Hay muchas razones por las que el sábado de Dios se encuentra en el centro de los Diez Mandamientos. El cuarto Mandamiento nos recuerda la creación de Dios en el Jardín del Edén, pero también señala el momento en el futuro en el que una vez más disfrutaremos de una nueva tierra en toda su belleza original. Al mismo tiempo, recordamos a nuestro Redentor. El descanso sabático incluye descansar de nuestras obras y confiar en Su gracia para salvarnos.
El sábado es fundamental para nuestra adoración del Creador y Redentor. Es una señal de nuestra lealtad al Dios verdadero. Satanás intenta desviar nuestra atención hacia sí mismo, utilizando otras teorías y filosofías para explicar nuestro origen. Pero al guardar el sábado y hacer una pausa un día de la semana para acercarnos a Dios, reconociendo sus poderosas cualidades creativas y redentoras, podemos evitar la confusión que promueve Satanás.
Así como se usa una coma para hacer una pausa en una oración, la pausa del sábado nos ayuda a darle sentido a nuestro mundo. Si esa coma falta o está en el lugar equivocado, el lector no podrá entender correctamente lo que está leyendo. De manera similar, la vida tiene más sentido cuando hacemos una pausa en nuestro trabajo habitual el día que Dios bendijo con ese propósito.
Temas para estudiar