Hay tantos campos de aprendizaje y especialidades para explorar en esta tierra. Uno puede estudiar biología, geología, astronomía, física, química, literatura, historia, antropología, y la lista es interminable. No hay duda de que con todo el universo como nuestra universidad, tendremos todas las oportunidades de aprendizaje que nuestros corazones desean. Y la capacidad cerebral necesaria para dominarlas todas.
Lo más probable es que lo más interesante sea encontrar las respuestas a nuestras preguntas teológicas. Conocer el carácter de Dios de primera mano nos ayudará a entender por qué las cosas sucedieron como lo hicieron en esta tierra. Ya sea a nosotros individualmente, o a la humanidad en general.
No es de extrañar que haya tanta alabanza y adoración a nuestro Padre en nuestro hogar celestial. Cada descubrimiento magnificará nuestro aprecio por su carácter de cuidado amoroso y justicia misericordiosa.
Mientras luchamos con las pruebas y decepciones en esta vida, es importante recordar que… todo ahora es temporal, “pero por un momento”, como dice en 2 Corintios 4:17. Una nueva tierra está llegando (Apocalipsis 21:1), comeremos del árbol de la vida otra vez (Apocalipsis 2:7), y Dios enjugará todas nuestras lágrimas (Apocalipsis 7:17).
La Biblia sólo puede darnos vislumbres y pistas de las gloriosas experiencias que nos esperan en el cielo. Pero tenemos la promesa de que superará con creces cualquier cosa que nuestras mentes finitas puedan ahora comprender.
Tal vez la oportunidad de aprendizaje más notable será ver las cicatrices en las manos y pies de nuestro Salvador, y saber que Él pagó el precio de nuestra redención. Estamos allí por su amoroso sacrificio. El amor de Dios será la razón de cualquier alegría y felicidad que se convierta en nuestra en ese hogar celestial.