La tradición judía determinó que había 39 tipos de trabajo prohibidos en sábado. Uno de ellos estaba arrancar o cosechar granos. Jesús defendió a sus discípulos por hacer esto en sábado recordándoles lo que hacían los hombres de David cuando tenían hambre. Ver Marcos 2:23-28.
Pero más tarde, los escribas y fariseos comenzaron a cuestionar la curación de Jesús en sábado después de curar la mano seca de un hombre en la sinagoga. La gente se sintió tan atraída por Sus milagros de curación que pensaron que esta sería una excelente manera de hacer que Jesús quedara mal ante la gente y cuestionara Su autoridad.
Jesús, sin embargo, respondió a su argumento con la pregunta: “¿Es lícito en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o matar?” (Marcos 3:4). El relato de Mateo incluye que Jesús también les preguntó: “¿Quién hay entre vosotros que tiene una oveja, y si en sábado cae en un hoyo, no la agarra y la saca?” (Mateo 12:11).
Además de usar ilustraciones de historias, estos incidentes muestran que Jesús también usó preguntas emocionalmente desgarradoras para manejar la controversia.
