A medida que los libros de registros se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron primero en la Tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva y termina con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado.
No hay muchos caminos que llevan al cielo. No puede cada uno escoger el suyo. Cristo dice: “Yo soy el camino… Nadie viene al Padre, sino por mí”. Desde que fue predicado el primer sermón evangélico, cuando en el Edén se declaró que la simiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente, Cristo ha sido enaltecido como el camino, la verdad y la vida. Él era el camino cuando Adán vivía, cuando Abel ofreció a Dios la sangre del cordero muerto, que representaba la sangre del Redentor. Cristo fue el camino por el cual los patriarcas y los profetas fueron salvos. Él es el único camino por el cual podemos tener acceso a Dios