor sería en forma de casas, bienes inmuebles, un negocio, y otros activos que conforman nuestro valor.

La Biblia relata varias historias de personas que dieron sacrificialmente de esos activos más grandes. Los cristianos de la Iglesia primitiva, tras la muerte de Cristo, por ejemplo, sintieron la necesidad de echar mano de su “gran jarra” de ahorros vendiendo sus tierras y casas para ayudar a sus hermanos perseguidos en la fe. Véase Hechos 4:34, 35.

Incluso antes, la historia del costoso nardo que María donó para ungir a Jesús en casa de Simón fue un ejemplo de este tipo de sacrificio o “gran tinaja”. Su regalo valía el salario de todo un año, todo un sacrificio para su Señor.

Bernabé, compañero de Pablo en la evangelización, era también uno de esos sacrificados dadores. Hechos 4:36, 37 relata cómo vendió sus tierras para ayudar a la obra de los apóstoles.

La expresión de que debemos dar hasta que nos duela podría ser una buena regla a seguir cuando consideramos cuánto tenemos para ofrecer a Dios. Hay muchos proyectos especiales que la iglesia financia y a los que podemos ayudar, si oramos sobre cuánto y adónde dirigir nuestras ofrendas.

Las ofrendas son un elemento esencial de nuestro crecimiento cristiano. Nuestras ofrendas nos animan y nos recuerdan que debemos amar más a los demás. Además, expresa nuestra gratitud y el nivel de nuestro compromiso con Dios. Esto encarna todo el propósito de los Diez Mandamientos, que son enseñarnos a amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Recordemos el ejemplo de Cornelio combinando la oración con nuestras ofrendas. Orar antes de dar es tan importante como orar y dar gracias a Dios mientras damos. El Espíritu Santo está deseoso de ayudarnos a decidir cuánto y hacia dónde dirigir nuestras ofrendas.

Naturalmente, deseamos que nuestros dones, tanto de dinero como de tiempo, sean de mayor valor para Él, pero incluso si son inadvertidamente mal administrados o mal aplicados, Dios honrará la dedicación y el amor sincero que acompañan a nuestros dones.

Radio Adventista
0 comments… add one

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.