Antes de que Jesús hiciera la sorprendente declaración acerca de que el sábado era para el hombre en Marcos 2:27, los líderes religiosos expresaron alarma por Su curación en sábado y por Sus discípulos arrancando granos de trigo para comer mientras caminaban por el campo en sábado. Ambos comportamientos iban en contra de las formas prescritas en las que habían determinado que debía guardarse el sábado.
Como la mayoría de nosotros, Jesús enfrentó controversias durante el tiempo que pasó en la tierra. Es útil ver cómo manejó los desacuerdos diarios que interrumpieron Su ministerio. Tanto su familia de la iglesia como sus parientes cercanos estaban preocupados por la forma en que Él eligió vivir y servir a Dios. Es útil saber cómo Jesús respondió pacientemente a estos críticos, utilizando sus afirmaciones como enlaces de historias que ayudaron a reforzar su mensaje. Sus preguntas que invitaban a la reflexión también estaban destinadas a perforar el corazón y cambiar de opinión.
Los capítulos segundo y tercero de Marcos nos brindan una idea de la naturaleza y el papel del Mesías. Era obvio que sus críticos, después de años de ideas falsas y de confiar en la tradición, fueron los más lentos en comprenderlo.