La mujer es un símbolo que encontramos en la Biblia para la iglesia, ya sea una iglesia pura que ama la verdad o una iglesia apóstata (caída) que ha rechazado la verdad de Dios (como la llamada Babilonia). En la descripción que encontramos en Apocalipsis 12:17, nuestro texto de memoria, podemos saber definitivamente que está hablando de una iglesia pura que ha enojado al dragón (también conocido como Satanás – Apocalipsis 12:9).
En Apocalipsis 14:12, la misma descripción identificativa apunta a los santos de Dios. Asociamos a los santos con personas santas, aquellos que intentan ser santos, como el Dios que adoran. Esto se hace guardando Sus mandamientos (obviamente los Diez Mandamientos del Antiguo Testamento) y el testimonio o fe de Jesús (que se encuentra en el Nuevo Testamento, a través de la vida del propio Hijo de Dios, el Mesías).
Si queremos disfrutar de la paz y la seguridad del Reino de Dios, debemos prepararnos guardando Sus mandamientos mediante la fe en la sangre de Jesús. Esto permitirá a sus santos reflejar el carácter de justicia y misericordia de Dios para el mundo.
Podemos ver fácilmente una conexión entre el santuario celestial, la ley de Dios que se encuentra y protege allí (Apocalipsis 11:19) y el sábado que está en el centro de esa ley. Después de todo, a quién adoramos, al Creador o al engañador, es la cuestión clave en el gran conflicto entre Cristo y Satanás.
