Jonathan Gallagher Lección 6 . “Más lecciones del gran Maestro” 4to Trimestre del 2020

Leccion 6. Más lecciones del Gran Maestro(4T 2020— La educación)

Textos Bíblicos: 

Génesis 3:1–11; Romanos 5:11–19;Génesis 28:10–17; Juan 1:1–14; Mateo  15:21–28; Marcos 10:46–52.

Citas 

•  Mejor que mil días de estudio diligente es un día con un gran maestro. Proverbio japonés
•  Dímelo y lo olvidaré. Enséñame y lo recordaré. Involúcrame y aprenderé. Benjamín  Franklin

•  Un buen maestro es como una vela, se consume para iluminar el camino de los demás.  Mustafa Kemal Atatürk

•  Compromiso es una palabra que no puede ser usada sola. Siempre debemos preguntarnos:  “¿Comprometidos con qué?” Comprometámonos a usar a Jesucristo como nuestro  maestro. Marvin J. Ashton

•  No puedo enseñarle nada a nadie.Sólo puedo hacerles pensar. Sócrates
•  Un maestro puede decirte lo que espera de ti. Un maestro, sin embargo, despierta tus  propias expectativas. Patricia Neal

Para debatir

¿Qué lecciones aprendemos sobre la educación cuando examinamos la vida y la obra de

Jesús? ¿Cómo podemos aplicar esas lecciones en nuestro mundo actual? ¿Por qué fue necesario  que Dios tomara forma humana para enseñarnos y ganarse de nuevo nuestra confianza? ¿Qué  hay de las afirmaciones de la Serpiente de que su método de “educación” le daría a Eva  “conocimiento divino”?

Resumen bíblico 

Génesis 3:1-11 es la historia de la Caída, ¡incluyendo a la Serpiente en el papel de educadora! Romanos 5:11-19 muestra que Jesús es más que un maestro; es la salvación. En  Génesis 28:10-17 José ve una escalera que va de la tierra al cielo. Juan 1:1-14 habla de la Palabra  asumiendo la humanidad. La fe de la mujer cananea se registra en Mateo 15:21-28. Marcos  10:46-52 es la historia de la curación del ciego Bartimeo.

Comentario

Volvemos a la caída para el contexto del estudio de esta semana, principalmente porque  necesitamos ver que hay dos “filosofías de la educación” que compiten entre sí: la de Dios y la  del Diablo. La forma en que la serpiente sedujo a Eva es intrigante, porque saca provecho de  nuestro deseo innato de conocimiento y comprensión, y la serpiente afirma que Dios se lo está  ocultando a Eva. ¡Así que, en cierto sentido, el pecado de la Caída es un deseo por recibir  educación, pero mal dirigido!

Jesús viene para aclarar las cosas, para revelar a Dios como realmente es, como vimos en  nuestro último estudio. En este estudio miramos la vida de Jesús. Aunque esta vez sólo tenemos  un par de ejemplos del ministerio de enseñanza y curación de Jesús, podemos sacar muchas  conclusiones al examinar su vida en su conjunto. Principalmente que Jesús siempre se preocupó  por ayudar a los demás, y que cualquier proceso “educativo” fue diseñado para lograrlo, a  diferencia de la educación de los líderes religiosos.

Vemos también la forma en que los discípulos se relacionaron con Jesús, el Rabí, su  Maestro. Ellos hablaron con Jesús. Ellos lo conocíanmás o menos. Creían que eramás o menos  especial.Después de todo, ya habían visto suficientes milagros asombrosos. Más o menos se  dieron cuenta de su divinidad. Pedro lo había llamado el Cristo de Dios. Lo habían escuchado  hablar del Padre, y de su misión de revelar a Dios al mundo. Pero no era suficiente. Querían al  verdadero Dios, no sólo a este Jesús de aspecto muy humano que caminaba y hablaba y comía y
dormía igual que ellos.

Así que le hicieron preguntas. Pensemos en todas las preguntas que le hicieron a Jesús. Él  realmente invitó a que le hicieran preguntas: sugirió líneas en las que cuestionaba, y sugería  formas de preguntar. No era un egoísta pomposo que se ofendiera por ser cuestionado. Dios,  como Jesús, quería responder a todas las preguntas de la humanidad. Pensemos en Tomás  preguntando a dónde iba Jesús, Felipe queriendo que Jesús les mostrara al Padre, o Juan el  Bautista preguntándose si Jesús era realmente el Mesías.  Jesús invitaba a las preguntas, preguntando él mismo“¿Quién dicen los hombres que soy  yo?” Los fariseos y los saduceos plantearon sus propias preguntas hostiles. Preguntaron, “¿Con  qué autoridad haces estas cosas?” Nuevamente cuestionando a Jesús como la Respuesta,  sugiriendo que no era quien decía ser. Al igual que el Diablo en el desierto: “Si eres el Hijo de
Dios…” Porque si Jesús no era quien decía ser, entonces era un loco, un tonto o un impostor, y no  se podía confiar en él para representar a Dios y su carácter ante la humanidad.

El Diablo sabía bien que una vez que Dios se revelara como realmente es, entonces sus mentiras serían expuestas por lo que eran. La batalla sobre la naturaleza y las acciones de Dios estaría perdida por parte del Diablo si Jesús lograba mostrar más allá de toda disputa la verdadera imagen de Dios. Ese es el tema en el corazón del cuestionamiento de Jesús. La mayor ironía es que la única“acusación” que pudieron seguir sosteniendo fue la blasfemia: afirmar ser Dios. ¡Lo era, y lo mataron por decirlo!

¿Por qué? Porque Jesús no encajaba en el cuadro del tipo de persona que ellos creían que era Dios

. Si este era Dios en forma humana, no querían conocerlo. Además, sabían cómo era Dios en realidad y ciertamente no actuaría como Jesús. Por ese razonamiento circular entonces, demostraron que Jesús era un mentiroso. No era Dios, y por lo tanto merecía morir. Aquí es  donde las preguntas los llevaron inexorablemente a la respuesta final de Dios:La cruz.

Comentarios de Elena de White

La manera en que Cristo enseñaba era bella y atrayente, y se caracterizaba siempre por la  sencillez. El revelaba los misterios del reino de los cielos por el empleo de figuras y símbolos  con los cuales sus oyentes estaban familiarizados; y el común del pueblo le oía gustosamente,  porque podía comprender sus palabras. No usaba palabras altisonantes, para cuya comprensión  habría sido necesario consultar un diccionario.

Jesús ilustraba las glorias del reino de Dios por el uso de los incidentes y los sucesos de la  tierra. Con amor compasivo y tierno, alegraba, consolaba e instruía a todos los que le oían;  porque sobre sus labios se derramaba la gracia a fin de que pudiese presentar a los hombres de la  manera más atrayente los tesoros de la verdad.{CM 227}

Cristo vino a predicar el evangelio a los pobres. Buscaba a la gente donde estaban. Trajo  una verdad clara y simple a su comprensión. ¡Qué simple era su lenguaje! Incluso los más  pobres, los ignorantes y los carentes de educación, podían entenderlo. No era necesario ir a un  diccionario para entender el significado de los conceptos o palabras que salían de los labios del más grande Maestro que el mundo conoció. Mientras que los sacerdotes, los gobernantes y los  exponentes de la ley se consideraban a sí mismos como los únicos maestros del pueblo, él les
dijo a estos doctos rabinos que eran ignorantes de las Escrituras y del poder de Dios.{Review and  Herald, 19 de Julio de 1887}

En la educación de sus discípulos, el Salvador siguió el sistema de educación establecido  al principio. Los primeros doce escogidos, junto con unos pocos que, por el alivio de sus  necesidades estaban de vez en cuando en relación con ellos, formaban la familia de Jesús.  Estaban con él en la casa, a la mesa, en el retiro, en el campo. Lo acompañaban en sus viajes, compartían sus pruebas y tareas, y, hasta donde podían, tomaban parte en su trabajo.
{Conducción del Niño, p. 274}

Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2020
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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