Aqui entre Qui entre Nos. Lección 12 – La fe del pacto – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.

Volviendo a Génesis 15:6, podemos ver que varias traducciones han traducido el término contado (hebreo, chashab) o “contado” o “acreditado” (RSV, NIV) o “contado”. (NKJV)

El mismo término se emplea en otros textos de los libros de Moisés. Una persona o una cosa es “contada” o “considerada” como algo que esa persona o cosa no es. Por ejemplo, en Génesis 31:15, Raquel y Lea afirman que su padre las “considera” (“mira” o “cuenta”) como extrañas, aunque son sus hijas. El diezmo del levita se “cuenta” (“considera” o “cuenta”) como si fuera el maíz de la era, aunque obviamente no es el maíz (Núm. 18: 27, 30).

¿Cómo se expresa la idea de contar en el contexto de los sacrificios? (Lev. 7:18, Lev. 17:1-4).

La versión King James utiliza la palabra imputado para traducir chashab. Si un sacrificio particular (“ofrenda de paz”) no se come al tercer día, su valor se pierde, y no será “contado” (Lev. 7:18, NASB; hebreo, chashab) en beneficio del oferente. Levítico 7:18 habla de una situación en la que un sacrificio es “contado” en beneficio del pecador (compárese con Lev. 17:1-4, NASB), quien entonces se presenta ante Dios en justicia. Dios considera al pecador como justo, aunque el individuo sea realmente injusto.

Tómese un tiempo para reflexionar sobre esta maravillosa verdad de que nosotros, a pesar de nuestras faltas, podemos ser contados, o acreditados, como justos a los ojos de Dios. Escribe en tus propias palabras lo que entiendes por esto.

La gran verdad, la de ser declarados justos, no por ningún acto que podamos hacer sino sólo por la fe en lo que Cristo ha hecho por nosotros, ésta es la esencia de la frase “justicia por la fe”. Sin embargo, no es que nuestra fe en sí misma nos haga justos; más bien, la fe es el vehículo por el que obtenemos el don de la justicia. Esto, en esencia, es la belleza, el misterio y la gloria del cristianismo. Todo lo que creemos como cristianos, como seguidores de Cristo, encuentra una importante raíz en este maravilloso concepto. A través de la fe, somos considerados justos a los ojos de Dios. Todo lo demás que sigue; la obediencia, la santificación, la santidad, el desarrollo del carácter, el amor, debe surgir de esta verdad crucial.

Se cuenta una historia sobre el famoso cardenal Belarmino, el gran apologista católico que toda su vida luchó contra el mensaje de la justificación por una justicia imputada solamente. Mientras agonizaba, le trajeron los crucifijos y los méritos de los santos para que le dieran seguridad antes de morir. Pero Belarmino dijo: “Llévatelo. Creo que es más seguro confiar en los méritos de Cristo”.

Para muchas personas, cuando se acercan al final de sus vidas, miran hacia atrás y ven lo vano, lo inútil, lo inútil que son sus actos y sus obras para ganarse la salvación con un Dios santo, y por lo tanto lo mucho que necesitan la justicia de Cristo.

Sin embargo, la buena noticia es que no tenemos que esperar a que se acerque la muerte para tener seguridad en el Señor ahora. Todo el pacto se basa en las promesas seguras de Dios ahora, promesas para nosotros ahora, promesas que pueden mejorar nuestra vida ahora.

Busca los siguientes versículos y responde a la pregunta que se hace con cada uno en el contexto de desarrollar, mantener y fortalecer tu relación de pacto con Dios:

Sal. 34:8 (¿Cómo puedes probar la bondad de Dios?)

Mat. 11:30 (¿Qué es lo que Cristo ha hecho por nosotros que hace que este yugo sea fácil?)

Rom 5:1 (¿Qué tiene que ver la justificación con la paz?)

Fil. 2:7-8 (¿Qué has ganado con la experiencia de Cristo?)

Radio Adventista
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