Lección 3 Edición Maestros: “El contrato del diezmo” Para el 21 de Enero de 2023

Edición para maestros. Primer trimestre de 2023

“El contrato del diezmo”

Lección 3 :- Para el 21 de Enero de 2023

RESEÑA

Somos propiedad de Dios por partida doble, porque él nos creó y nos redimió (Juan 1:1, 18; 3:16). Perdimos todo cuando el pecado entró en el mundo (Gén. 3:17-19). Dios nos dio una oportunidad, mediante su Pacto, para recuperar lo que perdimos. Nuestra aceptación del Pacto incluye la restauración, el desarrollo y la devolución a Dios de todo lo que tenemos y somos: nuestros tiempo, cuerpo, talentos y posesiones. Dios nos da la fuerza para hacer riquezas. Debemos recordar que el propósito de todo lo que se nos da es para confirmar su Pacto con nosotros (Deut. 8:17, 18). Como Señor y Creador, Dios tiene el derecho de pedirnos un diezmo de todas nuestras posesiones o ganancias para terminar su obra final. Al fin y al cabo, solo Dios puede abrir las ventanas de los cielos para bendecir sin medida a los que son fieles (Mal. 3:10-12).

Además, devolver el diezmo es un acto de fe que acerca al pueblo de Dios a él (Mal. 3:9, 10). Pero el Pacto divino ordena que “todos” los diezmos deben llevarse a la tesorería, la sede administrativa y financiera del pueblo de Dios (Mal. 3:10). “Todo” el diezmo también debe usarse para sostener a los pastores en la obra de Dios (2 Crón. 31:11-21; Neh. 12:44-47; 13:8-14). Finalmente, para que sea un diezmo fiel, debe darse antes que cualquier uso personal o deducción sobre “toda” la ganancia con la que somos bendecidos (Prov. 3:9; Mat. 6:33). La fidelidad tiene significado espiritual y poder, porque sabemos que es el resultado de la gracia de Dios. Dios nos dio salvación y bendiciones mediante el Pacto que él estableció, que fue sellado con la sangre de Jesús, su Hijo (Heb. 12:24).

 

COMENTARIO
En la Biblia, la palabra “diezmo” (en hebreo, maaser) significa literalmente “décimo”. Por lo tanto, no hay base bíblica para utilizar ningún otro porcentaje en relación con esta palabra, además del diez por ciento. Sin embargo, esta palabra se utiliza en otras dos prácticas bíblicas también llamadas “diezmo”: el diezmo del rey y el segundo diezmo.

 

Dos diezmos temporales

  1. El diezmo del rey. El diezmo del rey era un impuesto establecido en los días de Saúl (1 Sam. 8:11, 15, 17). Este diezmo no formaba parte del Pacto y cesó con el final de la monarquía judía.
  2. Segundo diezmo (en hebreo, maaser sheni). (Ver PP, cap. 51.) Este diezmo terminó con la destrucción del Templo y de la nación de Israel, ya que dependía del ciclo de siete años (Deut. 14:22-29, 15:1; 26:12), que comenzó solo cuando los israelitas entraron en la Tierra Prometida (Lev. 25:1-7).

El segundo diezmo lo gastaba la familia en la visita anual al Santuario. La excepción a esta práctica ocurría durante los años tercero y sexto del ciclo de siete años, cuando el segundo diezmo se guardaba en casa para ofrecer un banquete y ayuda a los que no poseían tierras (Deut. 14:28, 29). Como tal, el segundo diezmo no se llevaba a la tesorería, y no era un diezmo pastoral. (Ver F. Skolnik y Michael Berenbaum, Encyc/opaedia Judaica, t. 8, pp. 254, 313, 314).

 

El diezmo pastoral permanente
El diezmo pastoral es diferente de los otros dos diezmos mencionados anteriormente. A diferencia del diezmo del rey y del segundo diezmo, el diezmo pastoral continúa perpetuamente, hasta que culmine la misión del evangelio. En ese momento, todas las naciones verán que el pueblo de Dios es bendecido (Mal. 3:12), y muchas de las naciones habrán aceptado las buenas nuevas de salvación (Mat. 28:19).

El diezmo pastoral es independiente del sistema levítico y forma parte del sacerdocio de Melquisedec, que es el de Jesús (Gén. 14:18-20; Heb. 7:1-12). Además, no hay referencias bíblicas que indiquen el final del diezmo pastoral. El texto en Hebreos 7:12 no apunta al final del sistema del diezmo, sino al final de la ley ”del sacerdocio levítlco”, ahora reemplazada por el sacerdocio de Melquisedec (Heb. 7:12-15). Al igual que el sábado, la adoración y las relaciones con los demás, el deber de diezmar continúa siendo invariable para quienes aceptan el Pacto divino.

Veamos seis principios y prácticas del diezmo:

  1. “Todo” el diezmo pastoral debe llevarse a la tesorería. El propósito del diezmo pastoral siempre ha sido apoyar exclusivamente el ministerio sacerdotal (Gén. 14:18-20; Lev. 27:30-34; Núm. 18:21-24; Mal. 3:8-10).
  2. El dinero era escaso en el Medio Oriente antiguo, de allí el énfasis en los diezmos y las ofrendas que debían llevarse al Santuario en bienes y en animales.
  3. La doctrina del diezmo se basa en toda la Escritura, y no solo en los textos del período levítico. En los primeros casos en que se menciona el diezmo, la Biblia instruye que el principio del diezmo incluye “todo” (Gén. 14:20; Gén. 28:22); es decir, todas las posesiones o las ganancias.
  4. Si consideramos el volumen de los depósitos en el Tabernáculo o el Templo, sería poco realista imaginar que los diezmos de toda la nación de Israel, dados en bienes y animales, cabrían en ellos.
  5. Además, la referencia bíblica a productos agrícolas y animales es solo una alusión a los productos más comunes. Sin embargo, el diezmo podía convertirse en dinero cuando era conveniente (Gén. 14:20; 28:22). (Ver F. Skolnik y M. Berenbaum, Encyclopaedia Judaica, t. 19, pp. 736, 737; ver también t. 1, pp. 47, 48, 83, 139; t. 8, pp. 254, 313, 314 de esta misma serie.)
  6. Por otro lado, la sección bíblica que trata sobre el diezmo de los productos agrícolas establece que este diezmo podía cambiarse por dinero, según la ley de la redención de las cosas santas (Lev. 27:31). En este caso, se debía pagar el monto correspondiente al diezmo por redimir, más una multa de un quinto en siclos (barra de plata de 571 gramos), que era la moneda del Santuario (Lev. 27:8-12, 19, 25, 31). Todas las estimaciones de las cosas santas, incluyendo el diezmo, las realizaba el sacerdote (Lev. 27:8, 12) antes de que se pudiera redimir el diezmo (Lev. 27:31).

 

Bruto y neto
Según la Biblia, el diezmo se paga sobre cada ”bendición” que genere una ganancia, sin ninguna referencia específica a la cantidad bruta o neta relacionada con el diezmo. La palabra ”bendición” puede incluir los conceptos de ”prosperidad” y “don”, porque todo lo que tenemos son dones recibidos de Dios (Deut. 16:17; 28:8). En consecuencia, el diezmo debe calcularse sobre todo lo que él da. “Ganancia” y “prosperidad” son palabras que implican un “incremento” en el monto o la cantidad de bienes y, en consecuencia, se diezmará, ya sea donación, herencia, salario, inversión o cualquier cosa que se consiga. Sin embargo, recibimos muchas otras bendiciones que no son recursos materiales pero que deberían despertar nuestra gratitud por la bondad del Señor.

En hebreo, la palabra para los ”bienes” que diezmó Abraham (Gén. 14:16, 20, 21) es rekush. Esta palabra se aplica a los animales, la comida y a artículos tan valiosos como el oro, la plata y la ropa, que eran bienes transferibles. Estos eran bienes que el patriarca no poseía antes, lo que indica una ganancia. Por lo tanto, el diezmo debe calcularse sobre todas las ganancias financieras y de activos. “El diezmo de todo lo que poseemos es del Señor. Él se lo ha reservado para que sea empleado con propósitos religiosos. Es santo. En ninguna dispensación él ha aceptado menos que esto” (CMC 71).

 

Tesorería
Tesorería significa más que un mero lugar de depósito. La tesorería era un sistema administrativo y financiero de gestión del Santuario, que se restableció en la época del rey Ezequías, después de la apostasía de sus predecesores (2 Crón. 31). Nehemías restauró este mismo sistema posteriormente (Neh. 10:38, 39; 12:44; 13:5, 12, 13). En ese sistema de organización del Santuario, había un grupo de tesoreros que administraban algunas ofrendas especiales (terumah), cosas dedicadas y diezmos, que estaban destinados a los levitas y los sacerdotes (2 Crón. 31:12, 13).

Había otro equipo encargado de otro tipo de ofrendas, las ofrendas voluntarias (nedabah), y las cosas santísimas (2 Crón. 31:14). El propósito exclusivo de los diezmos era sostener a los obreros pastorales: levitas y sacerdotes (Núm. 18:21-28; Neh. 10:37-39; Mal. 3:10). Este sistema, sancionado por Dios, fue diseñado originalmente según su voluntad (2 Crón. 31:21; Mal. 3:10) y se usó en el Antiguo Testamento durante aproximadamente 1.400 años.

Aunque muchos de nosotros hoy vivimos en una sociedad industrializada (y no una agrícola), el principio de la tesorería establecido por Dios continúa siendo válido, lo que permite la unidad institucional y la distribución equitativa de los recursos para que el evangelio se predique localmente y en todo el mundo. Había una separación de los almacenes en la tesorería, con cámaras específicas para almacenar los diezmos y otras cámaras para las ofrendas. Este sistema se estableció para evitar el uso indebido del diezmo pastoral en los gastos generales de la iglesia. Hoy, al igual que en el pasado, es fundamental que el adorador identifique su ofrenda monetaria, indicando si es diezmo u ofrenda. Esta identificación permite que los tesoreros calculen correctamente, y utilicen los diezmos para pagar a los pastores y asignen las ofrendas para otros gastos, según principios bíblicos.

 

APLICACION A LA VIDA
La Biblia muestra que el diezmo es una parte importante de la adoración a Dios y de nuestra relación con él (Mal. 3:7, 8). Por lo tanto, los miembros de la clase no deben sorprenderse de que en el Juicio se examine la fidelidad en los diezmos, dando lugar a una bendición o una maldición (Mal. 3:9-11). El hecho de diezmar fielmente abre las “ventanas” de los cielos para una bendición, cuyas generosidad y magnitud llamarán la atención de las naciones (Mal. 3:12).

  1. ¿De qué manera el diezmo fortalece la comunión de tus alumnos con Dios y fomenta el cumplimiento de la comisión de predicar el evangelio al mundo?
  2. Invita a los alumnos a pensar en la experiencia del antiguo Israel. ¿Qué pérdidas o bendiciones espirituales y materiales pueden traer la infidelidad o la fidelidad en los diezmos y las ofrendas a los miembros de iglesia individuales y a la iglesia en su conjunto, hoy? Dios “nos pide que lo reconozcamos como el Dador de todas las cosas [ … ]. Esto constituye la prueba de la provisión que Dios ha hecho para promover la obra del evangelio” (CMC 69).
  3. Abraham devolvió el diezmo después de declarar que Dios es el “Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra” (Gén. 14:19). ¿Qué razón importante para diezmar inculca esta declaración a tus alumnos?
  4. Dios consideró que el diezmo tiene tanta importancia que lo incluyó en la historia de Abraham, en el voto de Jacob, en la vida del pueblo de Dios y en la descripción del ministerio de Jesús, representado por Melquisedec y el Pacto divino. Pregunta a los alumnos por qué creen que esto es así. Guía a la clase en un análisis sobre este tema.
Radio Adventista
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