Como Israel se escondió en sí mismo, Dios permitió que fuesen esparcidos, para testificar en tierras extrañas. En Damasco de Siria, usó una adolescente prisionera como misionera para hablar del poder de curación y de salvación del Dios de Israel.
Una lección importante a respecto de esta jovencita es su fe en Dios. Los líderes de Israel, tanto espirituales como temporales rompieron sus relaciones con Dios. Ocozías, rey de Israel, consultó a Baal-Zebub, dios de Ecrón, de los filisteos, para saber si sanaría de las heridas de una caída. Su hermano Joram, le sucedió a Ocozías en el trono y en la apostasía. Era él el rey cuando la jovencita fue llevada cautiva para Damasco. Los líderes espirituales están en apostasía. En este ambiente espiritual corrupto, el hogar de la niña era una pequeña isla y fortaleza espiritual, comunicando fe y firmeza en el poder de Dios.
