Como hemos visto en varias escrituras, el sufrimiento es común a la humanidad, con muchas fuentes, causas y resultados a considerar. No importa cómo o por qué nos llegan los crisoles, podemos saber que Satanás está involucrado, que a menudo nuestros propios pecados están involucrados, y siempre Dios está involucrado, ya que Él es la fuente de nuestra fuerza para superarlos.
Es importante reconocer los tipos de crisoles que afectan a nuestra vida de forma tan crítica. Comprenderlos nos ayuda a sacar las mejores lecciones de ellos cuando acudimos a Dios en busca de respuestas a nuestras preguntas. Preguntas como: ¿Por qué Dios ha permitido esto? ¿Qué papel he jugado yo para que esto ocurra? ¿Por qué siento que Dios me ha abandonado? ¿Qué puedo aprender de lo que estoy viviendo?
Jesús, el dulce Pastor, nos guiará en las respuestas a estas válidas preguntas. Considerarlas antes de que ocurra la tragedia puede prepararnos para sobrevivir a lo peor que la vida pueda arrojarnos.
Como dice esta canción: “Sé lo que me pasa, Jesús lo hace todo bien”. Confía en Él para que te guíe a través de tus “ardientes pruebas”. Sólo Dios conoce las respuestas. Sólo Dios puede llevarte a través de tu crisol.