Aqui entre Nos. Lección 6 – Él murió por nosotros – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.

Juan el Bautista reconoció el papel que tendría Jesús en nuestra salvación. Cuando Jesús acudió a él para ser bautizado, Juan proclamó: “¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. (Juan 1:29)

Más tarde, Jesús explicó a Nicodemo el papel que tendría el Mesías en darnos un nuevo nacimiento, que incluye la vida eterna (Juan 3:14-18). No fue enviado para condenar al mundo, como muchos líderes religiosos parecían ansiosos por hacerlo. Pero, por amor, moriría y así daría vida eterna a todos los que creyeran en Él.

El escritor de Hebreos vio que la sangre de los animales, los toros y los machos cabríos ofrecidos a Dios, eran incapaces de quitar sus pecados. Sólo proporcionaban un perdón condicional que se basaba en la futura muerte sacrificial del Mesías (Hebreos 10:4). Sólo la sangre de Cristo puede salvarnos de nuestros pecados (Hebreos 9:14). Su muerte sacrificial sólo necesitaba ser ofrecida una vez para ser efectiva para todos los del universo que decidieran aceptarla (Hebreos 10:10).

La muerte de Jesús incluyó la oración ferviente y los gritos emocionales de nuestro Salvador (Hebreos 5:7). Su regalo de vida eterna tuvo un precio muy alto. Por lo tanto, su resurrección merece nuestro devoto estudio y aprecio.

Es difícil para todos nosotros asimilar la razón por la que Jesús tuvo que morir tan cruelmente en la cruz. Véase 1 Corintios 1:18-24.

  • Para aquellos que son religiosos, la cruz puede parecer una tontería, casi como un cuento de hadas. Queremos una señal que verifique esta historia en la Biblia.
  • Para aquellos que son mundanos, el conocimiento del sacrificio de Cristo indica debilidad. Quieren ver más poder en una deidad que en alguien que se dejaría matar por sus propios seres creados.

Hay que tener en cuenta que Cristo no sólo murió la muerte natural que todos experimentamos al final de nuestra vida en la tierra. Él sufrió “la segunda muerte” de todos los pecadores que no son dignos candidatos al cielo y a la vida eterna.

La muerte de Jesús en la cruel cruz debe ser recordada por estas razones:

  1. Revela la justicia de Dios (Romanos 3:21-26).
  2. Revela el amor de Dios (Romanos 5:8).
  3. Nos da poder sobre el pecado (Romanos 6:22).
  4. Nos da la esperanza de que tendremos vida eterna (1 Juan 5:11, 12).
  5. Evita una futura rebelión en el universo (Apocalipsis 22:3).
Radio Adventista
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