Asc. Metropolitana MX Lección 10: El fuego del infierno – Sábado 3 de Diciembre de 2022

Las numerosas referencias en la Biblia a que los fuegos del infierno son “eternos” o “sempiternos” son preocupantes para algunos. Pero debemos entender las lenguas originales y recordar que las palabras “eterno”, “para siempre” y “sempiterno” tienen diferentes connotaciones, dependiendo de lo que se describa.

Cuando se usan para describir a Dios, estos descriptores se asocian con Su eternidad: Él no tiene principio ni fin (Deuteronomio 33:27). Sin embargo, cuando se utiliza en el contexto de algunas condiciones humanas, la palabra “para siempre” puede limitarse a la vida de una persona (Éxodo 21:7 y 40:15).

Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando se refirió al “fuego eterno” en Mateo 18:8 y 25:41? Judas 7 mencionó a Sodoma y Gomorra como ejemplos de ciudades que experimentaron la venganza del fuego eterno, pero no siguen ardiendo. Fueron totalmente consumidas, al igual que Malaquías habló de que los malvados son “cenizas bajo las plantas de vuestros pies” (Malaquías 4:3).

Debemos tener en cuenta que este castigo final también se llama “destrucción eterna” en 2 Tesalonicenses 1:9. Y en Salmos 37:38 se afirma que “los transgresores serán destruidos juntos; el futuro de los impíos será cortado”. Muchos otros versículos bíblicos se refieren a la destrucción total de los impíos. La destrucción resultante de ese fuego se sentirá durante toda la eternidad.

El Catecismo Católico, un resumen de las creencias católicas que se utiliza para instruir a los creyentes, habla del purgatorio como un lugar en el que los que han muerto “en la gracia y la amistad de Dios” van a “someterse a la purificación, a fin de alcanzar la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo”. Además, afirma que su sufrimiento en el purgatorio puede ser aliviado por las oraciones y donaciones a la iglesia que sus seres queridos vivos hacen en su nombre.

Junto con la creencia pagana en un infierno que arde para siempre, encontramos esta práctica pagana de rezar por los muertos fomentada por el sistema de culto católico. La idea del purgatorio es bíblicamente errónea por estas razones:

  1. Los muertos son descritos como descansando en la tumba (Eclesiastés 9:10).
  2. Nadie puede asumir la responsabilidad de la salvación de otro (Ezequiel 18:20).
  3. Sólo Cristo puede ser nuestro mediador (1 Timoteo 2:5).
  4. No hay una segunda oportunidad para recibir a Dios después de haber muerto (Hebreos 9:27).

Estas narrativas no bíblicas, que se encuentran en muchas denominaciones cristianas hoy en día, presentan a Dios como severo y arbitrario. Sin duda, Satanás se deleita en la difusión de estas falsedades sobre Dios y debemos tener cuidado con su influencia y compartir con amor el verdadero mensaje de esperanza y perdón que se encuentra en la palabra de Dios.

 

Radio Adventista
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