Aqui entre Nos. Lección 4 – El diluvio – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.

La primera respuesta de Noé al desembarcar del arca tras el diluvio fue construir un altar para expresar su agradecimiento por la supervivencia. Esta ofrenda de animales quemados era el más antiguo de los sacrificios, pero fue la primera vez que se menciona un altar en la Biblia (Génesis 8:20).

Un indicio de que sus vidas comenzaban de nuevo fue cuando Dios les dijo, como en el Jardín del Edén, que fructificaran y se multiplicaran (Génesis 1:28, 9:1). Se esperaba que sus familias crecieran y que algún día volvieran a llenar la tierra.

Sin embargo, Dios pronunció algunos cambios claros que se notarían en su nuevo mundo. Su dieta incluiría ahora alimentos cárnicos, ya que había poca o ninguna vegetación que creciera para mantenerlos. Debido a este cambio, la relación que tenían con sus amigos los animales también cambiaría. Génesis 9:2 anunció que el miedo y la desconfianza dominarían esa relación. Los animales se volverían “salvajes”, como muchas especies han permanecido hasta hoy. Esto protegería a algunos de los animales de acabar en sus platos de comida, pero también limitaría la cantidad de carne que podrían consumir, ya que sería un poco más difícil de obtener.

También se dieron restricciones con respecto a su nueva dieta que incluía carne. Ya entendían el concepto de animales limpios e impuros, pero Dios mencionó específicamente que la sangre del animal debía ser respetada y evitada. La sangre era importante como fuente simbólica de vida, por lo que había que tener cuidado en la forma de matar y comer un animal, lo que les obligaba a drenar la sangre de los animales que utilizaban como alimento.

La respuesta de agradecimiento de Noé no pasó desapercibida para Dios. El Creador acababa de asombrarles con su inigualable poder al producir el diluvio, pero también al preservar sus vidas. La respuesta de Dios incluyó palabras de afirmación, pero fue endulzada con una hermosa señal en el cielo: un colorido arco iris lleno de promesa y esperanza.

En Génesis 9:8-17, que describe el arco iris, se menciona la palabra “pacto” siete veces. Casi parece redundante e innecesario, pero tal vez fuera para recordarnos otra maravillosa señal del pacto de Dios, su séptimo día de reposo (Ezequiel 20:12).

Así como la señal del pacto de Noé, el arco iris en el cielo, estaba destinada a toda la humanidad, el sábado, instituido en el principio, está destinado a toda la humanidad, no sólo a su pueblo elegido (Marcos 2:27). Los estudios han verificado repetidamente que todas las personas se benefician de un día de descanso constante cada semana.

La aterradora experiencia de Noé, que los sacudió hasta el fondo, merecía esta nueva señal especial de Dios. Puesto que la lluvia vino del cielo, tenía sentido que su renovada señal de la alianza se viera también en el cielo, recordándonos que debemos mirar hacia arriba, “porque se acerca nuestra redención” (Lucas 21:28). Jesús volverá en el cielo para llevarnos a casa con Él algún día (Hechos 1:11). La promesa del pacto de Dios, vista en el arco iris, contiene todas nuestras esperanzas de un futuro eterno con nuestro Dios.

Radio Adventista
0 comments… add one

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.