Cada persona debe tener un método para leer y estudiar su Biblia. La iglesia no está alentando la Biblia, o si lo es, es muy poco. Hace años, el ‘año bíblico’ fue alentado al comienzo de cada año, lo cual pocos hicieron porque da más de 3 capítulos por día en promedio. Muchos comenzaron en enero y antes de fin de mes ya se han rendido. Ahora el incentivo, pero débil, es leer un capítulo al día. Cada uno debe comenzar cuando quiera o pueda. Es mucho mejor. No es el número de capítulos que lees lo que marcará la diferencia en la vida, sino cómo lo lees, a toda prisa o con oración y reflexión.
El liderazgo en todos los niveles debería alentar mucho más el estudio de la Biblia.