Asc. Metropolitana MX Lección 12: La fe del pacto – Sábado 19 de Junio de 2021

La forma de salvación del Antiguo Testamento bajo el pacto mosaico no es diferente de la forma de salvación del Nuevo Testamento bajo el nuevo pacto. Ya sea en el Antiguo o en el Nuevo Testamento, en el antiguo o en el nuevo pacto, la salvación es sólo por la fe. Si fuera por cualquier otra cosa, como las obras, la salvación sería algo que se nos debe, algo que el Creador está obligado a darnos. Sólo aquellos que no comprenden la gravedad del pecado podrían creer que Dios tenía alguna obligación de salvarnos. Por el contrario, si acaso, sólo había una obligación, y era la que le debíamos a la ley violada. Nosotros, por supuesto, no podíamos cumplir esa obligación; afortunadamente, Jesús la cumplió por nosotros.

“Cuando los hombres y las mujeres puedan comprender más plenamente la magnitud del gran sacrificio que hizo la Majestad del cielo al morir en lugar del hombre, entonces se magnificará el plan de salvación, y las reflexiones sobre el Calvario despertarán emociones tiernas, sagradas y vivas en el corazón del cristiano. Las alabanzas a Dios y al Cordero estarán en sus corazones y en sus labios. El orgullo y la autoestima no pueden florecer en los corazones que mantienen frescas en la memoria las escenas del Calvario… Todas las riquezas del mundo no son de suficiente valor para redimir un alma que perece. ¿Quién puede medir el amor que Cristo sintió por un mundo perdido mientras colgaba de la cruz, sufriendo por los pecados de los hombres culpables? Este amor era inconmensurable, infinito.

Cristo demostró que su amor era más fuerte que la muerte. Estaba llevando a cabo la salvación del hombre; y aunque tuvo el más temible conflicto con los poderes de las tinieblas, sin embargo, en medio de todo, su amor se hizo más y más fuerte. Soportó el ocultamiento del rostro de su Padre, hasta que fue llevado a exclamar en la amargura de su alma: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’ Su brazo trajo la salvación. El precio fue pagado para comprar la redención del hombre, cuando, en la última lucha del alma, se pronunciaron las benditas palabras que parecían resonar en toda la creación: ‘Está consumado’.

Las escenas del Calvario provocan la más profunda emoción. Sobre este tema, serás excusado si manifiestas entusiasmo. Que Cristo, tan excelente, tan inocente, sufra una muerte tan dolorosa, cargando con el peso de los pecados del mundo, nuestros pensamientos e imaginaciones nunca podrán comprenderlo plenamente. La longitud, la anchura, la altura y la profundidad de un amor tan asombroso no podemos comprenderlo. La contemplación de las incomparables profundidades del amor del Salvador debería llenar la mente, tocar y derretir el alma, refinar y elevar los afectos, y transformar completamente todo el carácter”. – Ellen G. White, Testimonios para la Iglesia, vol. 2, pp. 212, 213.

Radio Adventista
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