La abrumadora destrucción y los estragos causados en nuestro planeta por el Diluvio podrían hacernos pasar por alto la naturaleza salvadora del acontecimiento. Prefiguró la próxima destrucción por fuego que Dios permite después del milenio, para preparar al mundo para la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra (Apocalipsis 21:1).
Así pues, no hay sólo un aspecto de castigo asociado al Diluvio. La familia de Noé habría sido finalmente engullida por toda la maldad que les rodeaba, y no habría nadie a quien pudiera nacer el Libertador. En la misericordia de Dios, Él encontró una manera de salvar a la familia de Noé, debido a la fe continua de Noé.
Así como nuestra vida de pecado debe morir y ser enterrada, para que seamos creados de nuevo espiritualmente, Dios permite que cosas como el Diluvio limpien y se conviertan en un nuevo lienzo para sus obras creativas. La historia del diluvio de Noé tiene una cualidad salvadora que debemos reconocer.
Además de mirar hacia adelante, una lectura atenta de Génesis 7 nos trae imágenes del relato de la Creación de Génesis 1 y 2. Vemos muchas de las mismas palabras y descripciones en ambos relatos. Por ejemplo: “siete”, “macho y hembra”, “según su especie” y “aliento de vida”. El movimiento de las aguas parece una inversión de la Creación, con la separación de las aguas de arriba de las de abajo. Durante el Diluvio, el tremendo aguacero debió de parecer que las aguas se unían y volvían a ser una sola.
Justo antes de que finalizara el aguacero más largo y duro que ha visto la humanidad, se nos dice que Dios se acordó de Noé (Génesis 8:1). Nunca estuvo lejos, por supuesto, pero el viento que envió para ayudar a secar las aguas que empezaban a retroceder debió ser una señal de bienvenida para los que estaban en el arca.
Su esperanza aumentó tras la prueba de Noé de enviar un cuervo, y luego una paloma, mostrando que su calvario estaba a punto de terminar. La paloma regresó con una hoja de olivo en la boca (Génesis 8:11). Incluso después de que su prueba autoimpuesta tuviera éxito, Noé siguió esperando la señal directa de Dios antes de salir de la seguridad del arca.
Aunque es importante esperar pacientemente a que el Señor nos hable, esta historia del envío de la paloma nos ayuda a ver que podemos usar nuestras propias habilidades y capacidades de pensamiento para implementar soluciones a nuestros problemas en la vida. Dios espera que confiemos en Él, pero también que utilicemos nuestros propios recursos. Al fin y al cabo, Él nos dio esos recursos, ya sea nuestra propia inteligencia o la ayuda de otras personas dispuestas a colaborar.