Sikberto R. Marks Leccion 5 (Comentario) – Discipular a los Enfermos – 1 de febrero 2014

Discipular a los Enfermos

Introducción al sábado de tarde

En muchos hospitales públicos vemos hoy centenares de enfermos en camillas y sillas, sufriendo sin ser atendidas como deberían. Vemos filas larguísimas de gente que desea una cita médica con esperas de varios meses en la mayoría de los casos[1]. Vemos gente esperando por un trasplante, muchos muriendo lentamente, aunque con esperanza que la cura llegue algún día. Vemos también nuevas enfermedades, para las cuales aún no hay curación. Vemos ancianos sufriendo postrados, sin tener a nadie para cuidarlos. Hay enfermedad por todas partes.

Tenemos la medicina más avanzada de todos los tiempos. Por ejemplo, podemos hoy disponer de exámenes preventivos de enfermedades genéticas hereditarias. Hoy mismo por la mañana, a través del noticiero, me enteré que el precio de un examen de esos es de R$5000,00[2]. ¿Qué seguro de salud puede pagar esto a centenares o miles de personas y no quebrar? ¿Cuánta gente tiene la capacidad financiera para pagarlo? La medicina avanza y progresa, pero queda fuera del alcance de muchos, que así continúan muriendo sin ayuda, sin la adecuada atención.

Una persona muere hoy de hambre en el mundo cada 5 segundos. Entre esas, un niño muere de hambre cada 10 segundos. Un billón de personas pasa hambre en el mundo, o sea una de cada 8, según un informe de la ONU. Dicen estos mismos informes que sí hay alimento para todos, pero está mal distribuido, es caro y suele ser desperdiciado. El papa Francisco volvió a hacer referencia a lo que él llama “cultura del descarte”, y afirmó que “con la comida que se tira se podría alimentar a todas las personas que padecen hambre en el mundo” [dicho el 5/12/13] (http://www.abc.es/sociedad/20131220/abci-papa-tirar-comida-navidad-201312201551.html). Las enfermedades modernas que más afectan a las personas en el mundo hoy son: el estrés, enfermedades del sueño, diabetes, infarto del miocardio, accidentes cerebro vasculares. En el tiempo de Jesús, ni se oía hablar de estas dolencias.

Ahora intente imaginar la siguiente situación: si en aquellos tiempos Jesús dedicaba más tiempo a curar que a predicar, ¿cuánto trabajo tendría hoy si estuviese por aquí? Le bastaría llegar cerca de una de esas filas para que centenares de personas se aproximasen a Él.

¡Cuánto necesitamos que Él vuelva! Para detener tanto sufrimiento. Aquí sufren ricos y pobres, buenos y malos, y todos tienen problemas que terminarán con la segunda venida. ¡Al fin!

 

Domingo: El Mesías Sanador

¿Cuál era el gran temor del paralítico de Capernaum, aquel cuyos amigos lo bajaron por el techo de una casa? Que su parálisis fuese consecuencia de sus muchos pecados. ¿Y qué es lo que ese hombre más deseaba? Antes de ser curado, quería ser perdonado. Él quería el perdón y la cura, en ese orden. Esto está en la lección de mañana, pero lo colocamos aquí para destacar que la curación del Mesías era completa; quitaba también los temores de la gente. Mañana estudiaremos sobre las causas y los efectos entre la enfermedad física y las condiciones mentales y espirituales.

En aquellos días se creía que la enfermedad era un castigo por ser pecador. Por lo tanto, los enfermos sufrían las consecuencias de la enfermedad y del pesar por el sentimiento de culpa, y muchas veces sin tener culpa alguna, como fue el caso de Job. Esto era una tortura para los enfermos, un doble sufrimiento. Para realizar estas curaciones, Jesús tuvo que morir en la cruz. Si no hubiese sido así, podría haber curado sólo físicamente, como lo puede hacer cualquier médico dentro de sus limitaciones, pero no podría perdonar y salvar a la persona para la vida eterna.

¿Qué tal si el presidente Obama anunciase que en determinado día él moriría por su nación, conforme a un plan determinado? ¿Qué piensa usted de un presidente, en este caso del país más poderoso del mundo, que muere por sus ciudadanos?

¿Sabe lo que sucedería? Sería quizás un fiasco, pues sería realmente inútil. Nada cambiaría en ningún ciudadano. Nada mejoraría, y nadie sería beneficiado. La única cosa que cambiaría es que la nación perdería su presidente, y tendrían que enterrarlo.

Pero con Jesús fue diferente. Al morir, se volvió el Salvador del mundo. Para que pudiera ser así, resucitó al tercer día, al contrario de Obama que sólo resucitaría demasiado tarde para gobernar su nación. Y para que la muerte de Jesús sea la solución para los pecadores, Él tendría que vivir sin pecado antes de morir, ser un ejemplo de vida, y tener una vida sin que Satanás pudiese encontrarle ni siquiera un motivo de acusación. Ningún ser humano fue o es capaz de esto. Ningún rey o presidente brinda una utilidad si muere por sus gobernados. El único sacrificio útil fue el de Jesús, porque vivió sin pecado y porque resucitó.

 

Lunes: Sanar el Cuerpo

Estaban en casa y vieron a un hombre viniendo de lejos, cargando lo que parecía ser una camilla. El hombre se acercaba y parecía ser aquel pariente paralítico sin esperanza de curación. Estando más cerca, ¡era él mismo!, caminando normalmente y trayendo consigo aquella camilla sobre la cual llevaba años acostado. Fue una alegría general, una euforia. Nadie esperaba que el paralítico de Capernaum volviera un día perfecto. Estaban felices porque con la curación entendían que sus pecados estaban perdonados, y todo se había resuelto.

El gran temor en aquellos tiempos era que algún pecado terminase en enfermedad como castigo. Ellos imaginaban que el paralítico estaba así porque era un gran pecador. Fue este mismo pensamiento el que llevó a los amigos de Job a acusarle de ser un gran pecador. Estaban equivocados, pero no lo sabían, y vivían atormentados por esa idea. Por esto Jesús dijo, y fue bueno que el paralítico lo oyera: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. Él quería más el perdón que la curación.

La enfermedad física resulta de la condición pecaminosa, pero no es un castigo por algún pecado. Puede haber un efecto directo de un pecado, pero no es un castigo. Por ejemplo, una persona puede contraer cáncer por fumar, quizás hasta muera. Beber alcohol y conducir puede terminar en un accidente. Son efectos, no castigos. El castigo por los pecados no confesados sucederá al final del milenio.

Así y todo, es importante saber que muchas enfermedades, ciertamente la mayoría, son la resultante o son facilitadas de acuerdo al estado mental de la persona.

“Los estados internos (sentimientos, pensamientos, expectativas, deseos, frustraciones) determinan nuestras actitudes internas. Ellos determinan cómo nos sentimos y cómo nos ponemos internamente frente a eventos, circunstancias o momentos de nuestras vidas. Son estos tipos de reacciones internas (nuestras reacciones y actitudes emocionales) que se convierten en nuestras formas de expresión y realidad interior (las cuales no siempre mostramos a otros, y sobre las cuales muchas veces tampoco tenemos conciencia clara y completa). Y, una vez que frente a las circunstancias de la vida adoptamos estas formas de respuestas internas, nuestro organismo cumple nuestras órdenes de forma inmediata y total. Para nuestro cuerpo, nuestros sentimientos y emociones son verdades absolutas, a partir de las cuales él reacciona de forma fiel y total.

Las personas se han enfermado o incluso han tenido colapsos (desmayo, infarto, crisis hipertensivas, accidentes cerebro vasculares) después de recibir malas noticias. Otros desarrollan enfermedades crónicas (gastritis, úlceras, migrañas) por estar viviendo situaciones opresivas o estresantes. Y otras desarrollan enfermedades complejas y profundas debido a posturas y sentimientos crónicos muy fuertes o anti-naturales, sobre los cuales son prácticamente inconscientes (enfermedades autoinmunes, enfermedades degenerativas, neoplásicas)” (http://www.epochtimes.com.br/as-doencas-comecam-e-terminam-na-mente/#.UtnXEPvC3Dd).

La relación entre la mente y el cuerpo es íntima. Leí hace algunos años dos casos reales en el libro de Daniel Goleman, “Inteligencia Emocional”. En un caso una mujer estaba sentada en el pasillo de un hospital esperando a alguien. Algunos médicos salieron por una puerta y uno de ellos hablaba sobre la situación sin esperanza del enfermo que habían visto. Mientras lo hacía él miró a la mujer, y ella entendió que era ella de quien se hablaba. La mujer murió días después.

En otro caso había dos camas próximas en una Unidad de Cuidado Intensivo. Un médico hablaba sobre la posibilidad real del efecto positivo de cierto medicamento para uno de los enfermos. El otro hombre, en la otra cama, le oyó y pensó que se hablaba de él. No había más esperanza para su caso, pero se puso bien en algunas semanas. Él creyó en una cura, y su cuerpo respondió.

Ellen G. White escribe generosamente que la relación entre la mente y el cuerpo, para bien o para mal, depende de lo que pasa en nuestros pensamientos. Hay un libro que recomendamos leer, una compilación de los escritos de EGW: “Cómo Lidiar con las Emociones”. Vale la pena leerlo; es bueno y se relaciona con el asunto de esta lección. Tiene sólo 64 páginas y contiene orientaciones interesantes sobre la culpa, ansiedad, angustia, miedo y depresión. Es publicada por la Casa Publicadora Brasileira.

 

Martes: Sanar la Mente y el Cuerpo

La mente y el cuerpo forman una unidad. Uno depende del otro; uno afecta al otro. La sensación de culpa afecta al cuerpo de una manera mientras que la sensación de estar perdonado lo afecta de otra manera. Hay emociones que hacen bien al cuerpo y hay emociones que hacen mal. Hay estados mentales positivos para el cuerpo y hay también estados mentales negativos. A través de la mente podemos enfermarnos o podemos ayudar en la cura de enfermedades, o aún mejor, podemos mantenernos saludables, con defensas naturales activas.

“Nuestro cuerpo responde 100% a nuestros estados de ánimo, modificándose de acuerdo a lo que le transmitimos emocionalmente. Esto hace de nuestro cuerpo una herramienta sin igual. Nada en el mundo entiende y ejecuta nuestros deseos, impulsos y órdenes como nuestro cuerpo. Más bien, debido a esto, podemos enfermar gravemente, ya que nuestros estados de ánimo pueden llegar a ser muy desequilibrados, exagerados, crónicos o antinaturales” (http://www.epochtimes.com.br/as-doencas-comecam-e-terminam-na-mente/#.UtktrPvy_z9).

“Cuerpo y mente son dos polos de un mismo sistema: el ser humano. Cuando uno va bien, ayuda al otro. Cuando hay un desequilibrio en uno de los polos, el otro también sufre las consecuencias. Las dolencias físicas no siempre tienen su origen en la parte orgánica. Algunas enfermedades se inician por un problema en el lado emocional” (http://www.saudepsicologica.com/dicas_descricao.php?id=27).

Por esta razón, Jesús no sólo curaba la enfermedad física. Cuando Jesús curaba también curaba la parte espiritual, aliviaba las torturas mentales. Así fue en el caso de la prostituta que fue llevada por algunos hombres para ser apedreada. En una sociedad machista como en aquellos tiempos, el hombre que fue descubierto en flagrante delito con ella no fue traído a Jesús, sólo la mujer. ¿Y qué pasaría en la mente de aquella prostituta? ¿Cómo se sentiría vendiendo su cuerpo? ¿Sería acaso que le gustaba aquello? Quizás estaba en esa situación por algún motivo especial, queriendo salir sin poder lograrlo.

Tiempo atrás vi un reportaje de televisión donde entrevistaban a prostitutas de la calle. Eran aquellas que usaban poca ropa y siempre llevaban una bolsita. La mayoría de estas prostitutas quería salir de esa situación. Una investigación señaló que el 80% deseaba cambiar de actividad. Por cierto, aquella mujer sorprendida en tal delito deseaba salir de la prostitución, pero no podía. Necesitaba de una fuerza especial.

Vamos a imaginar un poco la situación de ella. ¿Qué hacer en la vida siendo la excluida de la sociedad, a la que nadie daría una oportunidad de remisión? Y entonces fue sorprendida en flagrante delito y llevada a Jesús. Así se vio delante de un hombre bueno y puro, temiendo lo que él podría decir. Tal vez la condenase al apedreamiento, conforme a la costumbre. Pero ocurrió lo contrario, él condenó a los hombres que la llevaron, y uno a uno se fue de allí. A ella simplemente le dijo: “ve y no peques más”. Estas palabras sonaron como un bálsamo para su culpa mental. Estaba perdonada y debería entrar en una nueva vida, y estaba autorizada a esto.

“El estar consciente de obrar correctamente es la mejor medicina para los cuerpos y las mentes enfermos. La bendición especial de Dios que reposa sobre el que la recibe es salud y fortaleza. La persona cuya mente está tranquila y satisfecha en Dios está en camino de la buena salud. El tener conciencia de que el ojo de Dios nos contempla y que su oído escucha nuestras oraciones, es sumamente satisfactorio. Saber que tenemos un Amigo que nunca falla a quien podemos confiar todos los secretos del alma, constituye una felicidad que las palabras no pueden expresar. Las personas que tienen sus facultades morales anubladas por la enfermedad no pueden representar correctamente la vida cristiana ni la hermosura de la felicidad. Se encuentran con frecuencia en el fuego del fanatismo o en el agua helada de la indiferencia o en el abatimiento insensible” (Consejos sobre la Salud, pg. 630).

 

Miércoles: La Resurrección y la Vida

“200 mil personas de 140 países hicieron una cola para recibir un billete de ida en un viaje a Marte, preparado para 2023. Estuvieron de acuerdo en permanecer en el Planeta Rojo hasta el final de sus días, convirtiéndose en héroes de un reality show. Seguro que hay preguntas que deben hacerse a los que están dispuestos a sacrificarse por un objetivo indefinido y una muerte en el planeta muerto. Pero son muchas más preguntas que hacer a los organizadores, que reconocen: no hay condiciones para la vida humana en Marte y es prácticamente imposible crearlas en tan poco tiempo” (http://portuguese.ruvr.ru/2013_12_22/Show-Morte-em-Marte-4859/).

¿Entendió esta noticia? La explicaremos: existe un proyecto de colonización del planeta Marte. Están queriendo enviar personas para allá, pero no hay cómo traerlas de regreso. Quien va, se queda hasta morir. Estas personas que se presentaron para este viaje son ricas, tienen dinero para comprar el carísimo pasaje de ida. Son personas informadas, y sin embargo, quieren realizar tal aventura. La pregunta es: ¿Cuál es el motivo? ¿Por qué este sacrificio? Es una aventura. Parece que quieren destacar entre las demás, ser diferentes y superiores. Resumiendo: quieren exhibirse. Es la moda hoy: tener un auto diferente, tener una casa diferente, vestirse diferente, etcétera, todo para parecer superior a los demás.

Parece que la gente necesita hacer algo para destacar. Un domingo de Diciembre, aquí donde vivo, en Ijuí (RS), un muchacho de 21 años hizo algo para destacar. Una tarde saltó en una cascada de un río y desapareció en un agujero de 6 metros de profundidad. Lo encontraron muerto el martes 24, atrapado en el fondo de la cascada. También murió por algún motivo inútil.

Y nosotros, cristianos sinceros, ¿qué queremos? También un viaje, pero con retorno para esta Tierra y con garantía de vida eterna. Y no se paga nada, ni por el viaje ni por la garantía de vida. ¿Cuántos están interesados?

Jesús, cuando estuvo en esta Tierra demostró poder sobre la muerte. Resucitó por lo menos a tres personas: a la hija de Jairo, al hijo de la viuda de Naín y a Lázaro. Los discípulos hicieron lo mismo. Por el poder de Dios la muerte no logra permanecer victoriosa, y tiene que devolver a sus cautivos. Es esto lo que Jesús promete: un viaje de ida, mil años en el Cielo y otro viaje de vuelta, para esta que será la Nueva Tierra. Todo esto con vida eterna.

En este mundo prometen aventura y reality-shows. Son espectáculos donde se encuentran aquellos que quieren exhibirse con los que quieren ver novedades locas y absurdas. Todos pagan por eso. Aquí todo tiene su costo. Ni uno ni otro de ellos tiene la real conciencia de lo que hace o de lo que debería hacer. En relación al viaje antes mencionado, el científico Alexander Zheleznyakov, miembro de la Academia de Cosmonáutica Tsiolkovsky de Rusia, dice: “Creo que la mayoría no entiende completamente lo que se les propone. Ven esto como un juego, sin entender que si este proyecto se hace realidad, sobre lo que tengo muchas dudas, ellos volarán a una muerte segura. Sólo la falta de comprensión de la situación puede explicar el gran número de personas que expresaron su deseo de participar. Es difícil creer que todas las personas que se reunieron allí son psíquicamente anormales” (http://portuguese.ruvr.ru/2013_12_22/Show-Morte-em-Marte-4859/).

Nosotros, los que creemos en Cristo, comprendemos perfectamente lo que nos es propuesto: vida eterna. Aquellos que murieron pasarán por la resurrección, y los que quedaron vivos serán transformados en un pestañear de ojos, y se volverán perfectos, libres de culpa, con garantía de vida eterna. ¡Creemos en esto!

 

Jueves: El Legado de Curación de Jesús

“Esta curiosa fascinación por la curación, sucede desde los tiempos de Jesús. Él sanó, hizo milagros y maravillas, pero cuando predicó sobre la vida en el reino de Dios no dijo que los felices serían los curadores o los curados; cuando Jesús habló sobre la vida feliz, dijo: Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacíficos, los perseguidos (Mt. 5). Estos son felices porque experimentan la salvación, estos son felices porque son la sal de la tierra y la luz del mundo” (http://www.eismeaqui.com.br/estudos-biblicos/219-apologetica/6984-curas-curas-e-mais-curas).

Jesús efectuó muchas curaciones, y sólo algunas están relatadas en los evangelios. Estas maravillas atraían multitudes. Hay curiosidad, hay fascinación en relación a este poder. En nuestros días Satanás utiliza tal demostración para atraer millones de personas al error. Y usa dos cosas que impresionan: el falso don de falsas lenguas, aunque la gente cree que son lenguas de ángeles, y el don de sanación, que aparece a gran escala en televisión. En estos últimos tiempos, tales manifestaciones de contraposición al verdadero poder de Dios se intensificarán para engañar. El engaño siempre fue el arma de Satanás. Por ejemplo, en las primeras plagas de Egipto él consiguió, por su poder, imitar lo que Dios hacía por intermedio de Moisés y Aarón. En la actualidad ha desarrollado mucho conocimiento científico y sabe cómo hacer maravillas, incluso auténticas curaciones. Como dice la cita arriba mencionada, este poder atrae a las multitudes y las vuelve cautivas de los poderes oscuros, o por otro lado las atrae hacia el reino de Dios. Esto depende de quién realice la atracción.

Jesús también atraía multitudes por su poder de curación. Venían a él personas para ser curadas y venían personas para ver esas curaciones. Todo era fascinante, aunque una minoría venía a Jesús para seguirlo y ser transformada por él. Continuamente estaban ahí representantes del Sanedrín para espiar a Jesús, ver lo que hacía e informar a los líderes judíos que deseaban matarlo por su poder y por la atracción que ejercía. Así será en los últimos días, existirá atracción auténtica y atracción engañosa.

En nuestra iglesia existe el don de curación, pero aún en forma discreta. Así como Jesús, cuando tengamos poder intenso no lo usaremos para exhibirnos, y sí para salvar a las personas para el reino de Dios. El perdón de los pecados y la transformación serán las principales metas.

Quiero aprovechar el tema para relatar un caso de actuación de Dios en nuestra familia, que sucedió tiempo atrás. Como este ejemplo, seguramente existen casos en muchas familias. Mi padre iba a ser llevado a Porto Alegre para ser operado del corazón, colocándole un puente de la vena safena. Orábamos a Dios para evitar esto. Tenía pena de mi padre, al que le sería abierto todo el pecho. Por eso oraba para que sea curado de otro modo. Al fin, faltando algunos días para la operación, desistí de orar de esta forma, pues no me pareció justo pedir tanto. Simplemente quería que vuelva vivo. Pero Dios atendió mi primer pedido. Cuando mi padre estuvo en el Hospital de Clínicas, quedó impresionado por el movimiento de ese gran hospital y se sintió mal. Estaba teniendo su tercer ataque cardíaco. Y justamente en aquellos días estaban allí tres médicos norteamericanos por un intercambio académico con la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, y así él fue a parar a manos de ellos. No lo abrieron como era el plan de los médicos aquí, sino que le hicieron una angioplastia para colocarle un stent. Casi muere, pero volvió vivo. Dos detalles más: nuestro viaje a Porto Alegre tuvo que postergarse, y sólo así es que mi padre pudo ser atendido por aquellos médicos investigadores de las enfermedades del corazón; el otro detalle es que más tarde, cuando se realizó el respectivo control, el stent estaba totalmente ocluido, pero en el intervalo se formó la llamada circulación colateral, o sea, una nueva vía de irrigación sanguínea. De esto ya hace diez años, y él está hoy vivo y bien, y nunca más tuvo problemas del corazón. Considero que Dios atendió nuestro primer pedido. Dios sea alabado.

En el tiempo de la predicación del fuerte clamor tendremos poder de lo alto para curaciones maravillosas, totalmente hechas por Dios. Los pecados serán perdonados y la gente será transformada. Multitudes serán atraídas a la verdadera iglesia por medio de este poder, y muchas personas se entregarán para ser completamente cambiadas. No serán sólo curaciones sin transformación alguna. Todos nosotros tendremos poder de lo alto para salvar almas para el reino de Dios. Esta es la gran meta, la transformación y la salvación para la vida eterna.

 

Resumen y Aplicación – Viernes, día de preparación para el santo sábado:

a) Síntesis de los principales puntos de la lección

  • ¿Cuál es el asunto principal?

En esta semana, en la que estudiamos sobre la conquista de enfermos para Dios, debemos aprender a establecer la correcta relación entre salud y espiritualidad. Las enfermedades jamás son castigos de Dios por el pecado, sino que son efectos o consecuencias de la existencia del pecado. Pueden ser también efectos de algún pecado específico. Por ejemplo, si la persona fuma, esto es pecado, no debe hacerlo, y si un día contrae cáncer es este efecto de ese pecado, no un castigo de Dios. Si esta persona muere por causa del cáncer, es este otro efecto de aquel pecado. Hay también enfermedades y males por culpa de un ambiente pecaminoso, y quien nada hizo para tener una enfermedad puede como consecuencia ser afectado. Por ejemplo, podemos contraer una gripe, aún cuidándonos.

  • ¿Cuáles son los tópicos relevantes?

La enfermedad, como dice la lección, no es un indicador de la condición espiritual de la persona, más bien, una buena condición espiritual la lleva a tener una salud superior. Aún así, hay excepciones, y personas que se cuidan bien pueden enfermar severamente y hasta morir por causa de la enfermedad. Son las condiciones de la existencia del pecado que genera un ambiente perjudicial para todos.

  • ¿Descubrió Ud. otros puntos a destacar?

b) ¿Qué cosas importante podemos aprender de este estudio?

Jesús no sólo curaba la enfermedad. Curaba espiritual, emocional y físicamente. Reformaba el ser entero, preparando a la persona para la vida eterna, no sólo para algunos años más de vida en esta Tierra de ambiente maldito.

  • ¿Qué aspecto puedo destacar a partir de mi estudio?

c) ¿Qué cuidados debemos tomar a partir de este estudio?

Debemos buscar un equilibrio general en nuestra vida, cuidando de nuestra condición espiritual todos los días y también de nuestra condición física, cultivando buenos hábitos de salud.

  • ¿Qué me propongo reforzar, si fuese bueno, o cambiar, si fuese malo, en mi vida?

d) Comentario de Ellen G. White

“Es imposible que cualquiera disfrute de la bendición de la santificación mientras sea egoísta y glotón. Los que tal hacen gimen bajo una carga de enfermedades debido a los malos hábitos en el comer y beber, que hacen violencia a las leyes de la vida y la salud. Muchos están debilitando sus órganos digestivos al complacer un apetito pervertido. El poder que tiene la constitución humana de resistir los abusos que se cometen con ella es admirable; pero los hábitos erróneos persistentes que consisten en comer y beber en exceso debilitarán toda función del cuerpo. Que estas personas débiles consideren lo que podrían haber sido si hubieran vivido en forma temperante, y promovido la salud en lugar del abuso. En la gratificación del apetito y la pasión pervertidos, aun los profesos cristianos incapacitan a la naturaleza en su obra, y aminoran el poder físico, mental y moral. Algunos que lo están haciendo, pretenden estar santificados para Dios; pero tal pretensión no tiene fundamento…” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, pg. 194).

e) Conclusión General

Nosotros, adventistas del séptimo día, debemos ser ejemplo para el mundo acerca de cómo es superior la vida espiritual y física para los que sirven a Dios. ¡Esto convence!

¿Cuál es el punto más relevante al que llegué con este estudio?

sikberto renaldo marksAutor: Sikberto R. Marks

Estudiado y escrito entre el 20 y el 26/12/2013
Revisado el 27/12/2013
orregido por Jair Bezerra
Traducido por Ronald A. Aguilar / ronald.sap@gmail.com

Radio Adventista
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