Se puede decir honestamente que ninguna otra deidad que el mundo haya conocido puede igualar la profundidad del amor y el sacrificio del Dios cristiano. Podemos acudir a Él para que nos guíe, porque ha experimentado de primera mano lo mejor y lo peor que la vida puede ofrecer.
La historia de Jesús ha demostrado ser suficiente para fortificarnos durante nuestras pruebas más duras. Sólo tenemos que elegir su amor, su gracia y su ejemplo para que la verdadera felicidad sea nuestra por una eternidad.
El calor extremo de cualquier crisol puede ser soportado cuando consideramos la vida del Hijo del Hombre, nuestro Salvador y Amigo, Jesucristo..