Jonathan Gallagher – Leccion 13. La segunda venida de Jesús (3T 2014—Enseñanzas de Jesús)

Leccion 13. La segunda venida de Jesús (3T 2014—Enseñanzas de Jesús)

Textos bíblicos Juan 14:1–3; Mateo 16:27; 1 Tesalonicenses 4:13–18; Mateo 24:3–14;
24:42, 44.

Citas
• Hablamos de la Segunda Venida y la mitad del mundo nunca ha oído hablar de la
primera. Oswald J. Smith
• Dios es el futuro del mundo en su propio ser. Wolfhart Pannenberg
• El gran aspecto inconcluso del regreso de Cristo domina la esperanza del Nuevo
Testamento. Michael Green
• La esperanza cristiana no se trata simplemente de sentir cosquillas en nuestras
mentes, sino de transformar nuestras mentes e influir en la sociedad. Stephen Travis
• Dios nos lleva hacia adelante, no hacia atrás. La vida cristiana significa mirar con
expectativa la venida de Cristo, como un corredor que se esfuerza por alcanzar la
meta. Stephen Travis
• La fe en Jesucristo sin la expectativa de su parusía (segunda venida) es un bono sin
redimir, una promesa que no se dijo en serio. Una fe cristiana sin la expectativa de la
Parusía es como una escalera que termina en el vacío. Emil Brunner
• Así como la fe en la resurrección es el fundamento de la esperanza, la segunda
venida de Cristo define el horizonte de la esperanza. Sin la expectativa de la segunda
venida de Cristo no hay esperanza cristiana. Juergen Moltmann
• El futuro pertenece a los que pertenecen A Dios. Esta es la esperanza. W.T. Purkiser

Para debatir
¿Por qué es tan importante la esperanza en el regreso de Cristo? ¿Hay peligros en
ver a Cristo como si estuviera “allá afuera” y no “aquí adentro”? ¿De qué manera la
segunda venida de Jesús es un factor de la gran controversia? ¿Por qué se dice que es la
“esperanza bienaventurada”? ¿Cómo podemos hacer que la venida de Cristo sea más
relevante, sin llegar a adoptar un estilo de “otro mundo”? ¿Qué significa para nosotros
encontrarnos con Jesús?

Resumen bíblico
Jesús promete a sus discípulos que vendrá de nuevo (Juan 14:1-3). Nos dice que
vendrá de nuevo con gloria de su Padre y recompensará a cada uno según sus obras
(Mateo 16:27). 1 Tesalonicenses 4:13-18 FBV es un maravilloso pasaje que describe
cómo vendrá Jesús de nuevo: No queremos ustedes estén confundidos acerca de lo que
sucede cuando la gente muere, hermanos y hermanas, de modo que no se entristezcan
como los otros que no tienen ninguna esperanza. Siendo que estamos convencidos de que
Jesús murió y resucitó, nosotros también estamos seguros de que Dios también traerá con
Jesús a los que murieron confiando en él. Lo que les estamos diciendo viene del Señor:
los que están vivos y sigan aquí cuando venga el Señor, sin duda no va a preceder a los
que han muerto. Porque el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con
clamor de arcángel y con la trompeta de Dios, y los que han muerto en Cristo resucitarán
primero. Luego los que estemos vivos aquí todavía seremos llevados juntamente con
ellos en las nubes, y nos reuniremos con el Señor en el aire. ¡Y entonces estaremos con el
Señor para siempre! Así que anímense unos a otros con estas palabras.” En Mateo 24
Jesús combina la futura destrucción del Templo con su regreso, en respuesta a la pregunta
de sus discípulos.

Comentario
A este grupo de hermanos, sus discípulos, que nos representan a nosotros, ¿qué
pudo decirles Jesús que les ayudara a enfrentar los terribles tiempos por venir? Dos cosas:
que él estaría con ellos y que iba a venir otra vez para llevarlos a casa con él. Sin su
regreso, su misión es incompleta. Esta bendita esperanza es el enfoque futuro del Nuevo
Testamento, que ocupa más espacio que cualquier otra creencia.
A lo largo de las Escrituras se hace énfasis en la esperanza que, aunque se
preocupa por el futuro, tiene que ver con lo que sucede en el presente. Sin esperanza sólo
estamos medio vivos, y Dios – el Dios de la esperanza – nos promete un plan y un futuro
para cada uno de nosotros. Sin esta esperanza futura el presente se oscurece en su
significado, pero con las promesas de Dios que nos aseguran que esta vida no es el final,
tenemos la esperanza de la vida eterna con nuestro amoroso Señor. Dios nos lleva hacia
adelante, desafiando y animando nosotros, a su increíble futuro…
¿Por qué entonces se ha olvidado o ignorado tan a menudo la segunda venida de
Jesús? ¿Cómo es que esta doctrina empezó a desvanecerse en la Iglesia y a perder su
posición como la “esperanza bienaventurada” del cristiano individual? La historia muestra el
funcionamiento de la mente de los hombres, y su reacción en diferentes situaciones. La
historia de la iglesia cristiana es la misma, y en la mente humana, en sus actitudes, en las
filosofías y en las expectativas, está la idea de que hay razón para el debilitamiento de la
esperanza en el advenimiento.

Sin embargo, la Biblia está llena de esta promesa. Es la esperanza lo que anhelamos,
confiando en que fiel es el que prometió. ¡Este no es un evento simple! Esto no te lo puedes
perder. Jesús no viene en silencio o en secreto para que solo unos pocos lo noten. ¡Es un
acontecimiento trascendental que nadie va a pasar por alto! El regreso de Jesús será como el
relámpago que brilla desde el este hacia el oeste, todo ojo le verá, y si alguien te dice que ha
venido en secreto, dice Jesús, ¡no lo creáis!
De hecho, seremos completamente cegados por la luz de su regreso. En cuanto al
efecto en nuestros oídos: “Porque el Señor mismo descenderá del cielo con gran voz, con
voz de arcángel, y con trompeta de Dios.” Será suficientemente sonora como para despertar
a los muertos, literalmente.

No va a ser una experiencia trascendental vaga de algún Poder: que nadie
“reinterprete” la Segunda Venida para nosotros. Es muy personal y muy real: como se les
dijo a los discípulos de Jesús: “Este mismo Jesús… vendrá de la misma manera como le
habéis visto ir al cielo.” Jesús partió como una persona física y muy real, y cuando regrese
va a ser la misma persona. Por encima de todo, Jesús es la persona que debemos conocer
como nuestro mejor y más cercano amigo.

Comentario 2
Nunca está de más hacer énfasis en la importancia de la doctrina del Segundo
Advenimiento. Es sin duda un aspecto de vida o muerte para nuestro movimiento.”
“Los adventistas del séptimo día están irrevocablemente comprometidos a creer y
a proclamar la segunda venida de Cristo. Si por cualquier razón llegásemos a repudiar
esta verdad o dejar de proclamarla con sinceridad, nos destruiríamos a nosotros mismos.
Negar la proximidad del regreso de nuestro Señor, abierta o secretamente, sería lo mismo
que invitar a la desintegración de nuestra causa.”
El movimiento del gran segundo advenimiento fue fundado sobre la convicción
firmemente sostenida y el compromiso de nuestros pioneros, de que el regreso
previamente anunciado estaba a las puertas. Sin esta convicción no habrían existido los
adventistas del Séptimo día ni el movimiento Adventista del Séptimo Día. En otras
palabras, nosotros fuimos adventistas antes de que tuviéramos una organización. Fuimos
adventistas antes de tener propiedad alguna. Fuimos adventistas antes de que
adoptáramos el sistema de los diezmos. Fuimos adventistas antes de que tuviésemos algo
que ver con la reforma pro-salud, o la reforma del vestir, o cualquier otra reforma.
“La creencia en la pronta segunda venida de Cristo es la razón, el
fundamento de nuestra existencia… Si no creemos que la segunda venida de Cristo está a
las puertas, no pertenecemos al Movimiento Adventista. Es más, si no sostenemos más
esta creencia, no tenemos nada que hacer hoy.” [Arthur S. Maxwell, “La inminencia de la
segunda venida de Cristo” en Nuestro Firme Fundamento (Grabación de un seminario
bíblico)]; Washington: Review and Herald, 1953,
Pp.186-7.

Comentarios de Elena de White
Estamos a la espera de la segunda venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
No sólo hemos de creer que el fin de todas las cosas está cerca. Debemos estar llenos del
espíritu de la venida de Cristo, para que cuando venga el Señor nos encuentre preparados
para encontrarnos con Él, ya sea que estemos trabajando en el campo, o construyendo una
casa, o predicando la Palabra. Listos para decir: “He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos
esperado, y Él nos salvará” (Isaías 25:9). {Manuscript Releases, Vol. 11, p. 270}
Una de las verdades más solemnes y más gloriosas que revela la Biblia, es la de la
segunda venida de Cristo para completar la gran obra de la redención. Al pueblo
peregrino de Dios, que por tanto tiempo hubo de morar en “región y sombra de muerte”,
le es dada una valiosa esperanza inspiradora de alegría en la promesa de la venida de
Aquel que es “la resurrección y la vida” para hacer “volver al hogar a sus hijos
exiliados”. La doctrina del segundo advenimiento es verdaderamente la nota tónica de las
Sagradas Escrituras. {Maranata: el Señor Viene, p. 13}

El mensaje de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo debe ir acompañado
de poder vivo. No debemos descansar hasta que veamos muchas almas convertidas a la
bendita esperanza de la venida del Señor. El mensaje hacía una obra real que convertía a las
almas a servicio del Dios vivo. El trabajo que debemos hacer hoy día es tan real, y la verdad
es tan cierta. Sólo tenemos que dar el mensaje con tanto más ardor en cuanto vemos que la
venida del Señor está cerca. El mensaje para este tiempo es positivo, sencillo y con la más
profunda importancia. Debemos actuar como hombres y mujeres que creen. No estamos
medio despiertos ante los riesgos y los peligros para los cuales debemos estar preparados
para enfrentar. Esperar, vigilar, trabajar, orar, advertir al mundo. Este es nuestro trabajo.
{Manuscript Releases, Vol. 10, p. 383}

El Señor viene pronto. Hablen acerca de ello, oren para que así sea y créanlo.
Transfórmenlo en una parte de su propia vida. {7T 237}
La [segunda] venida del Señor ha sido en todo tiempo la esperanza de sus
verdaderos discípulos. La promesa que hizo el Salvador al despedirse en el Monte de los
Olivos, de que volvería, iluminó el porvenir de sus discípulos al llenar sus corazones de
una alegría y una esperanza que las penas no podían apagar ni las pruebas disminuir.
Entre los sufrimientos y las persecuciones, “la manifestación gloriosa de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo” era la “esperanza bienaventurada”. Cuando los cristianos de
Tesalónica, agobiados por el dolor, enterraban a sus amados que habían esperado vivir
hasta ser testigos de la venida del Señor, Pablo, su maestro, les recordaba la resurrección,
que había de verificarse cuando viniese el Señor. Entonces los que hubiesen muerto en
Cristo resucitarían, y juntamente con los vivos serían arrebatados para recibir a Cristo en
el aire. “Y así—dijo—estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los
otros con estas palabras”. 1 Tesalonicenses 4:16-18. {Maranata: El Señor Viene, p. 12}

Jonathan Gallagher escuela sabaticaPreparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2014
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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  • THE CONTINENT OF AMERICA IS THE FATHER HOUSE AND CHILE IS THE THIRD HEAVEN OR PARADISE

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