Lección 11 edicion Maestros: “Un pueblo reincidente” Para el 14 de diciembre de 2019

Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2019

“Un pueblo reincidente”

Lección 11: – Para el 14 de diciembre de 2019

 

PRIMERA PARTE: RESEÑA

Texto Clave: Nehemías 13:22.

Enfoque del estudio: Nehemías 13:1-22

El capítulo comienza con una rápida mención de que la ley de Moisés prohíbe que los amonitas y los moabitas participen en las fiestas y asambleas solemnes de Israel. Nehemías declara que cuando el pueblo escuchó la ley de no mezclarse con los idólatras (Deut. 23:3), “separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros” (Neh. 13:3). Tal era el poder de la ley sobre la mente y el corazón del pueblo.

El capítulo luego pasa a describir las reformas que Nehemías instituyó antes de regresar a Babilonia. El rey Artajerjes le había pedido que regrese a Persia, pero luego le dio permiso para viajar nuevamente a Israel. Entonces, después de un tiempo de ausencia, Nehemías regresó a Jerusalén. Tal vez había escuchado algunos rumores sobre la sombría situación de Israel desde su partida y los líderes corruptos que habían asumido. Efectivamente, después de que Nehemías llegó a Jerusalén, descubrió que Eliasib, el sumo sacerdote, había permitido que Tobías, el amonita, residiera en una habitación del Templo. La primera reforma de Nehemías fue echar a Tobías y devolverle a la habitación su propósito original de almacenar ofrendas de grano e incienso. La segunda reforma se refería a los levitas y cantores que no habían recibido los diezmos y las ofrendas que les debían. Tal vez el pueblo se desanimó por la mala administración del Templo y, en consecuencia, no daba sus diezmos y ofrendas. Nehemías restauró el sistema de diezmos y nombró líderes en determinados aspectos del Templo para que el sumo sacerdote corrupto no tuviera control sobre esos temas. Finalmente, Nehemías restauró la observancia apropiada del sábado. Cerró las puertas de la ciudad el sábado para detener las transacciones comerciales y luego amenazó a quienes todavía estaban comprando y vendiendo fuera de los muros de Jerusalén. Su celo por la correcta observancia del sábado es un ejemplo hasta el día de hoy.

 

SEGUNDA PARTE: COMENTARIO

El diezmo

Uno de los aspectos extremadamente importantes para Nehemías era el diezmo. Él restauró la práctica en Israel porque el Templo y sus servicios no podían funcionar correctamente sin él. ¿Por qué Nehemías creía firmemente en la devolución del diezmo?

Cuando se mencionan los diezmos y las ofrendas, a menudo nos enfocamos en la recompensa que recibiremos, basada en Malaquías 3:10. En este pasaje, Dios les dice a los israelitas que lo prueben en diezmos, porque si le dan a él, él los bendecirá. Lo afirma personalmente: “Os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Mal. 3:10). Por lo tanto, alentamos a los demás a dar a Dios para que reciban la bendición que Dios promete.

Sin embargo, la entrega de diezmos y ofrendas no debe ser en función de las bendiciones que recibimos. De hecho, al acto de diezmar se lo conoce como “devolver” el diezmo, porque todo lo que tenemos ya es una bendición de Dios, porque él nos la ha dado. Lo devolvemos porque Dios es nuestro Creador y lo reconocemos como tal. Damos en gratitud por lo que él ha hecho: nos creó, nos sostiene, nos cuida, murió por nosotros y continúa re-creándonos. Vemos la actitud de gratitud al diezmar, especialmente en las historias de Abraham y Jacob.

En Génesis 14, leemos de una batalla en Canaán. Cuatro reyes mesopotámicos (los reyes de Sinar, Elasar, Elam y Goim) lucharon contra cinco reyes de Canaán, específicamente de las ciudades de Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Bela. Los reyes mesopotámicos ganaron la batalla y se apoderaron del botín y de los cautivos. Como Lot vivía en esa región, fue capturado. Cuando Abram se dio cuenta de que se habían llevado a su sobrino, armó a 318 de sus sirvientes entrenados y persiguió al ejército mesopotámico. Su pequeño contingente de guerreros alcanzó y atacó a los mesopotámicos y ganó. Dios le dio a Abram una victoria increíble, y él recuperó todo lo que habían tomado, incluyendo a Lot.

En el camino de regreso, Abram tuvo un encuentro sorprendente con el rey de Salem, a quien también se lo llama “sacerdote del Dios Altísimo”. Melquisedec bendijo a Abram, y luego Abram le dio a él “los diezmos de todo” (Gén. 14:20). Hebreos 7:2 y 4 especifica que Abram dio una décima parte de lo que tenía. Abram devolvió un décimo a Dios porque Dios le dio una victoria increíble. Fue sorprendido por el asombroso y poderoso Dios que fue con él y luchó por él. Su corazón estaba lleno de gratitud, y así, por agradecimiento, dio un diezmo.

Jacob tuvo una experiencia similar cuando sus padres lo enviaron con su tío Labán para casarse con una esposa que obedeciera Dios, en lugar de una mujer cananea, y también para protegerlo de su hermano Esaú, que había decidido matarlo. Mientras huía a Harán, Jacob se quedó dormido y Dios le dio un sueño donde vio una escalera que subía al cielo y los ángeles subían y bajaban, y “Jehová estaba en lo alto de ella” (Gen. 28:13). Dios le habló y le prometió estar con él y bendecirlo. Cuando Jacob se despertó del sueño, exclamó: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo” (Gen. 28:17). Después, Jacob hizo una promesa de que si Dios realmente estaba con él como se lo manifestó en el sueño, entonces el Señor no solo sería su Dios, sino también le daría a Dios una décima parte de todo lo que Dios le diera (Gen. 28: 20). 22). Una vez más, vemos a una persona asombrada por quién es Dios y por lo que hace, y luego, en gratitud, promete dar el diezmo fielmente.

Por lo tanto, es con un corazón lleno de gratitud y agradecimiento que devolvemos el diezmo. No principalmente porque recibiremos una bendición al hacerlo, sino porque Dios es fiel y maravilloso al cuidarnos y proveer para nosotros todos los días. Nehemías demostró a través de sus actos que el diezmo es extremadamente importante, no solo para apoyar la obra de Dios sino también para ayudarnos a reconocer que todo proviene de él. Damos porque Dios nos da. De esta manera, participamos en su ministerio a favor de la humanidad.

El sábado

El segundo aspecto que Nehemías aborda en este capítulo es el día de adoración, el sábado. Los israelitas hacían transacciones comerciales con gente de los alrededores en sábado en lugar de adorar al Señor (Lev. 23:3). Nehemías se opuso enérgicamente a la forma en que se guardaba el sábado.

Nehemías era el gobernador de la nación y, como era un hombre muy piadoso, quería asegurarse de que el pueblo también siguiera las instrucciones de Dios. Nehemías sintió que tenía que tomar algunas medidas estrictas para que el pueblo entendiera que el sábado tenía que ser realmente santo. Era un día de descanso en el Señor en el que el pueblo de Dios dedicaba tiempo a la familia y los amigos y, lo más importante, le dedicaba tiempo a Dios. Al hacer negocios en sábado, el pueblo de Dios estaba eludiendo oportunidades para tener comunión con Dios y también se estaba privando de las oportunidades para mostrar amor y cuidar a los demás.

Dios el Creador consideró que el sábado era extremadamente importante, sino no lo hubiese creado como un día especial. Si todo lo necesario se hubiera terminado en seis días, entonces Dios no habría creado el séptimo. Pero lo hizo para darnos un día especial como recordatorio de que él es nuestro Creador y que fuimos creados para estar en comunión con él y depender de él. También en este día de descanso de los asuntos cotidianos, renovamos nuestra fuerza y, lo más importante, respetamos la manera en que Dios celebró la vida al santificar este día. No era como todos los demás días; este era un día santo. Santo significa “separado para” un propósito especial y “apartado para” actividades edificantes. Por lo tanto, las cosas que hacemos deben ser diferentes de las que hacemos los demás días de la semana. El mismo Jesús permaneció en la tumba el sábado y resucitó el domingo, y así guardó el sábado incluso en su muerte. Así de importante es el sábado para Dios.

A lo largo de toda la Biblia, Dios nos muestra cuán primordial es el día de reposo, al instruirnos para que nos alejemos de los negocios y las actividades comunes y celebremos al Señor del sábado. Él nos anima a reconocer el sábado como una “delicia”, como un día “santo, glorioso de Jehová” y a honrarlo al no andar en nuestros propios caminos, ni ir tras nuestros placeres egoístas, ni hablar nuestras propias palabras mundanas. Dios una vez más promete una bendición (Isa. 58:13, 14). De la misma manera que promete bendecirnos cuando damos el diezmo, también promete una bendición cuando vivimos el sábado a su manera, no centrándonos en nuestros propios deseos sino glorificando a Dios en todo lo que hacemos. Sin embargo, una vez más, tal como se mencionó con el diezmo, no debemos guardar el día de reposo para obtener bendiciones. Más bien, debemos santificarlo porque es un día que nos fue dado como regalo para concentrarnos en la bondad del Señor.

 

TERCERA PARTE: APLICACIÓN A LA VIDA

El diezmo

  1. ¿Cuál es el principio detrás del diezmo? ¿Por qué Dios pide la devolución del diez por ciento?
  2. Enumera las lecciones que podemos aprender de la práctica de diezmar.

El sábado

  1. ¿Por qué crees que la Biblia no menciona específicamente lo que debemos y no debemos hacer en sábado?
  2. Presta atención a los siguientes pasajes prácticos acerca de la observancia del sábado: Éxodo 16:22 al 30; Éxodo 34:21; Éxodo 35:3; Isaías 56:2, Isaías 58:13 y Jeremías 17:21. Sobre la base de estos textos, escribe los principios acerca de cómo Dios quiere que vivamos el día de reposo.
  3. Considera las siguientes historias bíblicas sobre la observancia del sábado: Marcos 2:23 al 28; Marcos 3:1 al 6; Lucas 13:10 al 17 y Juan 5:1 al 12. Medita en estos relatos y responde las siguientes preguntas:
    1. ¿Qué enseña Jesús sobre el sábado que el pueblo/los líderes no entendían?
    2. ¿Cuáles son los principios sobre la observancia del sábado que extraemos de estas historias?
Radio Adventista
2 comments… add one
  • Los comentarios nos induce a mejorar nuestro conocimiento en la palabra de Dios.

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    • Con que facilidad mezclo EL AGRADECIMIENTO con LA BENDICION..,
      O LA RECOMPENSA..
      Necesito que mi corazón agradezca en entrega total, pues Jesús ya me ha dado TODO..

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