Aqui entre Nos. Lección 10 – Templanza en el crisol – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.

1 Pedro 2:18-25, que dice que los siervos deben ser sumisos a sus amos, es en realidad un buen consejo para todos nosotros. Cuando aceptamos a Cristo, somos sus siervos. Jesús fue nuestro ejemplo en esto, como se habla en estos versículos. Soportó el duro trato de su propio pueblo con tranquila sumisión (Isaías 53:7).

Jesús oró en el Huerto de Getsemaní para que Dios le diera fuerzas para hacer lo imposible y soportar en silencio los acontecimientos extremos que estaban a punto de engullir y extinguir su vida en la tierra. Descubrió que no estaba exento de la injusticia, pero que Dios tenía el control, y su silencio sería recompensado al final.

El amor de Jesús por su Padre lo llevaría a través de su crisol. Este amor, que proviene del amor de Dios por nosotros, es lo que nos da fuerza para ser mansos. Por lo tanto, la mansedumbre cristiana es el resultado del amor, no del miedo, como afirman sus críticos. Nuestra boca cerrada es testimonio de la mansedumbre de Cristo y del poderoso amor de Dios.

Este salmo refuerza nuestra creencia en lo único que hace posible nuestra mansedumbre: Que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza. Los orgullosos carecen de esta protección. Su demostración externa de invulnerabilidad encubre un sentimiento interno de inutilidad e inseguridad. Estamos realmente desnudos sin que Su amor rodee nuestras atribuladas vidas.

Sólo si nos armamos con la mente de Cristo, que está llena de humilde mansedumbre, podemos encontrar el amor y la aceptación que Él disfrutó del Padre. Sólo entonces podremos responder con el mismo espíritu manso que se convierte en nuestra fuerte Roca de defensa.

Esta defensa es muy necesaria, ya que el pueblo de Dios no sólo es incomprendido y perseguido por los enemigos del mundo, sino que a menudo la animosidad proviene de los que están dentro de nuestras propias filas, nuestros hermanos y hermanas cristianos. Esta experiencia puede ser realmente una prueba para nuestra capacidad de permanecer pacientes y humildes, a pesar de los comportamientos de traición de quienes menos lo esperamos.

Radio Adventista
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