Esta semana exploraremos estos temas:
- El domingo: ¿Por qué la gente acaba endeudándose?
- Lunes: ¿Dónde podemos obtener ayuda con nuestras finanzas?
- Martes: ¿Cómo resolvemos nuestros problemas de deudas?
- Miércoles: ¿Cómo evitar las deudas? ¿Cómo evitar las deudas?
- Jueves: ¿Cuándo es seguro o incluso necesario endeudarse?
El libro de los Proverbios contiene mu
Dios promete en Deuteronomio 28:1, 2 y 12 bendecir a Su pueblo siempre y cuando obedezcan Sus mandamientos. Es importante que incluso ahora sigamos a Dios guardando Su ley, lo que incluye no trabajar en Su día santo o robar Su diezmo sagrado. Cuando ignoramos a Dios negándonos irrespetuosamente a hacer cualquiera de estas cosas, no podemos esperar que Él nos bendiga tan plenamente como Él anhela.
Incluso si somos cuidadosos con la devolución del diezmo, que es lo mínimo que se espera de nosotros, podemos encontrarnos en dificultades financieras por varias razones. Las principales incluyen…
- No conocer los principios de la buena administración del dinero; en otras palabras, ser analfabetos financieros.
- Querer vivir por encima de nuestras posibilidades, es decir, no estar contentos con lo que tenemos y querer siempre más.
- Que la desgracia personal nos sorprenda por sorpresa, es decir, sufrir algún tipo de tragedia, como una enfermedad grave, un divorcio o una catástrofe natural.
Todas y cada una de estas causas de endeudamiento excesivo pueden abordarse con el apoyo de amigos cristianos, la ayuda de asesores profesionales, el trabajo duro y las bendiciones providenciales de Dios.
chas advertencias sobre el endeudamiento. Salomón, que era un rey muy rico, comprendía los peligros de endeudarse y lo desaconsejaba repetidamente.
Hay muchas razones para no endeudarse. Jesús declaró que nadie puede servir a dos señores (Mateo 6:24), y estar endeudado puede apartarnos de nuestro servicio a Dios. Pablo, en Romanos 13:7, 8, nos recuerda que no debemos a nadie nada que no sea nuestro amor. Pagar lo que se debe y mantenerse alejado de las deudas siempre que sea posible parece el mejor camino a seguir.
La deuda se ha definido adecuadamente como “vivir hoy de lo que se espera ganar en el futuro”. La inestabilidad de nuestro futuro en estos últimos días debería hacernos vacilar a la hora de pedir prestado innecesariamente y, sin embargo, un gran número de personas, incluidos cristianos, se encuentran abrumados por deudas onerosas.
La Biblia puede ayudarnos a comprender los principios prácticos de los préstamos y empréstitos que protegerán nuestro futuro financiero. Estos principios nos ayudarán a evitar el estrés y la preocupación creados a menudo por los estilos de vida codiciosos y egocéntricos de nuestro mundo moderno.