Jesús no se limitó a decir cosas sorprendentes sobre sí mismo. Hubo muchas señales y prodigios para mostrarnos la Persona Divina que Él era. Sus palabras vinieron con acciones que eran difíciles de negar.
Pero como sabemos, algunas personas sí negaron al Mesías y, en consecuencia, rechazaron al Hijo de Dios. Rápidamente surgieron divisiones entre la gente: algunos reaccionaron con bastante fuerza con malicia en sus corazones, y otros con un floreciente amor y fe en su Salvador.
Esta semana, exploraremos varios incidentes y aspectos de Jesús que fueron diseñados para llevarnos a una comprensión correcta de quién era el Mesías y qué logró para nuestra salvación. Él era el humilde Cordero de Dios. Y Su sacrificio fue un evento glorioso por lo que significó para todo el universo. Gracias a ello, todos los seres creados de Dios algún día serán libres de las garras de Satanás y una vez más disfrutarán de la paz celestial en la presencia de Dios.