En realidad hay dos relatos de los acontecimientos de la Creación al principio del Génesis:
El primer capítulo nos muestra a un Dios fuerte y majestuoso. El nombre Elohim encarna a este poderoso e impresionante Creador, que creó metódicamente un hermoso mundo en seis días, declarando cada día “bueno”.
El segundo capítulo va más despacio y nos da más detalles sobre nuestra relación con este “YHWH”, como se le conoce en este capítulo. Se nos da a conocer su cercanía, ya que sopló en las fosas nasales de Adán y le dio la vida. Tanto Adán como Eva fueron hechos a imagen y semejanza de Dios, moldeados tiernamente para ser como Él.
Estas dos visiones de Dios reflejan cómo debemos acercarnos a Él. Nos acercamos a Él con temor y con una obediencia reverente, pero también con una alabanza alegre y confiada por su misericordia y su amor. Por eso el Génesis nos revela tanto a nuestro Creador como a nuestro Redentor.