Si alguna vez hubo un momento para que Judá volviera a confiar en Dios, fue cuando las cosas ya empezaban a caer en picado para ellos. Dios había estado enviando llamamientos para que renovaran la relación de alianza, pero ellos rechazaron repetidamente sus ofertas.
A medida que el peligro se acercaba, los mensajes de advertencia de Dios se hicieron más fuertes y más fuertes. Sin la intervención de Dios, estaban condenados a una derrota devastadora y su tierra estaría desolada.
Texto de la memoria: “Esperaré a Jehová, que esconde su rostro de la casa de Judá, y en él esperaré”. Isaías 8:17 LBLA
Qué importante para Judá confiar en Dios, no en el supuesto conocimiento y experiencia de su rey, cuya afiliación a tribus idólatras no había hecho nada para mejorar su condición espiritual.
Aunque es importante confiar en nuestros líderes, también es importante tener líderes dignos de confianza. Por eso debemos mantener nuestros ojos en el más confiable de todos, el Rey del Universo. Cuando esperamos sólo en el Señor, tenemos la esperanza de un futuro mejor.