En la Biblia vemos a DIOS actuando en la historia e influenciando su curso. Vemos, de hecho, dos fuerzas en el trabajo. Por un lado, DIOS, por el otro, Satanás. Es evidente que ambos afectan la historia. El enemigo siempre intenta destruir lo que DIOS creó, aquellos que lo siguen e incluso los aliados de Satanás. Sabemos que es un destructor. Entre Satanás y sus ángeles hay conflictos gigantescos, y uno odia al otro, pero están aliados contra el Reino de Dios. Se aliaron contra lo que eligieron como enemigo común. Pero, por otro lado, DIOS también está en el trabajo. Aquí en este planeta no debe conducir las cosas para que no pase nada malo, debido a la rebelión de nuestra raza. Él actúa en parte, no nos protege de todo, ni libera al mundo de todos los males de Satanás. Si hiciera eso, el mal y el pecado lo compensarían. Por ejemplo, si no envejecemos o nos enfermamos o morimos, hasta que el pecado sería bueno, porque a la mayoría de la gente le gusta. Los drogadictos apreciarían la droga por la eternidad. Los ladrones roban todo todo el tiempo. Etcétera. Pero hay límites para el mal y DIOS lo sabe. Interfiere para que el mal no exceda los límites. Así sucedió en el Diluvio, en Sodoma y Gomorra, con Egipto, y en muchas otras ocasiones que ni siquiera se informaron en la Biblia, como en Erculano y Pompeya. Por encima del poder del mal, DIOS está llevando a la humanidad al gran clímax, la segunda venida de Jesucristo y la salvación de aquellos que amaron a DIOS.
Aqui entre Nos. Lección 10 – “La Biblia como historia” – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.
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