Al cubrir la vida de José esta semana, exploramos…
- Cómo fue tratado José como hijo predilecto de Jacob (domingo)
- El ataque de José cuando sus hermanos lo arrojaron a un pozo y lo vendieron como esclavo (lunes)
- Cómo Tamar, la esposa de uno de los hijos de Judá, se convirtió en un antepasado de Jesús (martes)
- La vida de José en la casa de Potifar y más tarde en la cárcel (miércoles)
- Cómo José interpreta los sueños de dos prisioneros, y más tarde del propio Faraón (jueves)
Aunque la historia de Abraham es fundamental para la alianza de Dios y se encuentra en el centro del libro del Génesis, la historia de José es bastante significativa también por su amplia cobertura en el libro (capítulos 37-50). José está correctamente identificado como uno de los grandes patriarcas de la Biblia.
Su vida, y la de Daniel, guardan un estrecho paralelismo con la vida de Cristo. Ambos fueron separados de sus familias cuando eran jóvenes y llevados lejos de su hogar a tierras paganas. Al igual que Jesús dejó el cielo para nacer en nuestro pecador y caído planeta. Curiosamente, tanto José como Daniel vivieron vidas ejemplares. Al menos no se registra ninguna falta importante o comportamiento pecaminoso de estos dos. Y por supuesto, lo mismo se aplica a la vida del Hijo de Dios.
Texto de memoria: “Entonces se dijeron unos a otros: ‘¡Mira, este soñador viene! ” Génesis 37:19 LBLA
El apodo “soñador” podría interpretarse como “maestro de sueños”. Y como vemos en la vida de este increíble patriarca, es un experto en recibir e interpretar sueños proféticos. También participa en su cumplimiento. En repetidas ocasiones se nos muestra la capacidad de Dios para llevar a cabo sus promesas, convirtiendo situaciones malas y malignas en situaciones extraordinariamente positivas.