Jonathan Gallagher Leccion 8. La humildad de la sabiduría celestial (4T 2014—Santiago)

Leccion 8. La humildad de la sabiduría celestial (4T 2014—Santiago)

Textos bíblicos: Santiago 3:13–4:10; Deuteronomio 4:6; Gálatas 5:17; Jeremías 3:6–10,
20; Hechos 19:13–16; Salmos 24:3–6.

Citas
• La única sabiduría verdadera consiste en saber que no sabemos nada. Sócrates
• Al que sabe todas las respuestas no se le han hecho todas las preguntas. Confucio
• La honestidad es el primer capítulo de la sabiduría práctica. Thomas Jefferson
• El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha. Jimi Hendrix
• La mente más sabia tiene algo que aprender todavía. George Santayana
• No es prudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría. Es saludable
recordar que el más fuerte puede volverse débil y el más sabio puede errar.
Mahatma Gandhi
• El necio cree que es sabio, pero el sabio se considera a sí mismo como un necio.
William Shakespeare

Para debatir
¿Cómo podemos determinar cuál es la verdadera sabiduría? ¿De qué manera
nuestras acciones demuestran que todavía seguimos nuestros deseos humanos? ¿Por qué
la sabiduría debe basarse en la razón? ¿De qué manera el pensamiento de este mundo es
“terrenal, humano y diabólico”? ¿Por qué necesitamos “sabiduría celestial” y cómo la
conseguimos? ¿Cómo reflejamos la humildad del Señor en la sabiduría?

Resumen bíblico
Santiago nos dice; “¿Quién entre ustedes tiene sabiduría y entendimiento? Que su
buena manera de vivir demuestre lo que hace. Haciendo lo que es recto con amabilidad y
consideración sabias.” Santiago 3:13 FBV. Esta es la verdadera sabiduría, la que tiene
respeto por los demás y no se jacta ni es egoísta. Esta “sabiduría celestial” es pura y
pacífica, amable y abierta a la razón (3:17 FBV). Lo opuesto a esta sabiduría es el “celo
amargo” y “ambición egoísta” (3:14 FBV). Este tipo de “sabiduría” que rige el
funcionamiento del mundo es “terrenal, humana y diabólica.” (3:15 FBV).
Luego Santiago sigue argumentando los resultados del pensamiento mundano:
peleas y contiendas por causa de nuestra naturaleza pecaminosa (4:1-3 FBV). Esto se
basa en nuestra lujuria humana, que nos lleva a todo tipo de pecado. Al final Santiago
exclama: “¡Ustedes, adúlteros! ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo es
enemistad contra Dios? Aquellos que quieren ser amigos del mundo se hacen enemigos
de Dios.” (4:4 FBV). La única salvación viene de la gracia de Dios (4:5) y al regresar a
él. Solo cuando nos humillamos él puede exaltarnos.
Al guardar las instrucciones de Dios mostramos sabiduría (Deut. 4:6), porque
hacer lo que nuestra naturaleza humana pecaminosa desea nos lleva a estar en conflicto
con lo que Dios desea (Gal. 5:17). Nuestras acciones necias nos llevan al adulterio
espiritual (Jer. 3:6–10, 20). Necesitamos estar seguros de que realmente conocemos a
Jesús (Hechos 19:13–16). Recibimos la bendición de Dios al confiar en él y no en dioses
falsos (Salmos 24:3–6).

Comentario
¿Sabiduría celestial? Un bien muy escaso, sobre todo en la religión… Los antiguos
asirios tenían dioses y diosas de la guerra a los que nada les gustaba más que sumergirse
en el derramamiento despiadado de sangre en las guerras bélicas violentas. Estaban
representados con estatuas doradas, con rostros duros, sin sonrisa, y siempre llevaban
armas de muerte: una espada o una lanza…
Los fenicios tenían sus Baales y Astartes, deidades de la fertilidad que eran
adorados en las maneras más pervertidas que sus seguidores podían soñar. Los sacrificios
que estos “dioses” exigían a menudo incluían la quema de niños vivos…
Incluso los dioses “clásicos” de Grecia y Roma tienen caracteres demasiado
humanos: el odio y la lujuria, la violencia y la codicia. Chronos (el Saturno romano) se
comió a sus hijos cuando nacieron. Zeus escapó este destino, y cuando se hizo mayor,
castró a su padre. Zeus se casó con Hera, pero esto no le impidió tener una amplia
variedad de aventuras con las mujeres humanas.
Los egipcios quizás ilustran mejor la imagen humana (¿deshumanizada?) de Dios
a través de sus representaciones de dioses animales con cuerpos humanos. Horus era
representado por un hombre con cabeza de halcón; el cuerpo de una mujer con la cabeza
de un gato representaba a la diosa Bastet; un babuino con un cuerpo humano, era Thoth,
el dios de la sabiduría. ¡Sabiduría! ¿Es esta la manera de entender a Dios, como un
hombre bestializado?
¿Son estos rostros de Dios? No es de extrañar entonces que Dios desee corregir la
“imagen de Dios.” Incluso aquellos de nosotros que creemos que pensamos bien de Dios
tenemos que reconsiderar nuestros propios puntos de vista sobre su naturaleza y
carácter… Si queremos la sabiduría celestial, debemos ir a la verdadera fuente.

Comentarios de Elena de White
Santiago nos exhorta: “Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad
vuestras manos, pecadores; y purificad vuestros corazones, vosotros de doble ánimo.
Tribulación, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en
tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Santiago 4:8-10. Santiago nos
hace pensar en que esta condición mental es más apropiada para los tiempos en los que
vivimos, en lugar de estar buscando amistad con el mundo y participando en la locura, la
frivolidad, el orgullo y la vanidad a la que los mundanos se dedican. Se nos exhorta, pues,
a la humildad. En lugar de poseer una confianza propia jactanciosa, lo contrario debe
suceder en los creyentes de la verdad presente. {Manuscript Releases, Vol. 18, p. 370}
El príncipe de las tinieblas, que por tanto tiempo ha estado empleando los poderes
de su inteligencia superior en la obra de engaño, adapta hábilmente sus tentaciones a los
hombres de todas las clases y condiciones. A las personas cultas y refinadas les presenta
el espiritismo bajo sus aspectos más sutiles e intelectuales, y así consigue atraer a muchos
a sus redes. La sabiduría que comunica el espiritismo es la que describe el apóstol
Santiago, la cual “no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica”.
Santiago 3:15. {El Conflicto de los Siglos, p. 541}
Debemos mostrar nuestra lealtad a nuestro Rey, el Señor Jesucristo. El apóstol
Santiago declara: “Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios.” Y el amado Juan, el discípulo con el espíritu más semejante al de
Jesús, ha dado la advertencia: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” Ningún hombre encontrará la
felicidad en seguir el ejemplo de Adán, y vagar lejos de su Hacedor. {GCB, 1 de enero de
1897}

Jonathan Gallagher escuela sabaticaPreparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2014
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
2 comments… add one
  • la sabiduria es creer en dios y en sus mandamientos

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  • estudiemos maravillosa este estudio de la biblia q mos ayuda a cambiar miestras mentes pecamibosas.

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