8. Libres para descansar(3T 2021—Descanso en Cristo)
Textos bíblicos: Marcos 2:1–12; 1 Reyes 18; 1 Reyes 19:1–8; Mateo 5:1–3; Isaías 53:4–6; 2 Reyes 2:11; Salmos 27:1.
Citas
• El amor convierte el trabajo en descanso. Teresa de Ávila
• Los humanos hemos perdido la sabiduría de descansar y relajarnos de verdad. Nos preocupamos demasiado. No permitimos que nuestros cuerpos sanen, y no permitimos que nuestras mentes y corazones sanen. Thich Nhat Hanh
• El dios que exige la última gota de sangre de su Hijo para que su justa ira, evocada por el pecado, sea aplacada, no es el Dios revelado por y en Jesucristo. Y si no es el Dios de Jesús, no existe. Brennan Manning
• Nuestra identidad descansa en la implacable ternura de Dios por nosotros, revelada en Jesucristo. Brennan Manning
• La Biblia no entra en ninguna parte en un argumento para probar la persona y el ser de Dios. Asume su ser y revela su persona y carácter. Edward McKendreeBounds
Para debatir
¿Cómo nos libera Jesús para descansar? ¿Qué significa esto? Al mirar a Jesús, ¿qué vemos y entendemos de Dios? Cuando consideramos tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, ¿en qué trabaja Dios? ¿Qué está intentando lograr? ¿Cómo podemos explicarle esto a los que preguntan, especialmente si tienen una perspectiva errónea del carácter de Dios?
Resumen bíblico
Marcos 2:1-12 es la historia de Jesús curando al paralítico que hizo que lo ayudaran a entrar por el tejado. 1 Reyes 18 y 1 Reyes 19:1-8 cuentan la historia de Elías y Acab, y el enfrentamiento con los sacerdotes de Baal en el Monte Carmelo, junto con la huida de Elías de Jezabel. Mateo 5:1-3 es el comienzo del Sermón de la Montaña, y la bendición de los que reconocen su pobreza espiritual. “Él fue quien tomó nuestras debilidades y cargó a cuestas nuestro dolor, pero nosotros asumimos que fue golpeado, vencido y humillado por Dios. Pero fue herido por nuestros actos rebeldes, fue aplastado por nuestra culpa. Experimentó la disciplina que nos trae la paz, y sus heridas nos curan. Todos nosotros nos hemos desviado, como ovejas. Cada uno de nosotros ha seguido su propio camino, y el Señor permitió que toda nuestra culpa cayera sobre él”. Isa. 53:4-6 VBL. 2 Reyes 2:11 describe a Elías siendo llevado al cielo en un torbellino. “¡El Señor es mi luz y mi salvación! ¿Quién podrá asustarme? ¡El Señor es la fortaleza de mi vida! ¿De quién he de sentirme aterrorizado?” Sal. 27:1 VBL.
Comentario
El hombre de Marcos 2 necesitaba ser sanado de su parálisis. El rey Acab y la nación de Israel necesitaban ser sanados del paganismo de Jezabel. ¿Cómo relacionamos estas dos historias tan diferentes? La respuesta está en el marco general de la gran controversia, en la que Dios trata de sanar el daño del pecado y de devolver a su creación su perfección original. Para ello, tiene que responder a las acusaciones formuladas contra él por el Diablo, y demostrar que no es la clase de persona que se le ha acusado ser. Tiene que revelar su verdadera naturaleza y carácter. Lo hace de diferentes maneras y en diferentes momentos, como lo demuestra la variada naturaleza de los textos bíblicos para el estudio de esta lección. En su centro, sin embargo, está Dios en forma humana, el Jesús que vino a mostrarnos al Padre. En este contexto, las palabras citadas de Isaías 53 son especialmente importantes. Los versos de Isaías 53 constituyen el tema principal del estudio de esta semana. Son poéticos, muy conmovedores y persuasivos. Revelan con suma claridad la misión de Jesús. Sin embargo, incluso aquí el Diablo ha hecho su trabajo. Al pervertir nuestra comprensión del método de expiación de Dios, ha hecho parecer que Dios tiene una demanda implacable de pago antes de perdonar, y que Jesús tuvo que sufrir para que Dios pudiera ser persuadido de ofrecer la salvación. Nada podría estar más lejos de la verdad. Como la Biblia deja tan claro, el Padre, el Hijo y el Espíritu están igualmente comprometidos con nuestra salvación, y no tiene sentido el concepto de que una parte de la Divinidad necesite persuadir o hacer provisión para otra parte.
Por eso, cuando leemos que “por sus heridas hemos sido curados”, no debemos interpretarlo en el sentido pagano de apaciguar la ira de una deidad ofendida, sino que el pecado tiene consecuencias dolorosas, incluso fatales, que debemos ver y comprender. Aunque “le tuvimos por azotado, por herido de Dios”, esta es nuestra perspectiva errónea, y no es la verdad. De lo contrario, tenemos la imagen de un dictador tirano que impone un castigo vengativo a un inocente para satisfacer sus propias demandas de venganza. Este no es nuestro Dios, y por eso, cuando leemos que “El Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir” (53:10 NVI), debemos entender esa afirmación en el mismo contexto que otras afirmaciones bíblicas que asignan a Dios la responsabilidad de acontecimientos que ocurren y que quizá él no haya causado. El ejemplo clásico es el de Dios endureciendo el corazón del Faraón, pero hay muchos más en los que se atribuye a Dios acciones que seguramente no cometió. Al subrayar la naturaleza omnipotente de Dios, incluso los escritores bíblicos pueden estar diciendo más de lo que pretenden sobre la voluntad de Dios… Sin embargo, el “siervo sufriente” descrito por Isaías es sin duda una imagen convincente de Dios tal y como es en realidad. Al buscar a su Mesías, los judíos de la época de Jesús parecen haber olvidado este pasaje. Como creían que necesitaban un líder terrenal poderoso que venciera a los ocupantes romanos, pasaron por alto los pasajes que no se ajustaban a su imagen de quién debía ser el Mesías. ¿Es posible que nosotros hagamos lo mismo: hacer nuestro Mesías a nuestra propia imagen? En conclusión, ¿cómo nos libera Jesús para descansar, y qué significa esto realmente? Tenemos que hacernos esas preguntas y descubrir las respuestas que Dios nos da.
Comentarios de Elena de White
Habiéndose humanado, Cristo vino al mundo para ser uno con la humanidad, y al mismo tiempo revelar a nuestro Padre celestial a los hombres pecadores. Aquel que había estado en la presencia del Padre desde el principio, Aquel que era la imagen expresa del Dios invisible, era el único capaz de revelar a la humanidad el carácter de la Deidad. {El Ministerio de Curación, p. 329} Dios vio que se necesitaba una revelación más clara que la naturaleza para retratar a lo vivo su personalidad y carácter. Mandó a su Hijo al mundo para que manifestara, en la medida en que la humana visión pudiera mirarlos, la naturaleza y los atributos del Dios invisible. {Reflejemos a Jesús, p. 31}
Cristo vino para revelar a Dios al mundo como un Dios de amor, lleno de misericordia, ternura y compasión. Las densas tinieblas con que Satanás había tratado de rodear el trono de la divinidad fueron disipadas por el Redentor del mundo, y el Padre volvió a quedar manifiesto a los hombres como la luz de la vida…Cristo se declara enviado al mundo como representante del Padre. En su nobleza de carácter, en su misericordia y tierna compasión, en su amor y bondad, se nos presenta como la personificación de la perfección divina, la imagen del Dios invisible. {Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 690}
Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2021
Traducido por: Shelly Barrios De Ávila