“Todos deseamos respuestas inmediatas y directas a nuestras oraciones, y estamos tentados a desanimarnos cuando la respuesta se retrasa o llega de forma inesperada. Pero Dios es demasiado sabio y bueno para responder a nuestras oraciones siempre en el momento y de la manera que deseamos. Él hará más y mejor por nosotros que cumplir todos nuestros deseos. Y porque podemos confiar en su sabiduría y en su amor, no debemos pedirle que ceda a nuestra voluntad, sino que debemos procurar entrar en su propósito y cumplirlo. Nuestros deseos e intereses deben perderse en su voluntad”. – Elena de White, Obreros del Evangelio, p. 219.
“Falta poco para que Jesús venga a salvar a sus hijos y a darles el toque final de la inmortalidad… Las tumbas se abrirán, y los muertos saldrán victoriosos, clamando: ‘Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón? Oh, tumba, ¿dónde está tu victoria? Nuestros seres queridos que duermen en Jesús saldrán revestidos de inmortalidad”. – Ellen G. White, Counsels on Stewardship, p. 350.