Primer trimestre (enero-marzo) de 2021
“Amor a cambio”
Leccion 11 :- Para el 13 de Marzo de 2021
Sábado 6 de marzo:
Lee Para el Estudio de esta Semana: Isaías 55:1–7; 55:6–13; 58:1–12; 58:13, 14.
Para Memorizar: “Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía” (Isa. 58:10).
Un director de cantos judío y su esposa, que vivían en Lincoln, Nebraska, comenzaron a recibir llamadas telefónicas amenazantes y obscenas. Descubrieron que las llamadas provenían de un cabecilla de un grupo discriminatorio estadounidense, el Ku Klux Klan. Al descubrir su identidad, podrían haberlo entregado a la policía. Pero optaron por un enfoque más radical. Cuando se enteraron de que era lisiado, ¡llamaron a su puerta con un pollo preparado para la cena! Él se quedó completamente atónito. El odio que sentía se deshizo ante el amor de ellos. La pareja siguió visitándolo y la amistad creció. ¡Incluso pensó en hacerse judío!
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento […]? (Isa. 58:6, 7). Irónicamente, la pareja de Lincoln ayunó al compartir su cena con un opresor hambriento, ¡y por ende lo liberó de sus propias ataduras de prejuicio injusto!
Aprendamos más sobre este importante principio espiritual, según lo describe el profeta Isaías.
Domingo 7 de marzo:
¿Comprar algo gratis? (Isa. 55:1-7)
Lee este versículo: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed” (Isa. 55:1). ¿Qué contradicción ves aquí?
Supongamos que llevas comida y te paras en la calle de una gran ciudad y anuncias a los hambrientos y sin techo: “¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero!” (Isa. 55:1, NVI). Pero ¿cómo pueden comprar si no tienen dinero?
Sin embargo, si agregas las palabras, como lo hizo Isaías: “sin dinero y sin precio” (Isa. 55:1), la cuestión se aclara. Isaías hace un llamado a los que acepten el perdón (Isa. 55:7) libremente. Sin embargo, la palabra comprar enfatiza que lo que Dios les ofrece a las personas para satisfacer sus necesidades y deseos es valioso; en consecuencia, recibirlo requiere una transacción (transferencia de algo de valor). Dios ofrece libremente el perdón en el marco de una relación de pacto restaurada con su pueblo, pero no porque fuera gratis para él: lo compró a un precio espantoso y con sangre de su propio Siervo divino. Aunque es gratuito, el precio que él pagó fue asombroso.
¿Cuál fue el precio de nuestra salvación? Ver 1 Pedro 1:18 y 19.
El abordaje que hace Isaías de la salvación, ¿cómo se compara con el del Nuevo Testamento? Efesios 2:8, 9.
Isaías encapsula el evangelio en el Antiguo Testamento, y es lo mismo que el evangelio en el Nuevo Testamento. Ninguna salvación por obras del “antiguo pacto” habría de ser reemplazada por la salvación por gracia del “nuevo pacto”. Desde que Dios les hizo la promesa de un Libertador a Adán y a Eva (Gén. 3:15), solo ha habido un camino a la salvación: por gracia, mediante la fe (Efe. 2:8); “El regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 6:23, NTV). Desde el ancestral Gilgamesh, que realizó hazañas heroicas en una vana búsqueda de la vida eterna, hasta las actrices modernas que creen en la reencarnación, la gente ha intentado toda clase de diferentes caminos hacia la salvación. Pero todos son infructuosos. Es por eso que necesitan saber acerca de Jesús y lo que él consiguió para ellos en la Cruz.
La salvación es gratuita porque no hay nada que podamos hacer para obtenerla. Nuestras obras nunca pueden ser lo suficientemente buenas como para salvarnos. Sin embargo, al mismo tiempo, nos puede costar todo. ¿Qué significa eso? Ver, por ejemplo, Mateo 10:39; Lucas 9:23; 14:26; Filipenses 3:8.
Lunes 8 de marzo:
Altos pensamientos y caminos (Isa. 55:6-13)
¿Por qué dice Dios que sus pensamientos y sus caminos son más altos que los nuestros, “como son más altos los cielos que la tierra” (Isa. 55:8, 9)? ¿Qué crees que significa eso?
Indudablemente, el Dios que creó un universo en el que incluso algunas de las cosas más simples contienen misterios que nuestra mente no puede siquiera empezar a entender, es un Dios cuyos caminos están más allá de lo que podemos comenzar a percibir plenamente. En consecuencia, este conocimiento de su superioridad infinita debería ayudarnos a recibir humildemente su ayuda (ver Isa. 57:15).
Lee Isaías 55:6 al 9. ¿Cuál es el contexto en el que el Señor habla acerca de que sus caminos y pensamientos son más altos de lo que podemos imaginar? ¿Qué dice que hace que es tan difícil de entender para nosotros?
De todos los grandes misterios del universo, sin duda el más grande de todos es el plan de salvación, un misterio que apenas podemos comenzar a entender (ver Efe. 6:19). El hecho de que el Creador del universo se rebajara al revestirse de humanidad y llevar una vida de sufrimiento y trabajo duro, solo para morir en nuestro favor como sacrificio por el pecado, y todo, para poder perdonarnos y mostrarnos misericordia es una verdad que conmoverá el corazón de los seres creados de Dios por toda la eternidad.
“El tema de la redención es uno en el cual ‘anhelan mirar los ángeles’. Será la ciencia y canción de los redimidos por los siglos sin fin de la eternidad. ¿Acaso no merece ser estudiado y meditado cuidadosamente ahora?” (VAAn 303, 304).
“El tema es inagotable. El estudio de la encarnación de Cristo, su sacrificio expiatorio y su obra de mediación embargarán la mente del estudiante diligente mientras dure el tiempo; y mirando al cielo con sus innumerables años, exclamará: ‘Grande es el misterio de la piedad’ ” (PVGM 103).
Considera las cosas malas que has hecho: las personas a las que has lastimado, las palabras desagradables que pronunciaste, la manera en que decepcionaste a los demás, por no decir a ti mismo. Y, sin embargo, Jesús puede perdonarte todas estas cosas y en este momento tú puedes presentarte ante la vista de Dios como perfecto y justo. Si eso no es un misterio, ¿qué es?
Martes 9 de marzo:
Amigos de ayuno (Isa. 58:1-8)
¿A qué se refiere el “ayuno” en Isaías 58:3?
Este debe ser el ayuno del Día de la Expiación, el único ayuno ordenado por Dios (Lev. 16:29, 31; 23:27–32). Esto se confirma en Isaías 58:3 por la expresión paralela “humillamos”, que sigue la terminología de Levítico. Humillarse/afligirse se refería a varias formas de abnegación, incluido el ayuno (comparar con Sal. 35:13; Dan. 10:2, 3, 12).
El contexto del Día de la Expiación explica el mandato de Dios: “Alza tu voz como trompeta” (Isa. 58:1). Este tipo de trompeta de cuerno de carnero, llamado shofar, debía hacerse sonar como recordatorio diez días antes del Día de la Expiación (Lev. 23:24). Además, cada cincuenta años, en el Día de la Expiación, era para anunciar el comienzo del año del Jubileo (Lev. 25:9, 10; comparar con Isa. 27:13).
Lee Isaías 58:3 al 7. ¿Qué queja les presenta el Señor? ¿Qué tenía de malo su “ayuno”?
Parece que el pueblo esperaba que el Señor los felicitara por su “piedad”. Por supuesto, hacían todo al revés. Practicar la abnegación en el Día de la Expiación era expresar su gratitud y lealtad hacia Dios el día en que el sumo sacerdote acudía a Dios para purificar el Santuario y así limpiarlos de los pecados por los que ya habían sido perdonados (Lev. 16; comparar con el cap. 4). Sus actos deberían haberse realizado en agradecimiento y gratitud al Dios que los salvó en el día del juicio, no para obtener la aprobación de Dios por su “piedad” y “devoción”. Al fin y al cabo, eran los pecados del pueblo los que habían contaminado el Santuario de Dios. Había que purificarlo con sangre derramada por lo que ellos habían hecho.
Una de las lecciones concluyentes que extraemos de estos pasajes apunta a la diferencia entre ser simplemente religioso y ser un verdadero seguidor de Cristo. ¿Qué diferencia encontramos aquí? ¿En qué medida nosotros, individualmente, afrontamos este mismo peligro, que es creer que nuestros rituales religiosos de alguna manera muestran que realmente estamos siguiendo al Señor como él nos lo pide?
Miércoles 10 de marzo:
Lucha de ayuno (Isa. 58:1-12)
Diez días después de que las trompetas recuerdan al pueblo de Dios que el Señor es aclamado como su Rey el mismo Día de la Expiación, cuando la humildad de ellos, a través de la abnegación, confirma su lealtad a él como Rey, el profeta alza su voz como una trompeta para declarar que se están rebelando contra él (Isa. 58:1).
Lee Isaías 58:6 al 12. ¿Cuáles son los actos que Dios considera verdaderos actos de abnegación? A fin de cuentas, ¿qué es más difícil, saltearse algunas comidas o usar tu tiempo y dinero para alimentar a los sin techo de tu ciudad? ¿Cuál es el principio que se distingue detrás de estos actos? ¿En qué medida estos actos forman parte de la verdadera religión?
Cualquiera puede ser religioso; cualquiera puede participar de rituales religiosos. Pero por más que los cumpla en forma correcta, en el momento apropiado y siguiendo todas las normas, eso no es todo lo que el Señor quiere. Analiza la vida de Jesús. Aunque él era fiel a los rituales religiosos de su época, los autores de los Evangelios se centraron mucho más en sus actos de misericordia, curación, alimentación y perdón para con los necesitados que en su fidelidad a los ritos.
El Señor pretende una iglesia, un pueblo, que predique la verdad al mundo. Pero ¿qué atraerá más a la gente a la verdad tal como es en Jesús: el estricto cumplimiento de las leyes alimentarias o la voluntad de ayudar a los hambrientos? ¿El descanso estricto en el día de reposo o tu disposición a usar de tu tiempo y energías para ayudar a los necesitados?
Lee Mateo 25:40 y Santiago 1:27. ¿Qué nos dicen?
Analiza las bendiciones de Isaías 58 que Dios dice que recibirán quienes buscan suplir las necesidades de los menos afortunados. ¿Qué crees que nos está diciendo el Señor aquí? Estas promesas, ¿se refieren a una intervención sobrenatural en nuestra vida si hacemos estas cosas? ¿O quizá se trate de la bendición natural que recibimos al brindarnos a los demás en lugar de ser egoístas, codiciosos y estar absortos en nosotros mismos? Explica tu respuesta.
Jueves 11 de marzo:
Un tiempo para nosotros (Isa. 58:13, 14)
¿Por qué Isaías habla del sábado en 58:13 y 14? ¿Qué conexión tiene esto con la escena del Día de Expiación de los versículos anteriores?
El Día de Expiación anual era un día de reposo. Este día de reposo ceremonial especial era como el sábado semanal en el que se prohibía todo tipo de trabajo (Lev. 23:27–32). Por lo tanto, como lo reconocieron los primeros adventistas del séptimo día, la norma de que el período de descanso del Día de la Expiación tenía lugar de tarde a tarde (Lev. 23:32) nos informa que lo mismo se aplica al sábado semanal. Del mismo modo, aunque el contexto principal de Isaías 58:13 y 14 es el Día de la Expiación ceremonial, su mensaje también se aplica al sábado semanal.
Lee Isaías 58:13. ¿Qué clase de día se supone que es el sábado? ¿Cómo podemos hacer que nuestra experiencia sabática sea como la que se describe aquí? Además, cuando piensas en lo que representa el sábado, ¿por qué debería ser como el día que se describe en este pasaje?
Isaías 58 aborda tres temas principales: la abnegación, la benevolencia social y el sábado.
¿Cómo se relacionan entre ellos?
En primer lugar, los tres requieren concentrarse en Dios, en sus prioridades y reconocer nuestra dependencia de él. En segundo lugar, al hacer estas tres cosas, los seres humanos buscan la santidad al imitar a Dios (ver Lev. 19:2), quien, en la persona de Cristo, se humilló a sí mismo (Fil. 2:8), demuestra bondad abnegada (Juan 3:16) y descansó en sábado al final de la semana de la Creación (Gén. 2:2, 3; Éxo. 20:11).
Medita en estas otras semejanzas entre los temas de la abnegación, la benevolencia social y el sábado según se describe en Isaías 58: la libertad sabática del trabajo semanal es buena porque nos permite renovarnos (Éxo. 23:12; Mar. 2:27); Jesús mostró que los actos de bondad son apropiados en el día de reposo (Mar. 3:1–5; Juan 5:1–17); la verdadera observancia del sábado trae gozo (Isa. 58:14), al igual que ayudar a los demás (Isa. 58:10, 11). ¿Qué debes cambiar en tu vida para experimentar estas bendiciones personalmente?
Viernes 12 de marzo
Para Estudiar y Meditar:
“Nadie puede practicar la verdadera benevolencia sin sacrificio. Solo mediante una vida sencilla, abnegada y de estricta economía podemos llevar a cabo la obra que nos ha sido señalada como representantes de Cristo. El orgullo y la ambición mundana deben ser desalojados de nuestro corazón. En todo nuestro trabajo ha de cumplirse el principio de la abnegación manifestado en la vida de Cristo. En las paredes de nuestras casas, en los cuadros, en los muebles, tenemos que leer esta inscripción: ‘A los pobres que no tienen hogar acoge en tu casa’. En nuestros roperos tenemos que ver escritas, como con el dedo de Dios, estas palabras: ‘Viste al desnudo’. En el comedor, en la mesa cargada de abundantes manjares, deberíamos ver trazada esta inscripción: ‘Comparte tu pan con el hambriento’ [ver Isa. 58:7]” (MC 157, 158).
Preguntas para Dialogar:
Presta atención a la pregunta que Isaías hizo a la gente de su época: “¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (55:2). ¿En qué medida nosotros hacemos lo mismo, al trabajar por lo que no satisface? ¿Por qué es tan fácil caer en esa trampa?
Si la abnegación, la benevolencia social y el sábado eran importantes en el Día de la Expiación en la época de Isaías, ¿son igualmente importantes en el Día de la Expiación del tiempo del fin (Dan. 8:14), en el cual la trompeta del Jubileo de Dios señalará la máxima libertad en la segunda venida de Cristo (1 Cor. 15:52; comparar con Lev. 25:9, 10)? Explica tu respuesta.
En clase, abran un debate sobre el tema de guardar el sábado. ¿Qué crees que tenía en mente Isaías cuando dijo que deberíamos dejar de hacer nuestra voluntad en sábado y, al mismo tiempo, llamarlo “delicia” (Isa. 58:13)? ¿Cómo podemos armonizar las dos cosas? Ten en cuenta el contexto del pasaje completo de Isaías 58.
Resumen: En Isaías 55 y 58, el profeta hace un llamado a su pueblo para que renuncie a sus pensamientos y caminos y regrese a Dios, cuyo ideal para su felicidad es mucho más elevado que el de ellos. Perdona misericordiosamente y luego insiste en que los perdonados sean misericordiosos, en armonía con el espíritu del Día de la Expiación y el sábado, porque el don del perdón de Dios, si se lo recibe verdaderamente, transforma el corazón.