Escuela Sabática Texas USA Lección 11: Aguardar en el crisol – Sábado 10 de Septiembre de 2022

El propio tiempo de Dios fue declarado en el nacimiento y la muerte de su querido Hijo (Gálatas 4:4 y Romanos 5:6). “A su debido tiempo” y “en la plenitud del tiempo” fueron las expresiones utilizadas para recordarnos que Dios ejecuta su voluntad de acuerdo con un calendario divino. La mayoría de las veces, no somos conscientes de cuándo van a ocurrir las cosas exactamente.

Probablemente sea más útil para nosotros conocer la razón de un aparente retraso en el tiempo de Dios. Y hay muchas razones que Dios puede tener para hacernos esperar durante nuestro crisol.

  • La espera nos permite centrarnos en Dios, y no sólo en nuestra crisis.
  • La espera nos da una imagen más clara de nuestros propios motivos y tiempo para desarrollar una mejor actitud sobre nuestro sufrimiento.
  • La espera construye las herramientas espirituales que necesitamos, como la fe y la confianza.
  • La espera proporciona a Dios más tiempo para resolver nuestra situación de la mejor manera para todos los implicados.

En muchos casos, podemos pensar que estamos esperando a Dios, pero en realidad Él puede estar esperando a nosotros. Nuestra propia inmadurez espiritual puede ser la culpable. Hay una buena razón por la que se nos dice que esperemos en el Señor. Su tiempo es siempre el mejor. Está hecho a la medida de nuestra situación.

El crisol de David fue realmente difícil: huir del rey Saúl durante muchos años. En dos ocasiones, David tuvo la oportunidad de matar a Saúl durante sus encuentros, pero lo perdonó porque Saúl también había sido ungido por Dios. En ambas ocasiones, Saúl quedó impresionado por la generosa misericordia de David. Obviamente, Dios estaba tratando de recuperar a Saúl, dándole todas las oportunidades para que se arrepintiera. Véase 1 Samuel 26:1-11.

El camino de David hacia el trono fue ciertamente largo. Pero estaba dispuesto a hacer lo correcto y a esperar que Dios lo hiciera realidad. Nosotros también debemos tener cuidado de no adelantarnos a Dios. Es más importante esperar y ver cómo Dios hace las cosas.

En lugar de aferrarnos a lo que creemos que nos corresponde, debemos estar dispuestos a dejar que la voluntad de Dios se haga a su manera. La mayoría de las veces, sólo estropearemos las cosas, si sólo pensamos en cómo salir de nuestra situación desalentadora. Sin embargo, Dios es el que necesita ser glorificado, no nosotros. Por lo tanto, necesitamos esperar humildemente y pacientemente a que Él se ocupe de la situación.

Radio Adventista
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